Las Pelotas: "Seguimos esperando el milagro"
"No quedarse atados como viejos rockeros a un tiempo de gloria". La frase la lanza Sebastián Schachtel en medio de una larga charla con Germán Daffunchio, Gabriela Martínez y él. Sirve para resumir el espíritu de una banda que nunca se dio por vencida y que hoy tiene entre manos una gran obra. Estamos en Palermo, al aire libre, sentados a la mesa de una cafetería y entre tostados, jugos y lattes. La pandemia todavía no está entre nosotros. Tal es así que sólo hay una mención al pasar al coronavirus a lo largo de toda la entrevista.
Bajan de dos autos. Todos vienen del Hipódromo de Palermo, lugar de la presentación de su nuevo disco, Es así. El show estaba pactado para el 25 de abril y deberá esperar un tiempo más por la reprogramación de todas las actividades culturales. Pero si hay una banda paciente en el rock local esa es Las Pelotas.
Después de la muerte de Luca Prodan y la disolución de Sumo, Germán Daffunchio y Alejandro Sokol iniciaron a finales de 1988 un largo camino no exento de golpes duros (el fallecimiento del propio Sokol, en 2009) y con muchos, muchísimos kilómetros recorridos. Probablemente sean la banda argentina que más giró por el país en estas últimas tres décadas, muchas veces en condiciones que no son las ideales. Hoy, aún cuando ese show en el Hipódromo deberá esperar hasta nuevo aviso (cuando se concrete será el de mayor convocatoria de la banda con entrada paga), disfrutan de ver en el horizonte cercano que muchos de los sueños se cumplieron. Ellos siguen "esperando el milagro", pero ya con la tranquilidad que les dan los 12 discos de estudio y las más de 130 canciones propias. Trayectoria, que le dicen.
La mitad de la banda decide ir a descansar: Tomás Sussman, Gustavo Jove y Alejandro "Pollo" Gómez. La otra mitad, Germán, Gabriela y Sebastián, se prepara para hablar de la nueva obra, los deseos e ideas "fijas" de un grupo que hoy, más que nunca, se mueve en las márgenes de la escena local. "Esta vez la ansiedad nuestra creció muchísimo -cuenta Daffunchio, voz, guitarra y único miembro fundacional de la banda que se mantiene en "funciones"-. El disco lo terminamos al final del año pasado. Personalmente la ansiedad tiene que ver con que la gente lo escuche. Después, lo que más me emociona es ver que agregamos canciones nuevas a la lista. Eso nos alimenta".
Para Germán, pero también para Gabriela y Sebastián, "es gratificante ver el resultado; llegamos al lugar al que queríamos llegar". Es así es el sucesor de Brindando por nada (2016) y está integrado por diez canciones que profundizan en el interés de la banda por transmitir emociones y pensamientos que de muy personales y particulares se pueden volver colectivos o, al menos, verse reflejados en los sentimientos de muchas otras personas. "Hoy ya sabemos lo que existe, cuánto podemos anhelar", canta Daffunchio en la inicial "Es así" y esas y otras frases que atraviesan el disco mutan, cambian su significado según el momento y los oídos que se cruzan con ellas.
"Fue largo el proceso de este disco", dispara Schachtel y sigue: "Una etapa es el momento en el que uno ya presentó el disco anterior en todas las ciudades importantes, en este caso Brindando por nada, y vuelve a aparecer la misma pregunta que apareció otras veces: ¿ahora qué hacemos? A esa pregunta le sigue, y le siguió esta vez, el 'hay que seguir', el 'vamos a componer'. Por lo general es Germán el que da ese paso".
Germán Daffunchio.—Mi teoría es que cuando terminás un disco tenés que empezar otro. De alguna manera plasmás tu vida en ese tiempo. Son meses, años de trabajo y termina eso y queda un vacío. A nosotros nos encanta juntarnos a tocar, prender una salamandra y pasar horas alrededor hasta que decimos, ¿y si vamos a dormir? Es esencial en la historia de Las Pelotas nutrirnos de cosas nuevas. Lo peor de todo es la rutina, que vas y tocás los temas sin sentimiento, como una maquinita, canciones que quizás hasta odiás de tanto que las tocás. Está bueno regenerarse. ¡Esa es la palabra!
