Murió Wolfgang Becker, director de la película Good Bye, Lenin!, a los 70 años
Se hizo famoso por el film de 2003 que le puso otra mirada a la transformación de Alemania del Este
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El director de cine alemán Wolfgang Becker, que se hizo mundialmente famoso con la película Good Bye, Lenin!, falleció el jueves, a los 70 años, tras una grave enfermedad, según informó la agencia de noticias DPA.
Becker había nacido el 22 de junio de 1954, en la región de Westfalia, en el oeste de Alemania. Estudió en Berlín, y ganó en 1988 un Leopardo de Oro en el Festival de Locarno con Schmetterlinge (Mariposas). Junto a sus colegas Tom Tykwer, Dani Levy y Stefan Arndt fundó, en 1994, la productora X Filme, de la que surgieron reconocidos films como Corre, Lola, corre o La cinta blanca.
A menudo le hacían una pregunta en las entrevistas sobre Good Bye, Lenin! (largometraje en el que un joven Daniel Brühl trataba de mantener viva la agonizante República Democrática Alemana para su madre, que no se había enterado de la Caída del Muro por haber sufrido un infarto). ”La primera pregunta era siempre si yo era del Este o del Oeste”, comentó Becker durante aquella charla con DPA, justo el día en que había cumplido 65 años. “Quien me preguntaba eso podría haberlo buscado en Google”, respondió.
Becker contó que en Good Bye, Lenin! había querido dejar que el viento de la historia soplara a través de un pequeño piso de Berlín Oriental, con la historia contemporánea como telón de fondo, una familia en primer plano y una mentira sobrevolándolo todo. El director señaló entonces que el término “Ostalgie” (nostalgia de Alemania del Este) surgió después de la película, especialmente a través de programas de televisión, y agregó que no le parecía apropiado para referirse a su largometraje. Sin embargo, añadió que si se acusó a la película de tener una “visión rosada y ‘ostalgiana’ de la RDA” y de ser una especie de idealización retrospectiva o romantización de un régimen injusto. “Entonces solo queda por decir: realmente no han visto la película”, asumía.
El cineasta subrayó en la entrevista que, de todos modos, “Ostalgie” tenía un significado diferente para los ciudadanos de la extinta Alemania Oriental: “No se trataba de una añoranza de la antigua RDA, sino de la defensa de los propios logros y del pasado”.
Tras haber estudiado Historia y Estudios Americanos en la Universidad Libre en Berlín, su trabajo en un estudio de sonido lo motivó a perfeccionarse en la Academia Alemana de Cine y Televisión. En 1983, comenzó a trabajar como camarógrafo, de manera independiente, mientras seguía su cursada. En la Academia se graduó en 1986, con la película Schmetterlinge (Mariposas), la cual ganó el Student Academy Award en 1988, el Leopardo de Oro del Festival Internacional de Cine de Locarno y el premio del primer ministro de Saarlanden el Ophuels Festival Saarbruecken de 1988.
También realizó otros trabajos, como la dirección de un episodio para la pieza de televisión Blutwurstwalzer, antes de realizar su segunda película, Kinderspiele (Juegos de niños, 1992), y el documental Celibidache, de 1992 (actualmente conocido como Sergiu Celibidache, el regreso triunfal, dedicado al célebre director de orquesta). Dos años después, con la creación de X Filme, trabajó con Tykwer en la película premiada durante el Berlinale, Das Leben ist eine Baustelle (La vida en obras, 1997) y más tarde en Good Bye, Lenin!
El gran éxito de su carrera no pudo ser superado más tarde. Realmente fue un drama en tono de comedia que se ganó la atención del público. La historia giraba en torno a esa socialista devota con un problema de salud por el cual cae en coma en octubre de 1989, poco antes de la caída del Muro de Berlín. Duerme durante la reunificación alemana y cuando se despierta, su hijo (Brühl) intenta ocultarle la verdad para evitar un shock fatal. Diseña un elaborado plan que incluye volver a empaquetar nuevos alimentos occidentales en viejos frascos de Alemania del Este y conseguir que un amigo grabe transmisiones de noticias falsas para convencer a su madre de que nada ha cambiado.
La original y simpática mirada sobre los hechos le valieron que el film se proyectara en más de 60 países y obtuviera recaudaciones por más de 80 millones de dólares. Arrasó en las premiaciones del cine alemán (nueve “Lolas”) y se llevó seis estatuillas en premios de cine europeo. Ganó premios en los César de Francia, los Goya de España y los premios David di Donatello de Italia y fue nominada al BAFTA y al Globo de Oro a la mejor película internacional.
Más tarde, Brühl y Becker volvieron a trabajar juntos para el largometraje de 2015 I And Kaminski, una sátira sobre el mundo del arte adaptada del libro de Daniel Kehlmann. Poco antes de su muerte, Becker completó su última película, Der Held vom Bahnhof Friedrichstrasse (El héroe de la estación Friedrichstrasse), un drama de la vida real sobre un trabajador ferroviario de Alemania Oriental que ayudó a más de 100 personas a huir de la RDA a través de su estación en Berlín Oriental.
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