"Personal Jesus": 30 años del último hit de Depeche Mode
La canción marcó un antes y un después en la trayectoria del grupo; además introdujo la temática espiritual en un momento social que empezaba a hastiarse del escepticismo
Un sonido como de ascensor y enseguida un imperativo fantasmal "Reach out, touch faith" ("Alcanzame, tocá la fe") al ritmo de un riff mecanizado. Como marchando hacia una ciudad del futuro. Cuando hace poco más de 30 años salió "Personal Jesus", de Depeche Mode , muchos se sorprendieron. ¿Qué eran esas guitarras tan en primer plano? ¿No era que el tecno pop (hoy synth pop) se jactaba de reemplazar con samplers y sintetizadores los instrumentos característicos del rock? Y por otro lado, esa letra tan confesional, hablando de religión, de Jesús..., ¿dónde había quedado el pesimismo social de hits previos como "Everything Counts" o "People are People"?
A primera escucha no parecía tanto Depeche Mode. A primera escucha: porque después, cuando el tema se instaló en la cima de los rankings y terminó de convertir a la banda en una de las más escuchadas del mundo (sacándola definitivamente del fenómeno meramente generacional o acotado al pop de sintetizadores), quedó claro que ese Depeche Mode era el Depeche Mode al que desde hacía un buen tiempo Dave Gahan, Martin Gore, Andrew Fletcher y Alan Wilder habían querido llegar. "En los últimos cinco años habíamos encontrado la fórmula perfecta", le contaba el compositor Gore a la revista NME. "Yo le llevaba mis demos a Alan (Wilder) y él le hacía la producción electrónica. Y listo. Funcionaba. De maravillas. Pero nos habíamos aburrido, estábamos por entrar en los años noventa y queríamos que las cosas fuesen diferentes".
Y lo fueron. "Personal Jesus" no solo fue el primer tema que resultó de ese cambio metodológico y conceptual que tuvo la guía clave del reconocido productor Flood. También fue el primero que, sin abandonar las bases electrónicas, empezó a acercar los sonidos más ásperos y distorsionados que dominarían el mainstream de la década siguiente (no solo con el grunge; también con la música industrial, el jungle y más). Un giro "rockero" que luego acentuarían en Songs of faith and Devotion (1993), aunque con un resultado menos contundente.
Pero eso fue después. En 1989, año en que salió "Personal Jesus", el mundo todavía se estaba despidiendo del optimismo pop que había dominado la década y ese lacónico barítono de Dave Gahan ("Alguien que escuche tus plegarias, alguien que esté ahí") de algún modo funcionó como la transición sin dramatismo hacia un mundo mucho menos plástico. "Es una canción que trata sobre ser Jesús para alguien más, alguien que te da esperanza y atención", contó Gore a la revista Spin. La idea le había venido de leer Elvis y yo, el libro donde Priscilla Presley contaba su vida junto al Rey. "Describe cómo Elvis fue al mismo tiempo su hombre y su mentor. Y lo habitual que es eso en muchas relaciones. Cómo a veces ponemos a la persona que amamos en el lugar de Dios".
Como suele suceder, la canción -en una sociedad que desde la Revolución Industrial es percibida como cada vez más deshumanizada- se interpretó de manera literal. O sea, como el retorno hacia una espiritualidad más íntima; no contaminada por la institucionalidad fría y muchas veces corrupta de una religión oficial. Solo faltaban diez años para el comienzo del nuevo milenio y "Personal Jesus" conectaba bien con ese mix de ilusión, curiosidad y miedo que ese supuesto gran cambio (¡el Y2K!) ocasionaba. "Solo Dios sabe por qué, pero cada vez que escribo una canción, siento la necesidad de abordar en algún aspecto lo religioso", confesó Gore años después.
La misma interpretación literal, aunque por motivos diferentes, que tuvieron Johnny Cash y Marilyn Manson, los dos principales versionistas del hit. El primero, que incluyó el tema en su cuarto volumen de los American Recordings (2002), la consideró "el gospel más evangélico" que jamás alguna vez grabó. Y ciertamente grabó muchos temas en sus cinco décadas de carrera la leyenda del folk-country norteamericano. El segundo, según consigna Rolling Stone, obtuvo la inspiración para su cover de tono "bautista-sureño" luego de que le practicaran "una fellatio con un rosario alrededor del sexo". "Pienso que si tuviera que componer una canción hoy, diría exactamente lo que dice 'Personal Jesus'", declaró entonces. "Creo que se requiere algo más que un tono irónico cuando ponés el tema en contexto con lo que pasa hoy", agregó.
Como sea, la versión más reconocida sigue siendo la original. Un tema que al día de hoy -junto con "Enjoy the silence", el simple inmediatamente posterior- continúa considerándose como el que parte en dos la discografía de Depeche Mode: de un lado, el material clásico y bien synth pop de los ochenta; del otro, el más electro-rockero y atmosférico de los noventa y dos mil. "Hasta entonces nos había ido bastante bien. Pero tras el superéxito de 'Personal Jesus' y Violator nos volvimos inexplicablemente gigantes. Fue increíble y de alguna manera nunca nos recuperamos. Por eso, después eso, la tendencia fue un poco arruinar ese momento", reconoció años después el tecladista Andrew Fletcher (y seguramente la partida en 1994 de Alan Wilder, miembro silencioso, pero clave por sus arreglos, tuvo que ver). Y si bien luego no faltaron otros buenos momentos (el disco Ultra, de 1996; el retorno a buena forma con Playing the angel, en 2005; las giras internacionales), ese pico de creatividad y resonancia social que significó "Personal Jesus" no se volvió a repetir. Al menos hasta ahora.
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