Murió Michael Lang, el creador del Festival de Woodstock
Su trayectoria está vinculada a grandes nombres del rock y el pop como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Madonna y Prince; fue uno de los creadores del mítico festival que marcó el apogeo de la era hippie
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Michael Lang, uno de los organizadores del mítico Festival de Woodstock en 1969, murió este sábado a los 77 años en el hospital Sloan Kettering de Nueva York a raíz de un linfoma de Hodgkin, informó un allegadoal sitio especializado The Hollywood Reporter. Lang, quien nació en Brooklyn, comenzó a producir grandes conciertos a finales de los 60 hasta finalmente asociarse con Joel Rosenman y John Roberts para planificar el famoso encuentro musical de tres días que marcó un hito en la contracultura de la época.
”Woodstock ofreció un entorno para que las personas se expresaran mejor. Probablemente fue el evento más pacífico de su tipo en la historia. Eso se debió a las expectativas y a lo que la gente quería crear allí”, había manifestado en una entrevista ofrecida en 2019, cuando se cumplieron 50 años del festival. El mítico encuentro tuvo lugar del 15 al 18 de agosto de 1969. Se llevó a cabo en el pueblo homónimo situado en el estado de Nueva York, en los Estados Unidos. A ese acontecimiento símbolo de la música y el rock asistieron Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Who, Jefferson Airplane, Santana, Creedence Clearwater. Revival, Crosby, Stills, Nash & Young, entre otros músicos y compositores de un momento histórico marcado por la rebeldía.
La leyenda cuenta que el objetivo del festival que tuvo lugar a lo largo de varias jornadas y que fue organizado por cuatro productores liderados Michael Lang fue siempre cobrar una entrada económica (18 dólares) para lograr la masividad. Lang, quien se había asociado a los empresarios John Roberts y Joel Rosenman y al promotor musical Artie Kornfeld, logró el objetivo: unas 500.000 personas acudieron al festival que tuvo lugar en una pequeña granja lechera en la localidad de Bethel, a 70 kilómetros del pueblo. Aunque el lema del festival coincidía con el movimiento pacifista de la década del 60 en los Estados Unidos de “Amor y paz”, tres personas murieron durante el desarrollo continuado de los conciertos. Dos de ellas lo hicieron por sobredosis de drogas y la tercera por un accidente en el campo, cuando un espectador se quedó dormido y fue atropellado por un tractor de la zona.
Lang también produjo las siguiente ediciones y trabajó en la organización del encuentro que en 2019 iba a celebrar los 50 años, que finalmente fue suspendido. “Estamos apenados porque una serie de reveses imprevistos han hecho imposible llevar adelante el festival que imaginábamos con los grandes artistas contratados”, anunció y dio de baja lo que hubiera sido una nueva edición del encuentro que había tenido otras versiones en 1979, 1989, 1994 y 1999. Las primeras líneas de la crónica publicada en LA NACION de la última edición de Woodstock claramente destacaba el cambio de época que marcó a fuego la leyenda generada alrededor de aquella primera edición de 1969. “Si el merchandising, los cajeros automáticos, las más de 3700 personas de seguridad, la villa cibernética, los patios de comida y los abultados precios de las entradas ubicaban de antemano esta tercera edición de Woodstock en los antípodas del mítico e idealista festival original de 1969, los violentos sucesos que cerraron anteanoche la última jornada dejaron en claro que los tiempos han cambiado. Y mucho”, comenzaba el artículo que concluía de este modo: “Así, con algunas buenas y varias malas, se apagó el fuego no tan sagrado de la versión Woodstock de este fin del milenio, que en su cierre no dejó otra cosa que la desolación y el abandono”.
En términos musicales, actuaron Metallica, Red Hot Chili Peppers y Limp Bizkit, entre otros; pero esa edición que tuvo lugar en la antigua base Griffiss de la Fuerza Aérea, en Rome, Nueva York; quedó marcada por los desmanes. La historia de Lang y su labor para llevar adelante el legendario festival pudo verse en el film Bienvenido a Woodstock, de Ang Lee, el mismo de Sensatez y sentimientos y Secreto en la montaña, a través del personaje interpretado por Jonathan Groff.
Más allá de la “marca” Woodstock, Lang, a lo largo de su trayectori, trabajó con músicos y bandas de primer nivel. Fue mánager de Joe Cocker, a quien incluso acompañó a Buenos Aires cuando, en los 70, el cantante se presentó en nuestro país. Trabajó también con Prince, Snoop Dogg, Steely Dan, The Fugees, Shakira, Madonna, Norah Jones, Marc Anthony, Bruce Springsteen, Red Hot Chili Peppers y Christina Aguilera, entre muchos otros. Cuando en 2019 se le preguntó cómo era eso de llevar el peso de ser el creador de Woodstock, respondió: “La vida está llena de experiencias, y no todo funciona. Pero seguís intentándolo aunque nada funcione. Esa fue siempre mi actitud”.
“Woodstock fue una oportunidad, un momento, un hogar que todos habíamos estado esperando y por el que estábamos trabajando -escribió en su autobiografía The Road to Woodstock-. Para mí, Woodstock fue una prueba de si la gente de nuestra generación realmente creía en los demás y en el mundo que estábamos luchando por crear”. Desde un principio, aquel joven Lang creyó que si los asociados en la organización de ese mítico encuentro hacían de corazón su trabajo, “la gente revelaría su yo superior y crearía algo asombroso”. Aunque aquella edición de 1969 fue un fracaso en términos económicos, Lang y sus socios asombraron e iluminaron al mundo.
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