Para descubrir los sonidos de Islandia, más allá de Björk
Los conciertos porteños con Sólstafir y Mammút, dos bandas llegadas de la gran isla
No todo es Björk en la música de Islandia. Y la oportunidad para comprobarlo es el ciclo Sounds of Iceland in Buenos Aires, que arranca esta noche. Producido por Tribulaciones Live!, tendrá una programación de dos fechas, ambas en Niceto (Niceto Vega y Humboldt): hoy a las 21 se presenta Sólstafir, banda de metal progresivo con más de veinte años de trayectoria, y el martes 26 será el turno de Mammút, grupo de post punk nacido en 2003 que ya tiene cuatro discos editados, el último de ellos titulado Kinder Versions, que ha recibido muy buenas críticas.
País con apenas 300.000 habitantes, Islandia tiene un alto estándar de vida y una producción cultural intensa, aunque no muy difundida fronteras para afuera. "Efectivamente, hay muchísimas bandas nuevas. Y en estos últimos años se empezó a hacer costumbre que salgan de gira, que asomen la cabeza al mundo -dice Aðalbjörn Tryggvason, guitarrista y cantante de Sólstafir-. Hablo de grupos como Dimma, Misþyrming, Svartidauði, Auðn y Skálmöld. Todos han grabado muy buenos discos y los han salido a mostrar. Desde que arrancamos con Sólstafir, hemos visto pasar diferentes olas en el rock de nuestro país, pero la actual es la más fuerte, la más decidida a llevar las cosas a otro nivel. La idea ya no es quedarse en la sala de ensayo tomando litros de cerveza y tocando covers. Islandia se ha transformado en una plaza fuerte y significativa para el black metal. Hace veinte años, cuando nosotros estábamos empezando, esa plaza era Noruega. Hoy las cosas son distintas".
En su extensa trayectoria, Sósltafir fue incorporando a su música nuevos matices, a partir de distintas influencias. Hoy es una banda con un repertorio heterogéneo y, sobre todo, sonoramente muy potente: "Al principio estábamos muy enfocados en el black metal, en la línea de bandas como Dark Throne, Burzum y Mayhem -explica Trygvasson-. Pero después fuimos sumando otras cosas, a partir de los diversos gustos de los integrantes de grupo: el rock gótico de Fields of the Nephilim y The Mission, por ejemplo, o el sonido más alternativo de Smashing Pumpkins. Y por encima de todo está nuestro amor incondicional por Ennio Morricone, derivado del fanatismo por el spaghetti western".
Lo que la banda nunca perdió es el tinte oscuro de su estilo, patentado ya desde el título de sus álbum debut, Masterpiece of Bitterness (en español, "Obra maestra de la amargura"). "También hay algo de humor en eso", remarca Trygvasson, uno de los miembros originales de una formación que ha tenido sucesivos cambios a lo largo de los años y que ha grabado este año un disco de espíritu más contemplaltivo. "Es que nuestras influencias son realmente muy variadas y eso se va fitrando en la música que hacemos".
Y si no todo es Björk en la música de Islandia, también es cierto que es casi imposible eludir el asunto en una entrevista con un músico de ese país. Trygvasson se hace cargo: "Björk es una fuerza de la naturaleza -sostiene-. Es única. Nunca se repite, tiene estilo y personalidad propios. Es una fuente interminable de creatividad. La admiro mucho, y soy especialmente un gran fan de su disco Homogenic. Bachelorette es una canción que me atrapó el primer día que la escuché y aún no me ha soltado".
Sounds of Iceland in Buenos Aires. Hoy, alas 21: Sólstafir; el martes, a las 21: Mammút. En Niceto Club, Niceto Vega y Humboldt /
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