Michel Teló: rey de la canción del verano
El brasileño que con "Ai se eu te pego" copó el mundo real y virtual actúo por primera vez en la Argentina en un popular y "pesquero" festival formoseño
HERRADURA, Formosa.– "Cuando la escuché, pensé que podía pasar algo diferente, aunque nunca imaginé que sería tanto", reconoce, con una sonrisa amplia que mantiene casi todo el tiempo, Michel Teló, en una charla con LA NACION, antes de que lo vieran 70.000 personas. Habla de su "hitazo" del verano "Ai se eu te pego", el tema de Sharon Acioly y Antonio Diggs, que escuchó por casualidad y le gustó "por su melodía pegadiza y su letra sencilla". Pensó entonces que podía pasar algo con el público. No se equivocó: hoy "el pasito", la coreografía que se baila en todos los espacios posibles, que cuenta qué le pasa a un chico tímido cuando teme hablar y no puede evitar que esa chica lo deje sin aire e imaginar un "ay, si te agarro" apasionado. Cada vez que puede, agradece a Cristiano Ronaldo y a Neymar, los futbolistas que comenzaron a festejar los goles con "el pasito" o a bailarlo en los vestuarios del club. Y eso, claro, multiplicó la coreo en Internet: lleva 82 millones de visitas en YouTube en el mundo, 150.000 descargas y lidera el ranking de ventas de iTunes en la Argentina, con disco de platino incluido.
Cuenta que sus influencias son la música gaúcha, artistas como Camargo & Luciano y Bruno Mahoney, y los ritmos de su país: axé, choro, forró, pagode. "Siempre quise mezclar todos los géneros y hacer algo propio." Entonces, ¿cómo se sigue después de un hit de alcance global? "Tengo 18 años de carrera y ya pasé por todas las etapas: de cargar cajas y andar en autos viejos, a tratar de tocar en lugares. Cuando empezó a acomodarse todo, montamos un estudio de grabación, pasamos a producir discos de otros. Sabemos que esto que pasa con «Ai se eu te pego» es difícil de lograr –señala–. Después de haber hecho Balada sartajena [2009] y Ao Vivo [2010], sabemos que nos sostiene una carrera sólida en Brasil, pero queremos aprovechar esto que pasa y dar continuidad a nuestro trabajo en otros lugares." Ya está en eso: mañana sale el DVD Michel na Balada en toda América latina y, próximamente, en Europa. De hecho, ya suena la versión en inglés "If I Catch You" y llegará en castellano.
Teló les da valor a los afectos (está casado), a la familia, a los orígenes. "Nací en Paraná [sur de Brasil] y mi casita de madera no tenía cuarto de baño adentro, había que salir. Era muy humilde. Mis padres resolvieron empezar una nueva vida en Campo Grande [Mato Grosso du sur], trabajaron mucho y lograron acceder a una buena vida." Recuerda la infancia y aparecen temas como "Humilde residência", que habla de un chico que no tiene dinero y quiere invitar a su chica a una casa a la que le faltan muchas cosas.
En la nueva propuesta integra covers y lo explica así: "En este momento de tanto trabajo se hace difícil sentarme a componer. Lo hice mucho y sé que necesito estar concentrado para eso –reflexiona–. Ahora comparto canciones de otros músicos que a lo mejor no son tan conocidos y, de esta manera, los ayudo porque realmente son buenos. Tengo unos tres mil mails de músicos que me enviaron su trabajo", sonríe.
Un recital de energía pura
Lo que queda claro es que la energía de este treintañero, algo tímido, que se transforma sobre el escenario, parece inagotable. No para de dar recitales y se ve que realmente lo disfruta. En Formosa cautivó al público y lo tuvo siempre de su lado. Todos querían sacarse una foto con él: filas de niños y adolescentes lo esperaron en el hotel, al ingreso del recital, a la salida. La caravana de autos sobre los 40 km que separan Herradura de Formosa era impactante: todos los autos casi pegados entre sí.
Para quienes hicieron el esfuerzo de llegar hasta ahí, valió la pena la espera: la energía fue contagiosa y el público, heterogéneo, diverso, nunca hizo silencio, nunca se quedó quieto. Así pasaron "Fugidinha", "Humilde residência", "Eu te amo e Open bar", esa música electrónica con giros de chamamé, (¿electrochamamé?) "Para ser perfeito", "Coincidência", "Ei, Psiu! Beijo me liga", "Se intrometeu, una versión que arrancó saltos y manos arriba de "I’ve got a feeling" (Black Eyes Peas), hasta "Color esperanza", de Diego Torres, "Panamericano" (Yolanda be Cool), cuando él mismo explotó cañones de serpentinas de colores frente al público y convirtió al estadio entero en un fiesta electrónica.
Está bien: además arrancó suspiros y gritos de las más jovencitas, pero el carisma de este brasileño es innegable. Arriba del escenario parece otro, se conecta con la gente y les pide más. Y el público responde a cada juego, a cada ritmo. El artista también tocó la guitarra, saltó abrazado al acordeón –ejecutó "Km 11" y "Soy chamamé"–, y fascinó con su talento y agilidad para sacarle melodías.
Por supuesto que los dos momentos en los que el público explotó fueron esas dos veces que regaló "Ai se eu te pego". La primera vez, el tema comenzó acompañado con la proyección de un video en el que se ve a gente de distintos lugares del mundo, hasta niños que recién hablan, bailando el "Nossa, nossa…". Enganchó con el tema en vivo y el predio entero fue feliz (el que no reconozca que bailó, miente). Todas las edades se engancharon con la coreografía y lo gritaron-cantaron con locura.
Algo parecido (o tal vez más intenso) sucedió en el cierre. En esa noche cálida, al aire libre, todos juntos los 70.000, se movieron, cantaron, gritaron como si se tratara del último hit del verano de sus vidas. Nadie sabe qué pasará luego con este cantante, pero él dice, cada vez que tiene oportunidad, que en 2012 lo escucharemos mucho.
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