Leé la reseña original de Rolling Stone publicada en 1997 para el lanzamiento de la obra cumbre del grupo de Thom Yorke
Radiohead
OK Computer
Cuatro estrellas
Se terminó la época de las quejas y las poses, pero no se lo digan al cantante Thom Yorke. Sobrevivió a la muerte del grunge con la angustia y la desilusión intactas. Lo cual no significa para nada que la música de su grupo no haya madurado. Al contrario, Radiohead es una de las pocas bandas basadas en la guitarra de mediados de los 90 que creció de a saltos. Cuando “Creep”, su primer single, apareció de la nada en Buzz Bin de MTV, en 1993, eran como unos aspirantes a Nirvana del infierno; la obligatoria dinámica de volumen y suavidad, y las letras autocríticas, sonaban vacías. Pero escuchar el tercer disco de la banda, OK Computer -una obra maestra del art-rock- te va a hacer volver a su debut, Pablo Honey, para sorprenderte con la dramática evolución de la banda.
En retrospectiva, las semillas de una banda poderosa estaban ahí desde el principio. Pablo Honey era desigual, pero la voz abrasadora, estilo Bono, de Yorke, y la destreza instrumental de la banda apuntaban al segundo lanzamiento de Radiohead, el más ambicioso The Bends. En ese disco, la música no sólo se complementaba mejor con la bella voz y las letras pensativas de Yorke, puliendo sus expresiones de conflictos internos (“Necesito lavarme otra vez para esconder toda la suciedad y el dolor) hasta convertirlas en meditaciones universales sobre la especie de angustia primal que todos experimentamos cada tanto. Las canciones eran más fuertes -esa vez le debían más a los Beatles que a U2- y Radiohead había expandido su paleta de sonidos para incluir grandes dosis de guitarras psicodélicas, música electrónica y destellos de glam rock.
En OK Computer, Radiohead recoge ideas con las que había empezado a jugar en The Bends y las lleva a la estratósfera. En un momento en el que podrían haber ido a lo seguro, vendiendo sus almas psicodélicas a cambio de un rock & roll más radiable, Radiohead lanzó un disco conceptual cuyo tema -basado en el viejo miedo del rock ante la inminencia de un mundo dominado por las computadoras- se despliega gradualmente en el transcurso de las 12 canciones del disco.
OK Computer no es una escucha fácil. Desde el riff amenazante del guitarrista Jonny Greenwood que introduce el primer tema, “Airbag”, hasta el frágil de Yorke de que el mundo “se detenga” en el último tema, “The Tourist”, cada canción se toma su tiempo para revelarse como un vínculo narrativo para el mensaje espiritual definitivo del disco. En la suite “Paranoid Android”, los instrumentos acústicos y los eléctricos flotan sutilmente en la mezcla mientras Yorke canta, con los dientes apretados, frases como “la ambición te hace ver muy feo”. Complejos cambios de tempo, toques de disonancia, música coral antigua y una estructura melódica estilo King Crimson mueven la canción hacia su conclusión, en la que Yorke canta con voz suplicante: “Dios ama a sus hijos”.
Hay momentos en “Paranoid Android” en los que Yorke canta como si estuviera conjurando el espíritu de Freddie Mercury, de Queen. En varios otros temas, Radiohead también busca inspiración en el pasado. Las palabras que le arroja Yorke a la “Karma Police” (“Esto es lo que recibís cuando te metés con nosotros”) son rescatadas por las vibraciones y las capas estilo “Strawberry Fields Forever” de la música. “Let Down” está montada sobre unas guitarras repiqueteantes estilo The Byrds. Y em ambiente onda Eno de “Fitter Happier” -basado en una voz computarizada que entona clichés como “Cómodo/No beber demasiado/Ejercicios regulares en el gimnasio.../Calmo, en buena forma, más saludable y más productivo”- le dan a la canción una sensación claustrofóbica, estilo Casa de muñecas.
Como el reciente New Adventures in Hi-fi, de R.E.M., la música de OK Computer tiene una característica surrealista y cinematográfica. También al igual que el disco de R.E.M., este álbum sugiere una suerte de encrucijada espiritual oscura. En la delicada “No Surprises”, Yorke anuncia: “Este es mi último ataque, mi última queja”. Hacia dónde irá Radiohead desde acá es un misterio, pero OK Computer es una prueba de que ellos son una banda de rock que todavía está dispuesta a mirar al demonio a los ojos.
Mark Kemp
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