Osvaldo Requena: el señor tango
Fue uno de los importantes arregladores del tango desde la década del cincuenta
El pianista y compositor Osvaldo Francisco Requena falleció antenoche, a los 78 años, en esta capital, según informó un parte oficial del Sindicato Argentino de Músicos (Sadem).
Requena, nacido en Buenos Aires el 29 de junio de 1931, fue uno de los importantes arregladores contemporáneos del tango. Como director de orquesta, incluidos los acompañamientos a diversos cantores, grabó más de 400 discos, y como pianista, alrededor de 800 trabajos, según contaba en una de sus entrevistas.
Admirador de Arolas, Gobbi y Francisco Canaro, su primer arreglo lo realizó en la orquesta de Raúl Kaplún en 1951 y de allí en más su piano y su "lápiz" se hicieron conocidos en el ambiente tanguero a partir de sus trabajos con Leopoldo Federico, Florindo Sassone, Astor Piazzolla y hasta el maestro Zubin Mehta.
En 1968 fue designado director del sello Microfón, donde se mantuvo trabajando a lo largo de catorce años. Allí dirigió la orquesta que acompañó a artistas del folklore como Alfredo Zitarrosa y Los Quilla Huasi, entre otros. Durante la década del setenta se desempeñó como director de la orquesta estable de Canal 11 de televisión, donde acompañó a artistas de todos los géneros.
El pianista, que dejó unas cien obras inéditas compuestas, acumulaba un envidiable archivo de arreglos del tango de todas las épocas con más de ocho mil partituras. Esa capacidad para trabajar sobre diferentes estilos del tango le permitió ser convocado por el director de cine Leopoldo Torre Nilsson para componer la banda de sonido de Los siente locos, donde incluyó obras originales de su autoría como "La milonga del rufián melancólico", "El vals del encuentro" y "Tango del desorden".
A partir de 1984, comenzó a dirigir la Orquesta Nacional Juan de Dios Filiberto, con la que debutó en el Teatro Cervantes. Un año después fundó un trío para tocar sus arreglos. Era un viejo sueño que había comenzado en los sesenta, cuando tocaba junto a Hermes Peresini en violín, Enrique Marchetto en contrabajo y el cantor Floreal Ruiz, amenizando las noches de Turismo Carretera en diferentes provincias. Ese fue el proyecto de trío que reflotó en los ochenta, cuando Requena fue convocado para formar parte de un espectáculo en Michelangelo con Ana María Stekelman. Con ese "Tango sessions", el pianista realizó innumerables giras por los Estados Unidos, Europa y el continente asiático.
Actualmente era uno de los directores principales de la orquesta del Café de los Maestros, integrada por leyendas del género, que estaba girando con éxito en el exterior. Esa versatilidad para conocer el color de cada estilo orquestal le dio un papel destacado dentro de esa formación impulsada por Gustavo Santaolalla.
Sus restos fueron despedidos ayer por familiares y amigos.