Murió Luis Bacalov, el compositor argentino que ganó el Oscar por la música de El cartero

ROMA.- Luis Bacalov , el famoso pianista y compositor argentino que vivía en Italia desde 1959 y se consagró ganador del premio Oscar por la inolvidable música de El cartero, murió hoy a los 84 años. Fue su hijo Daniel quien anunció su fallecimiento en el hospital San Filippo Neri de esta capital, donde se encontraba internado tras haber sufrido un ACV.

Nacido en San Martín, Buenos Aires, el 30 de agosto de 1933, Bacalov comenzó a tocar piano a los cinco años. Dejó la Argentina a los veinte para buscar suerte en Europa. Vivió primero en España, luego en Francia, hasta que a fines de los años ’50 recaló en Italia, país que lo recibió con los brazos abiertos. Sus dotes de compositor y realizador de arreglos enseguida fueron apreciadas. Y comenzó en la península, donde luego se naturalizó, una exitosa carrera, trabajando con grandes nombres de la canción italiana como Claudio Villa, Milva, Rita Pavone, Sergio Endrigo, Claudio Baglioni, Mia Martini y Gianni Morandi, entre otros. Se convirtió, así, en un personaje fundamental para el panorama musical italiano.

“Bacalov fue protagonista esencial de la regeneración de la canción italiana”, escribió en el diario La Repubblica Ernesto Assante, que destacó que era “original, apasionado, curioso y ecléctico”. “Llevaba consigo su alma argentina, la herencia del tango, la tradición clásica que había estudiado a fondo, que injertaba en una renovación de la que fue uno de los motores esenciales”, agregó.

“Creativo e inteligente como pocos otros Bacalov, a diferencia de muchos colegas suyo, comprendió hasta el fondo la fuerza de la música progresiva italiana y colaboró con algunas de las mejores bandas de rock italianas de la década de 1970”, también recordó.

Al mismo tiempo, con el seudónimo de Luis Enriquez, realizaba innumerables bandas musicales como autor, poniendo su música al servicio de directores de la talla de Federico Fellini, Pier Paolo Pasolini, Ettore Scola y Francesco Rosi. En 1996 ganó el premio Oscar por las músicas de Il Postino –la película de Massimo Troisi basada en El cartero de Neruda, del chileno Antonio Skarmeta- premió que después se vio obligado a compartir con Sergio Endrigo, que lo llevó a juicio por la similitud de la banda sonora con un tema suyo. Ese juicio concluyó hace pocos años con un acuerdo entre los herederos de Endrigo.

Siguió trabajando como autor, compositor y director de orquesta en los últimos años, con gran éxito. Y hasta vio cómo su música fue utilizada por Quentin Tarantino, además de ganar muchos premios.

Bacalov solía decir que sentía el tango como parte de su identidad y que aunque muchos erróneamente creen en Europa, pero también en la Argentina, que sólo se trata de una música para bailar, también es una “música para escuchar”.

“Ernesto Sábato escribió una frase memorable que dice que ‘el tango es un pensamiento triste que se baila’. Más allá del inmenso respeto que siento por este gran escritor, para mí es reductivo describir así el tango, que para mí es un pensamiento triste que también se puede no bailar, sino tan sólo escuchar”, dijo Bacalov en una conferencia de prensa en enero de 2008, antes de protagonizar Tango Story, un concierto ideado por él con el cual recorrió 120 años de historia del tango, a través de la música.

La Porteña, es una obra para dos pianos y orquesta, compuesta por Bacalov en tributo a la gran Martha Argerich y estrenada por la propia pianista y Eduardo Hubert en julio de 2015 en el Centro Cultural Kirchner. Cumbre de las búsquedas y conexiones que Bacalov hizo durante toda su larga carrera entre el tango y la música sinfónica.