Música para los más chicos
El método Suzuki se usa con niños a partir de los tres años
LA PLATA.- El fin de semana último, más de 80 niños de entre 3 y 8 años dieron un concierto en el salón de actos del colegio nacional de esta ciudad, situado en la intersección de las calles 1 y 49. Cantan y ejecutan instrumentos como piano, guitarra, violonchelo y violín. No son niños eruditos, se trata de alumnos del Conservatorio Gilardo Gilardi que, por medio de un método creado por un japonés, aprenden música con la misma naturalidad que incorporan la lengua materna.
El método Suzuki comenzó a utilizarse en la Argentina hace tres décadas, en Córdoba. En el conservatorio platense, una de las pocas instituciones que lo ofrecen gratuitamente, se aplica desde 1999.
Camila Bermeo tiene 3 años. Su cuerpo pequeño adopta la posición de un guitarrista profesional. A su lado, una decena de niños y niñas en la misma posición, que tienen hasta 8 años, forman un círculo. La profesora Diana Chagalj anuncia que van a interpretar la canción "Estrellita", y a la más pequeña del grupo le indica: "Acompañanos con la tónica, caminando en la cuerda al aire".
Sin titubeos, Camila comienza a tocar con los dedos índice y medio de la mano derecha. Cuando se pierde, mira a su madre, sentada a poca distancia junto con otras mamás, que la orienta por medio de señas.
El hijo del luthier
El método Suzuki -también llamado de la lengua materna o de la educación del talento- fue creado por el violinista y pedagogo Shinichi Suzuki, nacido en octubre de 1898.
Era hijo de un luthier de violines y comenzó su formación musical a los 17 años; durante 8 estudió en Alemania. Al regresar a Japón, comenzó a dictar clases y advirtió que era difícil modificar hábitos adquiridos cuando el alumno tenía cierta edad.
Y reflexionó: "Si los chicos del mundo pueden llegar a dominar su lenguaje por medio de la lengua materna, siendo indiferente el grado de complejidad, ¿por qué no podrían dominar un lenguaje como el musical por el mismo procedimiento?"
Las bases de esta metodología son: formación personalizada, participación de los padres, desarrollo de las capacidades y la personalidad del alumno y la educación del oído. Al principio, se utiliza un repertorio de melodías populares sencillas y la ejecución del instrumento es complementada con la audición de discos.
"Tienen dos clases semanales. En la primera, individual, hay una tarea detallada sobre técnica y postura. En la otra, que es grupal, el trabajo apunta al ensamble", explicó la profesora de piano Adriana Bianchi.
Del proceso también participan los padres, que deben continuar la tarea fuera del conservatorio. Entre los acompañantes de los chicos, la mayoría son madres y tías. "El trabajo es arduo, pero muy placentero. Además, se modifica la relación con tu hijo; por medio de la música te comunicás de un modo diferente", dijo Lorena Díaz, madre de Alexis, de 5 años.
Roxana Molina, la mamá de Ilén Saracho, de 5, agregó: "En los chicos también advertís cambios que no están directamente relacionados con la música. Por ejemplo, logran una mejor concentración en otras actividades".
La profesora Chagalj explicó que "no se pretenden niños prodigio, son normales y con esto deben disfrutar además de aprender. Por eso, organizamos conciertos periódicamente. Pero mantenemos el suficiente equilibrio como para no exponerlos".
Los docentes que utilizan el método Suzuki deben capacitarse con entrenadores que, años atrás, venían desde el exterior. En la actualidad existen formadores argentinos.
A las 12, los niños del Conservatorio Gilardo Gilardi expondrán su amor a la música, que es lo que pretendió inculcar Suzuki, fallecido a los 99 años, el violinista por el que chicos de más de 40 países se están educando en esta expresión artística.
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