Pablo Alborán: "El amor me da vértigo"
"No puedo seguir, buscando tu aroma en el viento", escribía un Pablo Alborán de 12 años en su Málaga natal, con una madurez y una sensibilidad extrañas para su edad. Lo que ese niño no sabía era que esa canción, que se llama "Desencuentro" y es parte de su primer disco, sería la primera de muchas y sentaría las bases de una exitosa carrera que ya lleva más de diez años y que hoy lo lleva a presentar su quinto álbum de estudio.
Desenvuelto, pero al mismo tiempo tímido. Gracioso y sensible. Así se muestra este español, que supo enamorar al mundo con su voz, durante una charla exclusiva con LA NACION. La conversación, que se da por videoconferencia, comienza de una manera inusual y es él quien hace la primera pregunta. "¿Qué tal todo por ahí? ¿Todo bien? ¿La salud? ¿La familia?", consulta con un interés genuino y acertado en tiempos de pandemia, al mismo tiempo que afirma que de su lado están todos bien. "Gracias a Dios. Eso es lo único que importa hoy, porque ahora mismo en España la cosa está medio mala".
Al momento de la entrevista Alborán estaba en México. Como Estados Unidos no deja ingresar a personas provenientes de Europa, para poder ser parte de los premios Billboard 2020 el cantante tuvo que instalarse quince días en ese país y cumplir una estricta cuarentena. Este es otro de los tantos sacrificios que ha tenido que hacer a lo largo de su carrera, que lo obliga constantemente a alejarse por momentos de su casa, su familia, sus amigos y su tierra. Rodeado de instrumentos, micrófonos y computadoras, que se llevó para poder seguir componiendo durante el encierro, Alborán también aprovecha este tiempo para promocionar su último disco, Vértigo, el cual se podrá escuchar a partir del 6 de noviembre.
–¿Qué le da vértigo a Pablo?
–Pues el amor me da vértigo. El odio, el dolor, todo lo que se ve por la televisión, la incertidumbre que estamos viviendo, la política... La economía del mundo mezclada con la salud me da mucho vértigo también. Pero, a la vez, me alegro de sentir vértigo, porque si no sería todo igual. Creo que es un sentimiento humano, necesario, que nos hace conocer nuestros límites y nos hace sentir vivos, por lo que me parece algo positivo.
–Te escuchamos decir en estos días que Vértigo es tu disco más honesto ¿Qué te hace sentirlo así?
–Cuando más vulnerable se siente una persona, más auténtica es, por esa razón considero que este es mi disco más fiel. Creo que esta pandemia nos ha desnudado a todos, nos ha despojado de muchas tonterías y nos ha hecho reubicar todo lo que no era prioridad y ahora lo es, como valorar las pequeñas cosas del día a día, el ser feliz. Por eso creo que las canciones deben ser lo más fiel posibles a lo que uno siente en ese momento, y este disco es muy genuino en ese sentido, muy íntegro. Trae una samba, una bachata, tiene canciones más clásicas, otras más acústicas y otras más alternativas y experimentales.
–De todas las canciones que tiene el disco, ¿cuál es la que más te identifica?
–Hay una, que no puedo decir el nombre aún, que por su ritmo me lleva de golpe a mi niñez. Habla de cómo me siento ahora mismo y cómo me quiero sentir de acá en adelante. Es una samba, una canción muy positiva que intenta provocar la reflexión de que el tiempo pasa y que no debemos detenernos más de tres minutos en cosas que no valen la pena. Esa sensación de meterte en la cama y saber que todo está en orden, en su sitio, y que no falta nada más para ser feliz, que hay calma. Yo soy una persona a la que le gusta mucho la calma, y no la de estar aburrido, sino la de la ausencia de problemas. El valorar que todo está como tiene que estar y que en definitiva la fiesta está aquí dentro, no por fuera. Y en todo esto que acabo de contar, ya dije el título de la canción [risas].
–En "Si hubieras querido", el primer sencillo que salió de este álbum, te animaste a componer con otras personas por primera vez ¿cómo fue ese proceso?
–Pues la compuse con Julio Reyes, con Diana Fuentes y con Nico, que es un productor que trabaja con Julio. El proceso ha sido muy divertido, un experimento total. Yo no daba un duro por ese día, no por nada en particular, sino porque pensaba que era mucho más difícil coincidir. Al final te terminas dando cuenta que la música es compartir y lo único que tienes que hacer es dejarte llevar y aprender del otro. Ha sido súperdivertido, súperenriquecedor y muy bonito que encima haya salido bien. Pienso también que aunque no hubiese salido nada es positivo conectar con otras personas, porque en el proceso vas aprendiendo cómo viven el desamor, el amor, cuáles son sus técnicas y sus recursos para hablar de lo mismo que hablo yo, que no es más que de la vida en general.
Un artista fiel a sí mismo
–A lo largo de tu carrera has ido probando diferentes sonidos, jugando y fusionando ritmos, pero siempre manteniéndote fiel a tu estilo y sin sucumbir ante ciertas modas. ¿Cómo se hace para no caer en la vorágine de una industria que cada día es más vertiginosa y busca vender por sobre todas las cosas?
