Pink en la intimidad: cómo es el documental de la cantante que ya está disponible en Amazon
Dirigida por el realizador de El gran showman, Michael Gracey, la producción sigue a la cantante y su familia en la gira 2018-2019 y muestra cómo fue para la artista equilibrar su vida personal con las exigencias del tour de su álbum Beautiful Trauma
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P!nk: All I Know So Far (Estados Unidos/2021). Dirección: Michael Gracey. Guion: Michael Gracey, Pink, Jory Anast, Cindy Mollo. Con: Pink, Carey Hart, Willow Sage Hart, Jameson Hart. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: buena.
Año 1999. Britney Spears editaba... Baby One More Time y el mundo del pop encontraba su princesa de voz inocente y personalidad ingenua, que la industria compró y vendió a su antojo para satisfacer a un mercado adolescente ávido de hits sobre desamor. Ese mismo año, Christina Aguilera debutaba con su disco homónimo y esa industria que le exigía a Spears más de lo que ella podía -y quería- dar tenía a otra clase de estrella pop en sus manos, una joven con un gran caudal de voz que, por entonces, era enfrentada con su colega. En el medio, estaba Alicia Moore. Estaba Pink. En el 2000 salía su álbum debut, Can’t Take Me Home y al año siguiente, el icónico M!ssundaztood, donde la propia artista se mostraba en la portada como la antítesis de esas mujeres con las que parecía no tener nada en común. La incomprendida.
A Pink la veíamos recostada, con aires de superación, el pelo teñido de fucsia, pulseras de cuero, labios rojos y una actitud que se trasladaba a las letras de las canciones de ese disco extraordinario. El trabajo de una outsider, de la chica que no se veía reflejada en otras, de quien podía cantar sobre las familias desintegradas, el amor tóxico y, claro, sobre esa misma industria que las usaba y las tiraba. En ese himno que es “Don’t Let Me Get Me” se concentraba todo el universo Pink, uno que oscilaba entre la celebración de lo disidente y el miedo a no encontrar un lugar en el mundo.
“Estoy tan cansada de que me comparen con Britney Spears, ella es tan bonita, así no soy yo”, interpretaba con un suspiro de resignación. 20 años pasaron de ese disco, de esa portada, de esa canción, de esa frase, y Alicia Moore sigue siendo la misma. Quizá lo único que cambió fue ese miedo a no pertenecer nunca. Eso se disipó cuando encontró una base de fanáticos que compartían sus inseguridades y que veían en ella un modelo a seguir. Toda una paradoja para una artista que renegaba de los modelos.
All I Know So Far, el flamante documental sobre la cantante que ya se encuentra disponible en Amazon Prime Video y cuyo título se desprende de la canción homónima, sigue a Pink en la gira de su disco de 2017 Beautiful Trauma, un tour que abarcó, de 2018 a 2019, 18 países, con 156 shows en total. El realizador Michael Gracey (El gran showman) acompañó a Moore en ese recorrido en el que Pink quiso que tanto sus hijos, los adorables Willow Sage y Jameson, como su marido, el expiloto de motorcross Carey Hart, viajen con ella. Como la cantante lo comparte en un momento del documental, su deseo era que sus pequeños aprendan diferentes culturas y se embeban de la diversidad que conlleva la gestación de una gira donde cada integrante de la banda tenía algo para enseñarles, y donde cada país que visitaban les estaba contando una historia. El “lado B” de esa decisión es el agotamiento de la artista, la búsqueda del equilibrio inevitable entre la preparación para sus shows, el cuidado de sus hijos, y el disfrute de la vida matrimonial con Hart, a quien Pink describe como su roca.
Por lo tanto, cuando Gracey se enfoca en esos momentos de intimidad familiar y en cómo Moore se nutrió de las experiencias compartidas con su madre -quien la introdujo de pequeña en el mundo de los musicales-, All I Know So Far deja al descubierto esa fortaleza que la cantante siempre tuvo, y ese anhelo por encontrar en la imperfección los instantes de belleza, desde cuando su hija la observa mientras ella hace acrobacia, a las noches de agotamiento en las que Hart simplemente le pone el hombro para que ella descanse. Hay una mirada sobre lo maravilloso que puede ser el caos que nos deja con ganas de que esa veta del relato se explore con mayor profundidad.
Sin embargo, por tratarse de una figura sumamente atractiva, el documental no logra hacerle justicia a Moore cuando no puede salir del mecanismo del tour y todo lo que debe supervisar Pink, cual mujer orquesta. Si bien ese micromundo es interesante per se, Gracey falla al no poder darle vuelo a una obra que tiene a una figura extremadamente poderosa en su centro, a una verdadera rockstar. Cuando Pink le lee una carta de una fan a su marido, All I Know So Far muestra un potencial que desarrolla intermitentemente. En esos minutos, Moore reproduce las palabras de una joven gay que, por miedo al rechazo y al bullying, pensó en quitarse la vida en su adolescencia. La música de Pink, esas letras que siempre jugaron con la contraposición de términos -”hermoso trauma” es el más reciente ejemplo- y que hablan de la aceptación, terminó salvando a esa joven en sus años más oscuros.
“El poder de la música”, dice la cantante mientras se le caen las lágrimas. Allí está la esencia de Pink, solo que al documental, en ciertas ocasiones, se le olvida.
Dónde verla. P!nk: All I Know So Far ya se encuentra disponible en Amazon Prime Video.
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