Músicos en casa: "Es un momento para conectarse con lo mejor de cada uno", dice Dante Spinetta

"Es un momento para conectarse con lo mejor de cada uno", dice Dante Spinetta sobre este tiempo que pasó de cuarentena en su casa de Villa Urquiza con sus hijos Brando y Vida. "Trato de sacar provecho de esa charla que hay ahora en la cabeza y ese espejo constante que es estar con uno mismo. Le va a hacer bien a mi música".

Efectivamente, el tiempo que la ciudad de Buenos Aires lleva de aislamiento preventivo, social y obligatorio va a tener impacto en la música que componga el ex IKV, porque hace dos meses tenía todo listo para encarar la grabación del sucesor de Puñal (2018), su último disco. "Tenía un montón de músicas y conceptos que, obviamente, esto cambió por completo, porque cambió la energía del mundo. Hay un montón de cosas que ni me interesa decir".

Aunque tenga en la cabeza el objetivo de sacar un nuevo material, a Dante se le hace difícil imaginar que pueda presentarlo en vivo de la misma manera en que lo hizo con sus anteriores discos. "Van a pasar muchos meses hasta que podamos volver a estar en un lugar con mucha gente. Hay que reestructurar y ver cómo seguir laburando", dice el músico, que eligió hacer algunos shows en streaming. Estuvo en un ciclo online del bar Camping auspiciado por Branca y fue parte de la edición benéfica del Quilmes Rock que se realizó el mes pasado. Además, este mes presenta el especial Niguiri Sessions, grabado antes de la cuarentena en su restaurant favorito del Bajo Belgrano, en el que tocó un par de sus temas mientras el dueño Federico Nare preparaba unas piezas de sushi.

"No hay que paniquear. Es super importante la salud mental", dice sobre lo que estamos viviendo y sugiere "hacer cosas que te relajen: veo un montón de gente haciendo yoga o meditación ahora". Pero en lo que Dante no se quiere relajar es en los nuevos hábitos de limpieza que incorporó en estos meses. "Hacer las compras es una movida ahora. Tenés que llegar a tu casa y desinfectar todo", dice. "Yo tengo una especie de palangana cerca de la puerta y al lado la lavandina. Cuando llego, limpio todo, producto por producto, fruta por fruta, con un trapo húmedo. Y también limpio las llaves: tengo un rociador, 70 por ciento alcohol y 30 por ciento agua, que les tiro cada vez que las uso".

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