En los últimos años, Morrissey se declaró a favor del Brexit, en contra de las migraciones masivas a Europa, cuestionó parte del #MeToo (lo que provocó que Daniel Grinbank desistiera de producir su show en Argentina) y manifestó su apoyo a Anne Marie Waters, líder de For Britain, un partido de derecha del Reino Unido señalado como anti-Islam. Su entrevista con el semanario alemán Der Spiegel, publicada en diciembre del año pasado, contenía tantos textuales controvertidos que Morrissey decidió suspender las conversaciones con medios escritos, con los que solo habla por mail (así se concretó esta nota). Probablemente no haya cambiado tanto él como el contexto. El ex líder de The Smiths siempre fue un declarante incorrecto, y sus opiniones sobre religión, derechos de animales, música o política no siempre estuvieron alineadas con los discursos dominantes del rock. Paralelamente a este costado de polemista, en la última década y media alimentó su obra con una campaña de gran nivel, una serie de discos que va de You Are the Quarry (2004) a Low in High School (2017). A esta altura, su catálogo solista compite seriamente con el de los Smiths, mitificado para siempre en el olimpo de las emociones juveniles. Sobre estas cosas responde Moz antes de su llegada a Buenos Aires, donde aterrizará por quinta vez para tocar este viernes en el DirecTV Arena.
Durante la última década y media publicaste muchos álbumes, algo que no pasó entre fines de los 90 y comienzos de los 2000. ¿Qué cambió en tu vida que derivó en este período fértil?
Ningún sello me firmó por siete años. Después apareció Sanctuary, yo dije "¡Sí!" y salió You Are The Quarry .
¿Creés que hay una falta de ideas en la música pop actual? Si es así, ¿a qué dirías que se debe?
La censura está más fuerte que nunca. Esto es porque se descubrió que la música es tan políticamente persuasiva como los medios de información. Si tu música es un producto manufacturado y un poco falsificado, la garantía es que te va a ir bien. Si intentás promover el pensamiento independiente, serás considerado un radical, y serás apartado.
Dijiste hace poco sobre la prensa musical: "Tenés que escribir sin piedad sobre artistas pop que probablemente te salvaron la vida". Al mismo tiempo sos un favorito de la crítica. En tu caso, ¿creés que hay periodistas tratando de "enterrar a su padre"?
A veces podemos sentir vergüenza por haber amado a un cantante o a una banda hasta niveles tan poderosos, y muchas veces la única manera de curar la obsesión es cortarle la cabeza al cantante.
Sos un maestro del eslogan en la lírica pop. Uno de los últimos títulos que me viene a la cabeza es "Home Is a Question Mark" (el hogar es un signo de pregunta), de tu disco más reciente. ¿Qué podés decir de esta parte de tu proceso artístico?
Es, como asumís, una manera de detener el ojo, o el oído, y la gente ciertamente tiene una capacidad enorme de recibir, aun cuando haya tantas cosas en la arena comercial que insultan nuestra inteligencia. De manera que un gran título de canción puede ser un anzuelo tan efectivo como un gran estribillo.
Definiste como "sentimentalismo mórbido" la obsesión que tiene mucha gente con los Smiths. ¿Por qué creés que todavía es una banda relevante?
Las canciones son muy, muy buenas. El nombre de la banda es atemporal. Había una urgencia unánime ligada a su vida útil. No fue tocada por estrategias de producto, maquinaria de mercado, tours de estadios o siquiera dinero. Prosperó en un contexto de entusiasmo inmediato, una evidente falta de planificación y ni una sospecha remota de que había una carrera por delante.
¿Podés contarme la historia detrás de "Who Will Protect Us from the Police?", un tema de tu último álbum que habla de Venezuela?
Había estado viendo un montón de imágenes de noticieros de las revueltas en Venezuela, y en general veía a la policía protegiendo al establishment del pueblo, que siempre son referidos como activistas, o rebeldes, o manifestantes, o turbas... cuando, en todos los casos, son solo el pueblo . Me preguntaba por qué la policía automáticamente ataca al pueblo, y por qué lo hace con tanto entusiasmo. Nunca vemos a la policía protegiendo al pueblo de los gobiernos corruptos. Aun cuando sea el pueblo, y no los gobiernos, el que paga la policía.
¿Cómo llegás a esos sonidos de Medio Oriente que impregnan algunas canciones de tus últimos discos?
Son afinaciones dramáticas, pienso yo.
Si viajaras en el tiempo y tuvieras que describir tus canciones a un ciudadano de la Londres del siglo XIX, ¿qué le dirías?
Le pediría que imaginara la necesidad de cantar, y eso lo explicaría todo. Yo no canto para ser observado.
¿Qué parte del proceso de composición disfrutás más?
Es una ola de emociones escuchar el primer ensayo de una canción. Tu voz casi que empieza a cantar sin vos. De repente todos los músicos están encerrados para germinar una idea que cruzó mi mente un jueves cualquiera.
¿Por qué rechazaste la invitación de Damon Albarn para grabar en el último disco de Gorillaz?
No es mi estilo. Me mantengo de mi lado de la valla.
Argentina es la capital mundial del amor por los Ramones. Vos tenés tu historia particular con la banda, que empezó como odio[a sus 17 años escribió una crítica dura en Melody Maker] y se volvió amor. ¿Qué representan los Ramones para la historia de la música pop, y sobre todo para vos?
Los amo casi irracionalmente… no hay odio involucrado, ¡te lo aseguro! Es triste y a la vez gracioso cómo su música hoy es considerada casi alegre, cuando durante su existencia apenas si se la consideraba entretenimiento. Ahora los supermercados usan las canciones de los Ramones en avisos de TV. Al mundo le puede llevar un buen tiempo ponerse al día.