—No son el tipo de banda que se reúne en una sala de ensayo con las canciones que cada uno trajo de la casa, ¿no?
Daffunchio.—No, Las Pelotas nace del espíritu colectivo, no es uno solo componiendo. Uno puede tener una idea y la comparte para que crezca. Cada uno pone lo suyo, aporta desde lugares que no podés imaginar. Eso es parte del viaje de construir juntos un mismo proyecto.
A la banda la moviliza la superación, "hacer algo mejor" cada vez. Claro que en el terreno del arte es subjetivo. ¿Cómo se hacen mejores canciones? ¿Cómo se superan las que ya son un clásico para el público? "Es subjetivo, es lo que nosotros pensamos que es mejor. No hay un punto de referencia, pero sí lo delimita nuestra estética, nuestro gusto, el sonido que nos agrada en ese momento. En fin, lo que pensamos que nos queda bien", cuenta Schachtel.
Daffunchio.—El desafío siempre es tratar de hacer buenas canciones.
Schachtel.—Cuando el disco está por la mitad empezás a pensar qué ingredientes le faltan. ¿Otro tema melancólico abajo? No, le hace falta uno más arriba. Ya el mismo disco te empieza a pedir algo. Por ahí hay canciones divinas que las tenés que dejar afuera, resignar. Hay varias ideas no terminadas que están buenísimas, pero es porque para completar un disco hace falta otra energía. Además, mientras estamos haciendo el disco pensamos en el vivo, en cómo van a sonar.
—¿En el momento en que están en el estudio piensan en cómo van a sonar las nuevas canciones en los shows?
Daffunchio.—Es una totalidad. Primero es hacer los temas, grabarlos, que tengan vida propia y después tocarlos en vivo. Hay un montón de cosas que se renuevan con la llegada de otro disco, y muy seguramente en el invierno, salamandra de por medio, vamos a empezar a pensar en el siguiente. No es una carga, a nosotros nos gusta mucho juntamos a tocar.
—Los suyos son períodos largos entre disco y disco...
Schachtel.—Sí. "Nadie fue", por ejemplo, era una idea que empezó hace tres años y que sobrevivió todo este tiempo.
Daffunchio.—¿Tres años?
Schachtel.—Sí, pero no se llamaba "Nadie fue" todavía.
Daffunchio.—¡Era "Bavaria"!
Schachtel.—Sí, se llamaba "Caminando por Bavaria" (risas).
Daffunchio.—Es difícil contarte por qué se llamaba así. Era una sensación.
Gabriela Martínez.—Cuando tenés que identificar los proyectos de canciones con un nombre surgen cosas raras. Son nombres a los que apelamos para acordarnos y no poner tema uno, tema dos. "Sol mayor", "Llueve", así se llamaban al principio algunos de los temas del disco.
—"Nadie fue" es una canción atemporal, que remite a la historia argentina. La pudieron haber escrito dos discos atrás, o dos discos adelante. ¿Qué la inspiró?
Daffunchio.—Puede ser. "Nadie fue" nació con melodía incluida, estaba cantada en ucraniano (risas), en un inglés de m... No sé cómo salió exactamente. ¿Ustedes se acuerdan?
Schachtel.—Yo tardé en darme cuenta de qué hablaba, hasta que presentaron la idea del video.
El video clip de "Nadie fue" muestra una sucesión de gobernantes de nuestro país de prácticamente los últimos 80 años, en imágenes históricas en las que siempre se cuela la figura de Daffunchio. Cuando canta cosas como "Ya se acabó, la verdad está en los hechos", el peso de las imágenes toma otra dimensión en su cruce con la letra de la canción. .
Daffunchio.—Esto es muy a nivel personal, es la sensación que tengo por la vida vivida. Argentina es un desastre y nadie es responsable de nada. Es muy raro este país. Yo no me siento cómplice. Es algo muy personal, ¿eh? Lo demás es interpretación de cada uno. En el video tratamos de ser absolutamente apolíticos. ¡Bah! Es político pero apartidario. Es, con ironía, un video histórico, es la realidad de lo que ha pasado en la Argentina, donde todavía estamos viendo cómo pagamos las deudas. A veces los temas salen así, en el medio del fragor.
