Nelly Omar: la de siempre se fue una vez
Conocida como "la Gardel con polleras", falleció ayer, a los 102 años; fue una de las grandes voces del canto criollo
Si Nelly Omar se hubiera quedado para siempre en este mundo, su vida no habría sido real. Pero, para eternas están esas canciones criollas que tan bien interpretó. Nelly se despidió ayer, tres meses después de haber cumplido 102 años y luego de haber dejado impresas, en el repertorio popular argentino, esas magnificas versiones de tangos, valses y milongas que comenzó a entonar cuando era muy joven.
Yo soy como siempre, yo nunca cambié,/ mi ropa es la de antes, mi vida también./ Por eso, de pronto, me cuesta creer/que seas la misma, la misma de ayer."
"Y dicen que no te quiero /porque no me ven contigo./Si supieran que en el alma tenemos / nuestros sueños aferrados."
"Eternamente mi vida te dejo, /eternamente, mi vida te doy. /Y aunque tu dices, que nunca me atrevo,/eternamente mi vida te doy."
Con canciones como estas -"Parece mentira", "Y dicen que no te quiero" y "Amar y callar"-, la centenaria cantora Nelly Omar se hizo famosa.
Además, también se dio el gusto de interpretar algunos de estos temas en su fiesta de cumpleaños número 100, que celebró en noviembre de 2011 (dos meses después de su cumpleaños real) sobre el escenario del estadio Luna Park.
Esos misterios de vida hicieron que Nelly no sólo llegara a los 100 años, sino que lo hiciera con total firmeza y con la capacidad para plantarse ante la multitud que esa noche había colmado el estadio para verla, para saludarla, para escucharla interpretar ese puñado de temas criollos inoxidables, que llevó a cuestas con el paso de las décadas, haciéndoles frente a los cambios de épocas y de modas. Porque Nelly fue una mujer fuerte de carácter en épocas en las que a las mujeres no les era tan fácil levantar la voz. Hasta fue proscripta por su pasión peronista.
Siendo muy joven se ganó el mote de la Gardel con polleras, por ese repertorio criollo que recorría con su voz, la mayoría de las veces en compañía de conjuntos de guitarras, y en algunos breves períodos con orquesta típica. De su historia surgen muchas anécdotas –la de cuando conoció a Carlos Gardel siendo una niña, la de su relación sentimental con Homero Manzi, la de su deseo de ser aviadora, las del tiempo de su proscripción política– pero lo que definitivamente hizo que durante tantas décadas subiera a los escenarios fue el repertorio que había elegido y esa voz con temperamento, que maduró y se añejó con la elegancia de quien sabe llevar sus años.
Fuerte de carácter y fuerte de espíritu, vivió sola hasta el día de su muerte. Se manejó de manera muy independiente aun después de haber cumplido los 100, pero no dejaba de ser como el resto de los humanos, por eso padeció la fragilidad de huesos que tiene cualquier persona mayor. Su 2012 comenzó con un tropezón que terminó en caída y en fractura, por lo que debió ser internada y operada.
Pero son más los datos coloridos que los malos pasos los que quedan en su biografía. Nelly había nacido como Nilda Elvira Vattuone en una estancia llamada La Atrevida en los pagos de Guaminí, el 10 de septiembre de 1911. Casi como un hecho providencial, cuando apenas tenía 7 años, su papá fue el encargado de contratar al dúo Gardel-Razzano para una actuación en el teatro del pueblo, y fue así como conoció al Zorzal criollo.
Pero para definir una vocación se necesitaba más que eso. Porque los comienzos de su carrera estuvieron también relacionados con el talento y la necesidad. Tras la muerte de su padre, Marcos Vattuone, la familia debió trasladarse a Buenos Aires. A los 12 años, Nelly trabajaba en una fábrica textil. A los 15, ya cantaba en el cine Argos y a los 17 debutó en radio. Para la década del 30, se presentaba a dúo con su hermana Nélida con un repertorio de temas camperos. Se integró a proyectos radiales (siempre como cantante) y se presentó en varias salas del país. También se casó, en 1935, con Antonio Molina, a quien conoció en un elenco creado para radio. Se decía de ella que era una "cantante diferente" y "la Gardel con polleras" hasta que en 1942 Sadaic la distinguió como "La voz dramática del tango".
Francisco Canaro fue quien gestionó su primera grabación, en 1946. Ese primer registro incluyó piezas como "Adiós pampa mía", "Canción desesperada", "Sus ojos se cerraron" y "Sentimiento gaucho". Cinco años después, en 1951, grabó con la orquesta de Domingo Marafioti "La descamisada" y "Es el pueblo".
Con el golpe de Estado de 1955 y la caída del gobierno peronista, a Nelly se le hizo difícil conseguir trabajo. Cantó en una cantina, se fue a Uruguay y luego a Venezuela, donde vivió alrededor de un año, hasta su regreso a la Argentina, durante el gobierno de Arturo Frondizi. Sin embargo, en los años siguientes no frecuentó demasiado los escenarios. Grabó con Roberto Grela y recién en los setenta armó una sociedad con el guitarrista José Canet y luego con la orquesta de Alberto Di Paulo. Por ese tiempo también se dedicó a la composición. Escribió letras de piezas como "Amar y callar" y "A Guaminí", dedicada a su pago.
En los años noventa recibió distinciones como la de Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y cerró la década como parte del memorable elenco de Encuentro a todo tango, espectáculo que se realizaba en El Club del Vino y también alistaba al Dúo Salgán de Lío y al Quinteto Real. Con el nuevo milenio dio esporádicos conciertos con el grupo de guitarras de Carlos Juárez. En 2005 publicó el disco La criolla, con producción de Gustavo Santaolalla. En 2009 cantó en el Luna Park y volvió a ese escenario para celebrar sus 100 años, frente a mucha gente, pero en intimidad con esas canciones que ya no tienen tiempo ni época, como Nelly.
El sepelio se realizará hoy, de 9 a 10, en el panteón de Notables de Sadaic, en el Cementerio de la Chacarita.
Para el tango no habrá ninguna igual
Sus colegas la recuerdan con admiración y respeto
- Horacio Molina
"Nelly es emblemática por todas las cosas que ha vivido y por su honestidad artística e ideológica. Siempre le tuve un gran respeto por su autenticidad para cantar, sin ningún firulete raro, las cosas como son, al pan pan y al vino, vino. A la vez era una mujer respetada porque tenía una personalidad muy fuerte, con grandes valores, que iba siempre al frente. Una gran artista." - Lidia Borda
"Nelly fue ese tipo de artistas que son fundacionales, que marcaron un camino y dejaron un legado que hay que seguir. Es un ejemplo en muchos sentidos. Fundó un estilo que tiene una identidad absoluta. Quizá por eso me choca que le digan la Gardel con polleras. Porque para mí Nelly Omar tenía identidad propia y un estilo bien distinto al de Gardel. Tenía ese fraseo campero que, como dijo Manzi, es como si no se hubiera sacado nunca el abrojo de la pollera". - Ariel Ardit
"Por Nelly sentí siempre una gran admiración porque fue un ejemplo de convicción que rara vez se ve en una profesión como el tango. No habrá ninguna igual. Pero si bien uno piensa en la pérdida terrenal, Nelly es como el tango, que va a estar siempre. Cuando alguien quiera descubrir nuestras raíces, ella va a estar esperando." - Hernán Lucero
"La he amado profundamente y si canto lo que canto es por ella. Siempre me acuerdo lo que me decía: «Amo a mi pueblo por lo que es, pero más lo amo por aquello que mi pueblo necesita.»"
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