"No tengo novio ni drogas. Soy feliz", arranca Fabiana Cantilo desde su casa en el norte del Gran Buenos Aires. Y sigue en la enumeración de una (cierta) rutina. "Lavo los platos, limpio los pisos... Hago entrenamiento por Skype tres veces por semana, tomo clases de canto y participo de mi grupo de rehabilitación. Salgo un poco cuando voy a hacer alguna compra y camino un rato. Acá en zona Norte hay más naturaleza, y por eso me dan ganas de salir en bici. Cuando se pueda, lo voy a hacer". Todo sucede en compañía de sus gatas, Alegría y Ganímedes. "No tengo hijos, tengo animales", tira otro título.
Enseguida y cambiando el ángulo de la información, describe a Judith Gabin (pronúnciese Gabaaan): el personaje de culto que ella misma creó y que de vez en cuando aparece en algún video, aunque a su manager no le guste. Judith es una vedette en decadencia que contrata a la misma Fabiana como asistente. Parece que Judith apareció el otro día, pero apenas se mantuvo unas horas online. No se ha vuelto a saber de ella.
La cuarentena empezó con la cancelación de una gira europea (Dublín, Londres, Valencia, Málaga, Alicante, Madrid, Barcelona). "No me importó, ya sabía que algo iba a pasar. Antes de mi cumpleaños, el 3 de marzo, lo presentía: que venía un momento importante para la humanidad", asegura y acto seguido, inicia su teoría -conspirativa- sobre la pandemia. "No tenían pensado que los mares se iban a limpiar y que los animales empezarían a correr por ahí. Al fin y al cabo hay algo bueno en este tipo de manipulaciones horrendas... ¡Esta vez les salió mal!", exclama.
Trabajo a presión, como Cerati que componía cuando tenía que grabar un disco. No como Fito que no para de tocar
"No me hagas seguir porque chinos y yanquis me van a cagar a trompadas", pide para cambiar de tema ¿Y la música, la creación? "Soy un poco vaga y muy cinéfila, por eso el cine le gana a la composición", confiesa. Pero igualmente, fue a lo suyo. Terminó el guión de una película y escribió una canción nueva. "Trabajo a presión, como Cerati que componía cuando tenía que grabar un disco. No como Fito que no para de tocar", dice. Su participación en el Quilmes Rock virtual fue algo inesperada ("no me habían contratado, aparecí a último momento") pero sincera. "Soy la única que hizo un vivo de verdad: no tengo nada porque soy una chica que se tiró la plata encima… Así que grabé sola en el living ¡Y me la banco!" eleva la voz.
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