El single debut de la banda liderada por Douglas Fieger retrata un vínculo idealizado que se enfrentó a duros obstáculos en el tiempo y que Ben Stiller “rescató” para su largometraje, Generación X
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A sus 25 años, Doug Fieger conoció a Sharona Alperin y su vida dio un brusco giro. El músico oriundo de Oak Park, Michigan, siempre tuvo muy en claro cuál era su meta: instalarse en Los Ángeles y triunfar en la industria musical. Sin saberlo, Sharona iba a darle un fuerte respaldo en ese proceso que comenzó cuando, en 1978, Fieger se subió por primera vez a un escenario junto al guitarrista Berton Averre, el baterista Bruce Gary y el bajista Prescott Niles. Así, se formó The Knack. El primer demo en el que trabajaron empezó a circular por diferentes discográficas hasta que el grupo obtuvo la ansiada aprobación de Capitol Records para darle forma a su disco Get the Knack, editado en abril de 1979.
Por entonces, Fieger estaba convencido de que el primer single de ese álbum de doce composiciones debía ser aquel que, junto a Averre, le escribió a su pareja. De esta manera, “My Sharona” se lanzó nada menos que como la carta de presentación de la banda al mundo y el éxito fue rotundo, tanto así que la vida privada de su factótum pasó a estar en el centro de la escena, no solo por la autorreferencialidad vertida en el tema, sino por cómo su vínculo con Alperin se inmiscuía en todo el álbum. El propio músico lo reconoció cuando le consultaron sobre su vida sentimental y cómo esta se entrelazaba con esa mujer con la que experimentó un intenso noviazgo a lo largo de cuatro años, tan solo el comienzo de una historia de amor sobrevolada por momentos idílicos, otros angustiantes y por diversos quiebres que luego se revirtieron.
“Un fuerte golpe”
Meses antes de inspirarse en su novia para la canción más conocida de su banda, Fieger describió cómo el amor que sentía por esa joven no fue fruto de un proceso. “Me enamoré de manera instantánea”, declaró el artista. “La miré y fue como si me hubiesen dado un fuerte golpe con un bate, mi cabeza quedó extraña, y luego no pude dejar de escribir temas que me remitieran exclusivamente a ella”, reveló. Una tarde, en el estudio, se puso a componer con Averre, quien le preguntó si estaba seguro de hacer una canción que llevara el nombre de su pareja en el título. El guitarrista se mostró dubitativo porque no compartía la postura de Fieger de que la banda trazara una línea recta entre sus letras y la historia detrás de las mismas, por lo que le pidió al vocalista que considerara cambiar el nombre de ese futuro hit. “No hubo manera de convencerme”, reconoció el frontman. “Yo estaba buscando ahondar en mis sentimientos más profundos, en que estos queden claros, y por eso quería que Sharona fuera nombrada”, explicó. “Además, buscaba hacer un tema un tanto adolescente, con la perspectiva de un joven de 14 años que se encontraba embelesado por una chica”, añadió.
"Yo estaba buscando ahondar en mis sentimientos más profundos, en dejarlos bien en claro y por eso quería que Sharona fuera nombrada"
Doug Fieger
Esa misma tarde, en la que se encontraron a escribir el single, Fieger y Averre terminaron de componerlo en tan solo quince minutos, y luego lo grabaron con la banda, con producción de Mike Chapman. Si bien el tema parece estar aludiendo a un amor no correspondido, a una necesidad de llamar la atención de la mujer del título, lo cierto es que Sharona Alperin tenía planes muy concretos con Fieger, quien se hallaba verdaderamente subyugado por ella y planeaba forjar un futuro a su lado a pesar de que ambos eran muy jóvenes y sus decisiones podían interpretarse como un tanto apresuradas. De hecho, con el tiempo la pareja advertiría que así estaban abordando su vínculo: con una premura resultado de ese amor tan avasallante. En “My Sharona”, Fieger describe a su novia como “el motor” que lo hacía ponerse en marcha, la persona que ponía su vida en movimiento, siempre de la mano con la música, a tal punto que Alperin accedió a la propuesta de ser la cara visible de la tapa del single, en la que ella sostiene el primer disco de la banda.
