Nahuel Pennisi, el artista que cantó en el partido de la selección: "Me emocioné muchísimo"
Anoche cantó la canción patria antes del partido de Argentina-Perú por las eliminatorias para el próximo Mundial de Fútbol; ya lo había hecho en un partido de Los Pumas y en la Copa Davis
"Me emocioné muchísimo. Fue uno de los regalos más fuertes que me ha tocado recibir de la mano de la música. Tengo alma futbolera y cantar el Himno en un partido tan importante fue un orgullo muy grande", dice a LA NACION Nahuel Pennisi, que a pesar de ser no vidente es un apasionado hincha de Boca y, por supuesto, de la selección, y agrega: "Lo más emocionante para mi fue escuchar a la hinchada cantar con tanto sentimiento el himno".
El pibe que cantó el Himno Nacional Argentino antes del partido de Argentina-Perú por las eliminatorias del próximo Mundial de Fútbol no es un pibe, aunque él, por momentos se siente así. Para algunos era un desconocido hasta que lo vieron anoche frente a un micrófono, para otros era Nahuel, un vecino de Florencio Varela al que conocen de chico, de verlo tocar la guitarra y cantar. Para los que ya lo conocen como músico profesional era ese talentoso artista que consigue todo lo que se propone. Y lo que no, también.
Porque antes de cantar para el fútbol ya lo había hecho en otras ceremonias, como un partido de la Copa Davis, un partido de rugby entre Los Pumas y los All Blacks, y hasta en los premios Grammy latinos y los Gardel. Esas cosas son las que consigue sin proponérselas; para eso hay que ser bueno pero también tener los contactos suficientes. Y él los tiene, ya que es artista de una de las compañías discográficas más importantes del mundo, y uno de los músicos argentinos que más apoyo ha tenido. Lo que es capaz de conseguir por propia decisión se puede ver en el arte de tapa de su último disco, Feliz, que presentará el 12 de octubre en el Teatro Opera. En la gráfica del CD aparecen varias fotos su infancia. En una se lo ve andando en bicicleta, cosa que no tendría nada de llamativo si no fuera porque Nahuel es ciego desde su nacimiento.
Subir a una bicicleta sin poder ver demuestra coraje, quizás el mismo que tuvo cuando, hace diez años, apenas terminó el secundario se fue a tocar a la gorra a la peatonal de Lomas de Zamora. De ahí a la de Quilmes, de ahí a Florida, en Buenos Aires. De ahí a registrar su primer disco de folklore. De ahí a México y los Estados Unidos. De ahí a grabar ópera de cámara en Francia. De ahí a los premios Gardel y los Latin Grammy, y los estadios deportivos, como genuino portador del Himno Nacional Argentino.
Ahora vive en Colegiales, y aunque tiene 26 años, sigue siendo el pibe de Varela que se rodea de sus afectos. Que escribe canciones con letras de su amigo de infancia Leonardo Martín Ojeda (“León Cuyé”). Y es también, el que así como se subió a una bicicleta sin poder ver el camino (sólo por intuirlo), también se subió a un avión y se fue a Los Angeles para grabar el disco que presentará el jueves. Le dieron una semana de estudio para reunirse con sesionistas muy experimentados y grabar 14 canciones en 4 días. Un batero que sale de gira con John Mayer y graba para Taylor Swift, un bajista que tocó en las bandas de James Taylor y Allan Holdsworth durante muchos años y un guitarrista al que Nahuel le preguntó: “¿En serio que conocés a Stevie Wonder?”, y el músico le contestó: “Grabé con él hace dos semanas”, le dijo Dean Parks, un veterano de los estudios de grabación y los escenarios de grandes figuras del rock y el pop.
Claro que nada de eso garantiza un buen disco de un músico argentino que va del folklore a la canción pop. "Tuve una gran incertidumbre hasta que llegué allá. Porque era una manera muy distinta de trabajar. Uno está acostumbrado a los músicos argentinos y al ensayo; a una manera más humilde o normal de grabar. Llevé partituras escritas lo más detalladamente posible, porque las partituras eran el ensayo”, dice Nahuel.
En el medio, sesiones en Buenos Aires con músicos argentinos (Franco Luciani, Tiki Cantero, Juampi Di Leone), que le dieron el toque local a un disco que suena fresco, pop e internacional para el mercado latino, y, al mismo tiempo, expone lo local en alguna zamba. También una pista bien flamenca que le mandó Niña Pastori desde Madrid, para que su voz decore el tema “Somos”. Luego de esos registros hubo otro viaje para mezclar el CD junto a Gustavo Borner y Justin Moshkevich. “No sé si volveré a grabar de esta manera, pero siento que es un disco muy espontáneo. En cada disco uno se va encontrando más. Este es recién el segundo y me quedan unos cuantos por grabar”, agrega entusiasmado.
“Hay cosas conscientes y otras inconscientes en todo esto. La parte consciente es la de aprender todo el tiempo, de crecer musicalmente, de tener la posibilidad de que en un disco que saca Sony haya temas con compases irregulares, en ritmos de 7/8. La inconsciente es la emocional y lo que pasa con la gente cuando canto. O cuando últimamente me invitan a cantar Lila Downs, Abel Pintos, Diego Torres, Marcela Morelo o Victor Heredia y que me consideren un colega. Eso me emociona".
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