Paralamas y el suceso de Herbert Vianna
Antes del show junto a Pericos, el músico brasileño habla de su regreso
Ascender por los morros de Río de Janeiro y observar la llegada imprevista de una tormenta tropical que corona un mediodía azul con esa variación de luces que hace que Río, desde las alturas, parezca un gran cuadro impresionista. Ese es el hobbie que Herbert Vianna practica cuando no está componiendo, grabando o tocando con el grupo de toda su vida, Paralamas do Sucesso. "Me encanta ir a buscar a mis hijos al colegio y llevarlos con un auto que tengo ahora totalmente adaptado, con control manual, a ver la ciudad desde las montañas. Allí es donde se aprecian mejor que en ningún otro lugar las variaciones climáticas que tenemos aquí. Todo puede suceder de un minuto a otro", asegura el cantante y guitarrista brasileño, sentado cerca de un gran ventanal de una habitación de un hotel de Arenas Blancas, al nordeste de Brasil.
En diálogo telefónico con LA NACION, días antes de viajar hacia Buenos Aires para reunirse con el grupo argentino Pericos y ofrecer juntos un concierto en el teatro ND/Ateneo, Vianna habla de sus sueños, de sus últimas composiciones, de las musas de siempre y de esa amante incondicional llamada Argentina; habla de su lenta pero sensata recuperación luego del accidente aéreo que sufrió en 2001 y que lo dejó viudo y en silla de rueda, y habla también de los traicioneros recovecos de la memoria, de valores, de milagros y de amor.
Pero como desde hace veinticinco años, cuando formó el grupo Os Paralamas do Sucesso con sus amigos Bi Ribeiro y João Barone, Vianna se expresa básicamente a través de la poesía y de la música y asegura que aún mantiene la misma convicción al momento de escribir una nueva canción: "Intentar caminar, en términos compositivos, por una senda absolutamente honesta, que en el lenguaje grupal y musical se podría traducir como «rasgos del corazón». No existe ninguna manipulación, intelectualización o búsqueda en nuestra obra más allá del impulso creativo en alta temperatura emocional".
"Siento que el futuro es una inmensidad, sin contención ni muro para frenar nuestra pasión. Si una pasión me engaña, yo intento ver más allá", canta Vianna en el tema que cierra Hoje , el último álbum de Paralamas y, hasta aquí, su último impulso creativo en alta temperatura emocional hecho disco, allá por 2005. "Tengo escritas muchas cosas nuevas y todavía sigo escribiendo. De hecho, ahora estoy buscando, en todas las anotaciones que tengo en mi casa, frases que puedan convertirse en letras de canciones o combinaciones de acordes que había escrito y no recordaba, debido al daño que tengo en la parte del cerebro responsable de la memoria más reciente."
A punto de cumplir un cuarto de siglo en la ruta, Paralamas continúa armando el rompecabezas que ha sido y es su carrera. "La verdad es que no trato de poner esto en un cuadro de perspectiva histórica o lo que sea -añade-, sino al contrario, celebro este presente en el que tantos jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando empezamos reaccionen con tanta intensidad, con tanta alegría, ante nuestra música. Formamos parte real de sus vidas, de sus valores y de sus sueños... eso es demasiado para nosotros."
El inquieto frontman que perdía cuatro kilos por show ("arriba del escenario era siempre un verdadero mar de sudor") asegura haber trasladado esa energía a su canto. "Desde que comencé a tocar en la silla de ruedas me puse a pensar qué hacer para jugar con las circunstancias y no tener un sabor amargo o algún dejo de nostalgia. Por eso empecé a jugar con combinaciones de graves y cosas que nunca había usado antes. Como no tengo ningún desgaste físico me dedico a cantar algunas canciones con extrema búsqueda de tonos altos o muy distintos de los originales. En todos estos años hicimos muchas adaptaciones... y muchas mutaciones también."
Vianna ríe de su propia ocurrencia y hace una pausa, se relaja y pregunta por su amigo Charly: "Ojalá nos podamos cruzar en estos días", remata; dice que Paralamas llevará adelante una gira conjunta con Titãs, otro de los grandes del rock y el pop brasileño de los años 80, y ve "positivo" el reconocimiento que tienen grupos como Soda Stereo o The Police por estos días: "En Brasil también está sucediendo con grupos locales y está muy bien que así sea, ya que aquí tenemos muy poca memoria para esas cuestiones".
Argentina, divino tesoro
Sin repetir y sin soplar, sucesos que unen la obra de Herbert Vianna y Paralamas con la música argentina, comenzando, ya: debut en Buenos Aires como invitados de Sumo; participación en la grabación del tema "Rap de las hormigas", incluido en Parte de la religión , de Charly García; producción artística del segundo disco de Los Pericos, King Kong ; covers del rock argentino (en distintos discos, la banda incluyó "Track-Track", de Fito Páez; "Párate y mira", de Pericos; "De música ligera", de Soda Stereo, y "Viernes 3 AM", de Seru Giran); versiones "aporteñadas" de varios de sus mayores éxitos ("Inundados", "Coche viejo", "Dos margaritas"); Vianna compuso "El vampiro bajo el sol" pensando en García, pidió en una canción que Charly escribiera la Constitución y registró "Por siete vidas (Cacería)", de Páez, en uno de sus discos solistas... Tiempo .
"Con los músicos argentinos siempre tuvimos una sintonía muy especial, que tiene que ver con una convicción por los mismos valores musicales y actitudes relacionadas en determinado momento con rupturas con lo que se considera establecido en el mundo de la música regional", sugiere el músico.
Antes del "che, nos vemos allá", Vianna confiesa un último sueño, el día en que Brasil y la Argentina unan sus fuerzas y se conviertan en un solo país: "Seríamos una región muy poderosa frente al mundo... Imaginate: Pelé le pasa la camiseta número 10 a Diego y el planeta entero se rinde a sus pies".
"La música brasileña era otra cosa hasta que llegó Paralamas"
- "Los Paralamas siempre fueron como nuestros hermanos mayores de la región y una referencia obligada -sostiene Juanchi Baleirón, cantante, guitarrista y conductor de la nueva versión de Pericos-. La primera vez que los vi fue en Rock In Río, en 1985. Ellos tenían un sonido muy original, porque la música brasileña era otra cosa hasta ese momento, excelente por cierto, pero no tan masiva ni popular. Ellos mezclaron todas sus influencias y coquetearon con el reggae y el rock al mismo tiempo. Por eso para el público argentino fue fácil digerir y asimilar la música de Paralamas." Mientras prepara las canciones para el segundo álbum de la banda sin Bahiano -producido por Cachorro López-, Juanchi sentencia: "No andamos corriendo detrás de nada, estamos más tranquilos, recuperando el pulso, y eso se nota en la música que componemos".
Temas
Más leídas de Música
David Gilmour. Su nuevo álbum, entre la finitud, el trabajo en familia y el infaltable toque floydeano
“Vamos a poner la casa en orden”. Gabriela Ricardes da detalles de cómo será “el nuevo Colón”
Dónde, cuándo y quiénes tocarán. A 10 años de su muerte, habrá 2 shows el fin de semana para recordar a Gustavo Cerati