Dos almas gemelas que debieron separarse
“Tenía 17 años cuando lo vi y nos enamoramos. Al poco tiempo de empezar a hablar, ya sabíamos que éramos el uno para el otro, él siempre me decía ‘sos mi alma gemela, sos mi otra mitad’, pero yo estaba de novia y necesitaba tiempo para pensar. Pasó un año, junté coraje y dejé a mi pareja para estar con él”. De esta manera, recordó Sharona Alperin los inicios de su vínculo con Fieger en una cándida entrevista con The Wall Street Journal. La mujer, quien actualmente es una exitosa corredora de bienes raíces, mantuvo un vínculo con el líder de The Knack hasta el día de su muerte, el 14 de febrero de 2010. El músico falleció luego de una larga batalla contra un cáncer de pulmón. Tenía 57 años. “Estuve cerca de él en esos últimos momentos, fuimos amigos hasta el final de su vida”, reveló Alperin, quien confesó que se había comprometido con el cantante por ese frenesí inapelable.
Tras mantener una relación por varios años, decidieron separarse y eventualmente rehicieron sus vidas con otras personas. Alperin se corrió de la industria de la música en la que estuvo inmersa por tanto tiempo. “Recuerdo que me la pasaba viendo los ensayos de la banda y un día me dijeron que tenían una canción que querían que escuchase, pero no me contaron nada más que eso y me olvidé. Salí del trabajo, me subí al auto, puse la radio y no lo podía creer. ‘¿Están nombrándome en ese tema?’ Fue lo primero que pensé y después me volví famosa sin proponérmelo”.
"Estuve cerca de Doug en esos últimos momentos dolorosos, fuimos amigos hasta el final de su vida"
Sharona Alperin
De acuerdo a Alperin, ese breve roce con la fama llegó tanto por la canción en sí misma como por la repercusión que tuvo la portada del single. “Me empezaron a ver como a una celebridad y esa foto la hicimos un día sin producción, yo estaba usando los jeans y la remera que usaba siempre, y después ese look lo empecé a ver en las mujeres que seguían al grupo. Les preguntaba de qué estaban vestidas y me respondían: ‘De Sharonas’. Fue un momento de mi vida increíble”, remarcó Alperin, quien aseguró haberse sentido muy dolida tras la separación, aunque siempre tuvo la certeza de que el vínculo no iba a funcionar a largo plazo, por lo que los vaivenes eran muy frecuentes.
Un día, tomaron rumbos distintos y no se vieron por años, hasta que el deseo de un reencuentro pudo más. “Logramos resignificar lo que teníamos”, declaró Sharona. “Nos hicimos grandes amigos, y su muerte fue un golpe muy duro, esos últimos meses fueron muy dolorosos. Recuerdo su despedida... Todos sus ídolos, gente de la industria a la que él admiraba, todos lo despidieron con mucho respeto, había mucha tristeza, pero también una belleza por el modo en el que se lo recordó”, narró Alperin sobre la partida de Fielger.
La canción que puso a The Knack en la cima con los Beatles
“My Sharona” nació de ese amor que luego tendría un ribete trágico, con esas angustiantes rupturas entre el compositor y su musa, y con ese final en el que pudieron verse y evocar esa juventud que fue puro disfrute. Por lo tanto, no es casual que Ben Stiller haya elegido el tema para su largometraje Generación X, un film que alude precisamente a una etapa de la vida en la que el tiempo parece suspendido, etapa de la vida en la que todo es posible, incluso bailar “My Sharona” en un drugstore sin darle importancia alguna a la mirada de terceros. En retrospectiva, Fieger siempre tuvo razón en esa discusión que entabló con Averre respecto a si nombrar o no a su pareja: el tema fue un éxito precisamente por esa singularidad, por un relato libre sobre lo que implica conocer a alguien cuando el camino por recorrer con esa persona es inconmensurable.
El single debutó en el primer puesto del Billboard Hot 100 en junio de 1979 y permaneció en esa posición por seis semanas. Asimismo, vendió 500 mil copias en los Estados Unidos por lo que obtuvo la certificación dorada de la Recording Industry Association of America, es decir, la asociación estadounidense responsable de certificar las ventas discográficas.
“My Sharona” cosechó ese logro que ubicó a The Knack en la cima junto a los Beatles, el único otro grupo de Capitol Records en haber recibido la certificación dorada con “I Want to Hold Your Hand”. Por lo tanto, aunque hoy se vuelva imposible escuchar “My Sharona” y no bailar como lo hacen los personajes de la película de Stiller (a su ritmo, con una sonrisa indisimulable en sus rostros), la canción sigue siendo, para la mujer que le dio título a la misma, un recordatorio de un romance que quedó trunco antes de tiempo y, a la vez, un testimonio de una loca vorágine que sigue viva cada vez que ese tema vuelve a sus oídos.
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