Plácido Domingo festeja y sueña con actuar en el Colón
Hoy actuará en la Met neoyorquina, a 40 años de su debut allí, y espera estar en Buenos Aires el año próximo
NUEVA YORK.- A los 68 años, tras haber cantado 628 funciones de ópera en 45 roles, y después de haber dirigido 127 obras, cualquiera pensaría que Plácido Domingo estaría ya pensando en jubilarse de los escenarios. Pero al tenor español se lo ve más activo y vital que nunca estos días, en que celebra sus 40º aniversario en la Metropolitan Opera House, de Nueva York.
"Disculpa la tardanza, me entretuve jugando con mi nieto en el Central Park", dice a LA NACION mientras se sacude la arena de los zapatos y sube a toda prisa la gran escalera del lobby del Met, coronada en su cima por un retrato de Domingo realizado recientemente por Julian Schnabel en honor a su larga trayectoria en este teatro.
Mientras avanza por los pasillos, los empleados latinos del Met lo saludan cálidamente como si fuera parte de la casa. "¡Buenas tardes, Don Domingo!", le grita un dominicano mientras limpia el bar debajo de uno de los murales de Chagall. Ya todo está casi listo para la gala de esta noche, en la que el Met festejará sus 125 años de existencia con una producción especial de la que participarán Renée Fleming, Juan Diego Flórez, Deborah Voigt, René Pape, Roberto Alagna, Stephanie Blythe, Ben Heppner, Nathalie Dessay, y Plácido Domingo como figura central.
Fue hace 40 años, el 28 de septiembre de 1968, que Domingo debutó en este prestigioso escenario en el papel de Maurizio en Adriana Lecouvreur, rol que retomó en febrero aquí como un especial saludo al pasado. Tras la gala de esta noche, volará inmediatamente a Taiwan para presentarse, el sábado, en el Festival Miaoli, y después regresar a Estados Unidos para interpretar en abril La valkiria tanto en el Met como en la Opera de Los Angeles, que él mismo dirige, al igual que la de Washington, donde el 1° de mayo ofrecerá el concierto Mi Alma Latina, cantando zarzuelas, tangos y rancheras. Entre medio, aprovechará para promocionar su nuevo disco, Amore infinito, compuesto por poesías del papa Juan Pablo II musicalizadas por Plácido Domingo Jr. y el argentino Jorge Calandrelli, entre otros, y en el que lo acompañan artistas como Andrea Bocelli, Vanessa Williams, Katherine Jenkins y Josh Groban.
-En estos 40 años ¿qué ha cambiado en la ópera ?
-Soy un optimista y siempre creo que las cosas van a estar mejor. No soy de los que se estacionan y dicen que esta generación de cantantes es peor. En todas las épocas ha habido y habrá figuras magníficas. Hoy en día el mundo de la ópera ha crecido mucho, hay más teatros en todas partes. Por esa razón hay más necesidad de cantantes. El problema más grande estriba, precisamente por la gran demanda, en que algunos cantantes debutan sin estar preparados. Y ése es un peligro; te puedes quemar fácilmente si llegas a los teatros más grandes antes de tiempo. Es tan fácil subir como bajar. Si no estás preparado pueden sucederte cosas. Los cantantes deben tener conciencia de que la garganta es muy frágil y muy celosa. Por otra parte, hoy es más difícil mantener la serenidad para los artistas, y la calma que hace falta para cantar ópera. Además, hoy todo está conectado con este mundo diabólico de Internet, que puede ser muy perjudicial. Antes si algo iba mal en una función se enteraban las dos mil personas de ese teatro y ya. Hoy sucede algo y en menos de 24 horas está en todos lados. Un accidente de un cantante te lo encuentras en YouTube y todo el mundo tiene derecho de hacer lo que quiera con ese video. Me parece que se ha llegado al extremo de la falta de respeto, hay mucha falta de consideración y abusos. Eso beneficia a alguien pero no al cantante. Para mí hoy es un mundo muy confuso.
-¿Cuál fue el momento más curioso que vivió en este escenario?
-Recuerdo que en 1969 hice una función de Il trovatore en la que tenía una escena en la que debía dar un brinco en escena con una espada. Tenía que saltar desde casi unos dos metros, agarrándome de un elemento de decoración. En la première me fue muy bien, y hasta los críticos compararon mi agilidad con la de Douglas Fairbanks, pero a la tercera noche ese pedazo de decorado no estaba bien colocado y yo me caí con todo, de rodillas; fue muy doloroso pero seguí cantando.
-¿Cómo surgió la idea de convertir la poesía de Karol Wojtyla en canciones?
-Yo tuve la suerte de poder cantar para el Papa en diferentes ocasiones, aquí, en el Central Park de Nueva York, en Italia, y en México. Luego, poco tiempo antes de la muerte de Juan Pablo II estrené una obra que se llamaba "Canto a la paz", que contenía versos del papa, y él después me llamó al Vaticano para darme las gracias. Yo me había documentado un poco y había visto que él tenía una cantidad grandísima de poemas, así que se me ocurrió preguntarle si no le importaría que musicalizara algunos de sus versos. El me contestó que estaría encantado; lamentablemente ésa fue la última vez que lo vi, porque a los pocos meses falleció.
-¿Cómo seleccionó los poemas a incluir en el disco?
-Eso fue lo más difícil, hicimos un trabajo muy minucioso, leímos más de 50 poemas. Empezamos con una obra llamada "Tríptico romano", que son pasajes de la Biblia de mucha complejidad. Fueron los primeros cánticos que hicimos con mi hijo, Plácido Jr., y otros compositores. Son versos muy bonitos, divinos, pero muy clásicos. Y yo quería algo distinto, que fuera para todo el mundo, sobre todo porque fue un papa muy humano, tuvo una personalidad tan extraordinaria que fue actor, dramaturgo, esquiaba, jugaba al fútbol y tenía un gran amor por los niños. Así que buscamos otros poemas que fueran mucho más populares, terrenales, y efectivamente los encontramos. Este disco está hecho para todo el mundo.
-Como éste, usted grabó varios discos con otros estilos no operísticos. ¿Qué le atrae del crossover?
-Es un poco la curiosidad; vivo en un mundo divertido que me gusta explorar. Hay repertorios que me encantan, como los tangos, las coplas, música que me gusta cantar en todo momento. No es que eso vaya a ayudar a la ópera, pero a lo mejor hay gente que luego de comprar un disco así se interesa por la ópera, como sucedió con los que compraron los discos de Los Tres Tenores.
-¿Cómo hace para mantenerse tan activo todo el tiempo?
-Creo que la pasión que tengo por lo que hago es muy importarte, al igual que tener una buena salud, haber podido conservar hasta ahora mis facultades vocales y estar en buenas condiciones físicas. Pero también contribuyó mucho el apoyo que mi mujer -la mexicana Marta Ornelas- y mis hijos me han dado siempre; ellos sacrificaron mucho para que yo llegue hasta aquí. Toda mi familia puso algo para que yo pueda encontrar esa serenidad que es necesaria para cantar ópera.
Temas
- 1
- 2
Susana Giménez volvió al país y habló del accidente que sufrió su hija: “Creí que se había matado”
- 3
Ryan Reynolds bromeó sobre la batalla legal entre su esposa, Blake Lively, y Justin Baldoni: “¿Qué han escuchado?"
- 4
La provocativa foto que compartió Mauro Icardi de la China Suárez sobre un inflable con forma de hamburguesa