“No me gustan los lunes”: la tragedia en una escuela de Cleveland que inspiró al creador de Live Aid a escribir un clásico
“I Don’t Like Mondays” es el tema más famoso de la carrera de Bob Geldof; inspirado en un hecho trágico, el músico se enteró de lo sucedido casi de casualidad
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“No me gustan lo lunes. Decime por qué. Porque no hay razones. ¿Qué razones necesitás que te muestre?”. El sentido más obvio de estas frases es el hastío de tener que volver al trabajo o al colegio, luego de un fin de semana. Porque desde que el ser humano comienza la escuela genera el reflejo adquirido de cierta aversión por el primer día hábil de la semana. Por supuesto que hay excepciones, si hay algo de la escuela que nos gusta especialmente, o si el trabajo es lo suficientemente grato como para querer volver. En cualquier caso, nada de esto tuvo que ver con el impulso que tuvo, en 1979, Bob Geldof de escribir una canción que tituló “I Don’t Like Mondays”. La inspiración fue una tragedia.
Para este cantante y compositor las noticias resultaron sumamente estimulantes para su carrera artística. Se podría decir que dos de ellas son las que le permitieron tener una página en la historia del rock. Una de ellas fue un informe hecho por el periodista Michael Buerk, para la BBC, referido a la pobreza en Etiopía. Lo vio por televisión en 1984. Geldof pensó en una campaña solidaria a partir de una canción, “Do They Know It’s Christmas?”, que escribió junto al músico de Ultravox Midge Ure. Así surgió Band Aid, con músicos ingleses e irlandeses. ”Es Navidad, no hay que tener miedo. En época navideña, dejamos pasar la luz y desterramos la sombra. Y en nuestro mundo de abundancia, podemos difundir una sonrisa de alegría. Lanza tus brazos alrededor del mundo en Navidad. Pero di una oración, ora por los demás. En Navidad, es difícil, pero cuando te diviertes, hay un mundo fuera de tu ventana. Y es un mundo de miedo donde la única agua que fluye es la picadura amarga de las lágrimas. Y las campanas navideñas que suenan allí son las campanas de la fatalidad. Bueno, esta noche, gracias a Dios, son ellos en lugar de ti. Y no habrá nieve en África esta Navidad. El mejor regalo que recibirán este año es la vida, donde nada nunca crece, no llueve ni fluyen ríos ¿Saben que es Navidad? Levanta un vaso para todos. Para ellos, debajo de ese sol ardiente. ¿Saben que es Navidad?”
En la grabación participaron artistas muy famosos de la década del ochenta, en un encuentro coral que se llamó Band Aid. Meses después se realizó otro proyecto con estas características en los Estados Unidos llamado USA for Africa, también con un seleccionado de figuras. Ese mismo año se creó el festival Live Aid, con dos escenarios a cada lado del océano Atlántico. El primero en Londres, en el estadio Wembley; el segundo, en Filadelfia.
Varios años antes hubo otra noticia que se convirtió en canción y que terminó poniéndolo en la escena mundial: “I Don´t Like Mondays”. El tono era totalmente distinto del de “Do They Know It’s Christmas?”. En 1979, el rostro de Geldof todavía no había paseado por las pantallas de los cines gracias a la película The Wall, de la que fue protagonista. Para ese año, el irlandés era el cantante de una banda llamada The Boomtown Rats. Durante una visita promocional a una radio de los Estados Unidos, vio en un teletipo (máquina que recibía los cables de las agencias de noticias) información sobre un ataque a una escuela de San Diego, California.
El lunes 29 de enero de 1979, una joven de 16 años llamada Brenda Ann Spencer disparó desde la ventana de su casa en dirección al colegio Cleveland Elementary School. Mató a su director Burton Wragg y a uno de los guardias, Mike Suchar, e hirió a ocho niños. En su casa tenía una carabina ruger 10/20 con mira telescópica y 500 balas que le había regalado su padre en la Navidad anterior.
Cuando Geldof salió de la radio hacia el hotel fue abordado por una frase que terminó siendo el comienzo de su canción. “The silicon chip inside her head. Gets switched to overload. And nobody’s gonna go to school today. She’s gonna make them stay at home”
Después apareció el resto que, en castellano, sería: “Un chip dentro de su cabeza se puso en marcha hasta sobrecargarse. Y nadie va a ir a la escuela hoy. Ella va a hacer que se queden en casa. Y papá no lo entiende, siempre dice que ella era tan buena como el oro, y no puede ver ninguna razón, porque no hay razones. ¿Qué razones necesitás que te muestren?”
“Escribí esa primera frase. Y los periodistas que la entrevistaban decían: ‘¿Dime por qué?. Era un acto sin sentido. Era el perfecto acto sin sentido y esa era la perfecta razón sin sentido para hacerlo. Así que pude escribir la canción sin sentido más perfecta para ilustrarlo. No fue un intento de explotar la tragedia”, explicó el cantante años después.
Lo que en ese momento impresionó a Geldof fue la declaración de la chica cuando le preguntaron por qué había disparado: “No me gustan los lunes. Sólo lo hice para animarme el día”. La canción fue, sin dudas, el gran éxito de toda la carrera de Geldof. No faltó escenario en donde la cantara, desde los shows con su banda hasta los grandes festivales.
La familia de la adolescente intentó que la canción no se difundiera, pero solo las emisoras de San Diego decidieron no pasarla. En los Estados Unidos entró al top 100 de Billboard y le valió a los The Boomtown Rats una gira por los Estados Unidos. En el Reino Unido, más distante de la tragedia, el éxito fue mayor. Para julio del 79 el tema había alcanzado la cima del chart de los singles más vendidos.
Geldof la interpretó en un concierto en Londres de 1995 que celebraba los diez años de Live Aid. También hubo versiones de Bon Jovi y de Tori Amos, para el disco Strange Little Girls (2001). La canción siempre acompaña al irlandés. Quedó en una versión muy acústica para el disco El baile de la policía secreta, de principios de los ochenta, y en el registro informal de un show de 2010 en el O2 Arena, cuando Bon Jovi lo invitó para cantarla.
Con el paso de los años, muchos de los que escuchan el tema por primera vez no conocen la historia que lleva detrás. De hecho, como no hay referencias explícitas, corean su estribillo y hasta le pueden dar otro sentido. Así es como el video de la canción puede parecer insensible frente a los hechos. Un grupo de alumnos que parecen zombies y los músicos de The Boomtown Rats que interpelan a la voz de Geldof con un “Tell me Why” que suena a un coral del estilo de los que hacía Queen. Vale aclarar (o volver sobre las palabras del autor) que, según Geldof, el tema no trata de cargar las tintas sobre la tragedia sino sobre el sinsentido del acto.
La historia que va detrás seguirá existiendo. “No tengo ninguna razón más, sólo fue por divertirme, vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, así que eran blancos fáciles para mí”. Eso fue lo que dijo Spencer para explicar sus actos, esos que nunca intentó justificar. Seis horas tardó la policía para sacarla del departamento donde vivía con su padre y en el cual se había atrincherado.
Fue juzgada. Se declaró culpable de dos asesinatos y ataques con arma de fuego. El 4 de abril de 1980, un día después de cumplir los 18 años, fue condenada a cadena perpetua. En cuatro oportunidades sus defensores pidieron su libertad condicional, pero en todas ellas el tribunal se la denegó. Sigue encarcelada en el Instituto para Mujeres de California.
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