–Yo he pensado mucho en lo que estás diciendo, pero mucho, mucho, porque como estoy componiendo todo el día es inevitable a veces dejarse influenciar por lo que uno escucha por todos lados. Como compositor y como artista defiendo la emoción, y quien diga por ejemplo que en el reggaetón no hay emoción, miente, porque he escuchado baladas que no transmiten nada y reggaetones que sí. Todo depende de cómo se hagan las cosas y de los gustos, porque también puede ser que a tí te guste algo que a mí no, y viceversa. Sí es verdad que el ritmo de la industria ha cambiado muchísimo, al igual que la manera de disfrutar la música. Soy de las personas que luchan por que volvamos a darle a las canciones el tiempo y el espacio que se merecen, y eso implica también darnos espacio a nosotros mismos, sentándonos en casa a leer un buen libro y escuchar un buen disco. Hay que reflexionar un poco y volver a disfrutar de esas pequeñas cosas, que el ritmo sea un poco más tranquilo.
–Empezaste a componer con solo 12 años y hasta el día de hoy seguís escribiendo tus canciones. ¿Es algo que te nace naturalmente o fuiste estudiando la mejor forma de hacerlo?
–He buscado siempre la manera de intentar no repetirme, y eso a veces hace que te repitas y a veces que encuentres canales distintos para decir las cosas. Es muy difícil encontrar otra forma de decir "te quiero", otra frase que diga lo mismo. Me he pasado la vida, y pasaré el resto de mis días descifrando cómo hacerlo.
–Tus letras son muy profundas y componés con mucho sentimiento ¿Sos de sentir así de intenso?
–En la vida real no soy tan intenso –dice mientras se ríe–, aunque habría que ver qué se esconde detrás de esa palabra. Conozco gente muy intensa, y a veces soy de confundir la intensidad con el ser pesado, algo que yo procuro no ser ni conmigo mismo ni con la gente. Hay veces que soy muy solitario, hay veces que no reverbero ni lo bueno ni lo malo. Creo que las cosas tienen su tiempo y hay que disfrutarlas. A veces pienso que sí, soy intenso, pero después me doy cuenta que no. En mi vida real soy muy empático y sensible, le doy mucha importancia a la emoción y al amor, al buen amor. Es verdad que mis canciones son un poco así. Si escuchas siete baladas seguidas vas a pensar que este niño tiene un problema de amor, pero no, porque cada tema tiene su propia historia y hay veces que el personaje no soy yo.
Una ventana a su vida privada
Durante el mes de junio, Pablo sorprendió al mundo entero al publicar un video en su cuenta de Instagram en donde contaba públicamente que era homosexual. Esta fue una de las primeras veces que el artista abrió las puertas de su intimidad, algo que siempre ha intentado resguardar.
–Siempre has sido muy reservado con tu vida privada. ¿Qué te hizo sentir la necesidad de contarle al mundo esta parte que siempre mantuviste puertas para adentro?
–Creo que lo hice porque sentía la necesidad de mostrar más cercanía y honestidad conmigo mismo, y me di cuenta que uno de los pasos que tenía que dar era ese. Tuve la suerte de poder hacerlo cuándo, dónde y cómo yo quería. Haber contado públicamente que soy homosexual no significa que el resto de mi vida haya sido una cárcel ni nada por el estilo. He tenido muchísimo amor a mi alrededor y el video fue simplemente un mensaje honesto para que me conozcan un poco más. Mi música no cambia, mi manera de entender el amor es la misma de siempre, y si te fijas mis canciones no tienen género desde hace muchísimos años, porque entiendo el amor mucho más allá de un hombre y de una mujer.
–Todo esto se dio en el contexto de esta pandemia que obligó al mundo a ponerse en pausa ¿cómo viviste estos meses tan especiales y cómo impactó en tu carrera?
–Tuve suerte porque di mi último concierto en Uruguay, que cerraba la gira, y ni bien llegué a España empezó el estado de alarma y toda la pandemia. Solo tuve que cancelar un show, pero sí es cierto que tenía muchos planes para 2020. Con todo esto del lanzamiento del disco quiero hacer un tour, pero no sé cómo, aunque ya encontraremos la manera de salir adelante. Sí he tenido muchos compañeros que debieron para una gira internacional, literalmente frenar el tren, y sé que ha sido muy duro.
–Igualmente ha sido un año de muchos logros, que como broche de oro termina con dos nominaciones a los Latin Grammy ¿sentís que finalmente este va a ser el año en que ganes uno?
–¡A ver si cae ya! [risas] Mira, yo no sé, ojalá, ojalá... Ojalá por lo que significa la canción. Recuerdo el primer año que me nominaron, me hice un texto que puse debajo del teléfono por si me tocaba recoger el premio, lo tenía como escondido. Luego no me tocó y rompí ese papel. Otro año me compré todo tipo de vírgenes [continúa riéndose]. He hecho de todo, así que esta vez que sea lo que Dios quiera, porque estar nominado ya es un regalo.
–¿Para este año tenés pensada alguna cábala en especial?
–De momento solo tengo un colgante de la virgen de Guadalupe aquí, que me ha cuidado y protegido mucho. Es algo más espiritual que religioso. Creo que la única cábala será no tener cábala, porque nunca se sabe lo que va a pasar.
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