Norah Jones: "Tenemos el deber de hablar por las mujeres que no pueden hacerlo"
Cuando se trata de promocionar su carrera, Norah Jones es de pocas palabras. "Será divertido", se limita a decir, del otro lado del teléfono, sobre el show que dará el 16 de diciembre en Buenos Aires Arena. Y completa con un "estoy muy entusiasmada por ir a la Argentina" de manual. Pero una vez que la pregunta de rigor fue sorteada, la cantante y pianista se abre y hasta su tono de voz cambia. Articula las palabras casi de manera pedagógica y termina todas las frases riéndose, descontracturada.
Esa naturalidad explica, en parte, que se haya convertido en una de las voces más exitosas del jazz cuando comenzaba el siglo XXI. Con un primer disco editado en 2002 (Come Away With Me), Norah Jones se convirtió en la niña mimada de Blue Note, el sello de jazz por excelencia, incluso cuando su música coqueteaba de manera explícita con el pop y el folk. "Es el álbum menos jazzero que Blue Note haya sacado en su historia", escribió en su momento el crítico Robert Christgau, en casi la única reseña negativa que recibió el lanzamiento. Para ella, claro, eso no es algo negativo, sino más bien todo lo contrario. "No creo en las etiquetas, nunca me consideré una cantante de jazz pura", aclara. "Creo que esos rótulos no nos sirven a los músicos y definitivamente no me sirve pensarme así. En lugar de preguntarme cuál es mi rol en la escena del jazz, simplemente deberían preguntarme cuál es mi rol en la escena musical".
Jazzera o no, Norah Jones consolidó su lugar en los años siguientes. Feels Like Home en 2004 le sirvió para revalidar su lugar, pero Not Too Late (2007) la consagró como artista integral. El nombre del disco, que podría traducirse como "No demasiado tarde", funciona como una declaración de principios hacia ella misma: es el primer trabajo de estudio en el que figura como compositora de la totalidad de las canciones. "Ahí empecé a sentir que tenía mi sonido propio", afirma. "Ya había ganado un Grammy como Mejor álbum del año, pero creo que fueron mis composiciones las que me llevaron a encontrar mi identidad. Igual, es algo que uno nunca termina de lograr del todo y eso es lo bueno, siempre estoy buscando".
Nacida en Nueva York en 1979, Norah Jones, que es hija de Ravi Shankar y la productora de shows Sue Jones, descubrió la música en la iglesia y en los discos de Billie Holiday de su madre. Antes de pisar la adolescencia, ya tomaba clases de piano y canto y se había ganado un lugar como solista en el coro de la Iglesia Metodista a la que asistía. Cada paso que dio de ahí en adelante se dio sin forzar absolutamente nada. "Creo que es por eso que nunca me asustó la popularidad ni toda la atención que generé cuando salió mi primer disco", cuenta. "La clave para mí fue nunca perder el goce de hacer música ni exigirme a hacer cosas por cumplir con pautas que no sean las que me pongo yo. Así es como más cómoda me siento y como mejor fluyo artísticamente".
–¿Nunca tuviste una crisis creativa?
–Creo que encontré la forma de no pensar en eso. No soy de sentarme a escribir en busca de inspiración, no me genera ansiedad si no llega. Hago muchas otras cosas en mi vida para ocupar el tiempo. Tengo una familia y dos hijos a los que me encanta dedicarles tiempo y energía. Imaginate si me va a preocupar que no me salga una canción (se ríe). Pero, en serio, creo que ese balance es el que hace que no me obsesione y eso se nota en mi música.
De pronto, todos querían hacerme una nota y saber de mi vida. Creo que la idea de mantener siempre el costado divertido de hacer música fue clave
–¿Y cuando recién empezaste, que apenas habías pasado los 20 años, te fue fácil pensar así?
–No, y sobre todo porque todo fue muy repentino. Lo que había empezado como algo por diversión se volvió gigante de golpe. A esa edad también te ayuda que no sos del todo consciente de lo que pasa y hasta encontrás la forma de disfrutarlo. Pero muchas veces me encontré sin entender qué estaba pasando. Mi manager en ese momento me ayudó mucho, por momentos la exposición era mucha. De pronto, todos querían hacerme una nota y saber de mi vida. Creo que la idea de mantener siempre el costado divertido de hacer música fue clave. Eso es lo que nunca tenía que perder de vista. Hoy lo tengo más claro, pero creo que siempre estuvo en mí eso.
–De algún modo siempre te mantuviste al margen del costado más amarillista del periodismo de espectáculos ¿fue algo que evitaste de manera consciente?
–No sabría decirte eso, pero nunca me interesó. No suelo ir a eventos, evito la alfombra roja. Y si no te exponés de entrada, después es más fácil. Simplemente dejás de estar en el radar. No es que evite dar notas ni promocionar mi música, es que trato de que mi vida privada y mi vida pública no se mezclen. Una vez que encontrás ese equilibrio, es cuestión de mantenerlo. Hoy ya no es algo que ni siquiera tenga que proponérmelo.
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–¿Tu último disco se llama Begin Again y salió el mismo año en el que cumpliste 40, hay alguna relación entre ambas cosas?
–No lo sé, pero puede ser. Siento que tiene que ver con cómo pienso mi vida en todos los aspectos. Trato de no mirar hacia atrás y quise transmitir ese mensaje, el de moverse siempre hacia adelante. Desde lo musical, eso puede verse en el hecho de que trabajé con Jeff Tweedy (líder de Wilco) por primera vez y lo admiraba desde hacía mucho tiempo. Siempre me gustaron sus canciones y nunca había pensado en trabajar con él, esta vez me dije "¿Por qué no?" Y estoy muy contenta con el resultado y con el proceso. Fue un placer trabajar con él en el estudio.
–El movimiento feminista se encuentra viviendo un momento histórico y el arte y la cultura no son ajenos ¿Cómo ha sido tu experiencia en la industria y cuál creés que es tu rol a la hora de expresar tu postura?
–Nunca experimenté situaciones desagradables por ser mujer, ni siento que se me hayan negado espacios por serlo. Pero soy consciente de que soy afortunada, y de que estoy en una situación de privilegio. Que yo no haya vivido esas cuestiones no quiere decir que no existan, y siento que el deber de las que tenemos una voz y un lugar es el de hablar por las que no pueden, visibilizar esas desigualdades. Estamos viviendo tiempos de cambio muy importantes para las mujeres y mi responsabilidad como artista es estar a la altura. Siempre que tenga la oportunidad de manifestarme, voy a hacerlo.
Norah Jones. El 16 de diciembre en BA Arena. Entradas desde 1800 pesos.
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