Schachtel.—La música de ese tema tiene algo nuevo para nosotros. Algo de rock clásico en un sentido, un tipo de sonoridad que antes no habíamos trabajado. Una cosa medio ternaria.
—Guarda alguna relación con "La argentinidad al palo", de Bersuit Vergarabat.
Daffunchio.—No sé, cada uno interpreta lo que quiere.
Schachtel.—Pero está bien, no es una bajada de línea, es mostrar una historia de ilusiones y desilusiones.
Daffunchio.—Es la eterna ilusión: seguimos esperando el milagro. El otro día caí en la cuenta que "Esperando el milagro" es de 2003. Tiene 17 años y todavía estamos en lo mismo.
—Hay ideas que todo el tiempo vuelven. Ustedes tienen la posibilidad de encapsularlas en una canción. "Siéntate y espera", por ejemplo, siento que es otra vuelta, otra manera de decir aquello de "dicen que cooperarán en arreglar el mundo".
Martínez.—¡Siempre hablamos de lo mismo! (risas)
Daffunchio.—Eso habla de que somos auténticos. La revolución siempre está, adentro nuestro está. Todo lo que uno ve lo puede descargar con la música, es lo bueno de dedicarte a esto. Y hay mucha gente que siente parecido a vos. Lo demás no importa. Que cada uno interprete lo que quiera. Es una terapia.
Para Daffunchio, la función del artista es darse cuenta de "dónde está parado y saber decir lo que quiere decir. Es la búsqueda de la libertad". Se detiene, piensa un segundo y replica: "Estamos haciendo algo que nunca hicimos, tratar de explicar temas, porque en realidad tenemos la firme intención de que cada uno se imagine lo que quiera. El arte tiene ese poder. Nos ha pasado millones de cosas con temas nuestros que ni siquiera sospechábamos que iban a tener esa recepción en la gente".
—Tenían la idea de grabar algunos temas en Irlanda, ¿no?
Daffunchio.—Sigue estando esa idea. Tenemos parte de la familia de Timmy (McKern, histórico manager de Las Pelotas y Sumo) que vive en Irlanda y nos ofrece un lugar. La que nos lo ofrece trabajó con nosotros en Despierta (2009): Melissa, hija de Timmy, que es técnica de sonido.
Martínez.—Teníamos la idea de grabar cosas en todos lados. Queríamos ir al sur también.
Allá en las sierras cordobesas se cuece buena parte de lo que finalmente llega a cada disco de Las Pelotas. Así como en una etapa inicial fue Hurlingham el búnker de la banda, Nono, en Traslasierra -allí donde nació Sumo y también el mito que llega hasta nuestros días- es el terreno en el que la banda juega de local. Allí viven dos de sus integrantes, Germán Daffunchio y Tomás Sussman y allí la banda tiene su sala de ensayo y su estudio casero de grabación.
—¿Tiene magia Nono?
Martínez.—Para mí lo mágico está en el momento que nos ponemos a componer y aparece una canción que no existía ocho horas atrás.
Daffunchio.—Es el encuentro humano por sobre todas las cosas. Hemos hecho temas después de estar tocando seis horas en un departamento. El entorno te da más tranquilidad, más tiempo para estar juntos, para compartir. Pero puede ser en otro lugar. Pero está bueno pensar en que hay una mística de las sierras.
—La tapa del disco tiene una imagen bastante simbólica: un abrazo entre ustedes.
Daffunchio.—A esta altura de la vida es una parte fundamental de Las Pelotas salir a tocar y la adrenalina que se genera con cada show . El abrazo de la tapa es eso, un momento irrepetible y único en el que salimos a festejar como locos.
Schachtel.—La foto de la tapa es el abrazo que nos damos antes de tocar, la arenga al concentrarnos. Lo repetimos ante de cada show.
Daffunchio.—Me gustan los brazos, parece Rembrandt. Somos una banda particular. Nunca nos regimos por modas. Esa es una certeza que tenemos. Con cada nuevo disco buscamos nuevos desafíos. ¿Podemos hacer un tema mejor que los que hicimos antes? No sé si lo logramos pero lo intentamos.
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