Michael Jackson, una fanática obsesionada y el oscuro secreto detrás de "Billie Jean"
Cuando a Michael Jackson le preguntaban sobre el modo en que componía, su respuesta parecía conducir inequívocamente hacia la que consideraba su obra maestra, "Billie Jean" . Grabada en 1982, esta canción inoxidable fue incluida en el sexto álbum solista del cantante, Thriller, el mismo que lo elevó a la categoría de superestrella y le valió el mote de "Rey del Pop".
Con una línea de bajo infatigable y algo sombría como fondo, "Jacko" construyó un hit magnífico que lo posicionó en lo alto de las listas durante nueve semanas consecutivas e inspiró a miles de imitadores alrededor del mundo. Porque, ya desde el planteo estético del videoclip lanzado en 1983, quedaba claro el espíritu de performer que emergía como una ola imparable.
En ese sentido, "Billie Jean" fue mucho más que una gran canción para Michael Jackson: fue una llave para desplegar espectacularidad durante sus presentaciones en vivo, pero también el resultado de un estallido catártico tras una traumática experiencia personal.
El origen y la pesadilla
Si bien la melodía venía rondando en su mente desde hacía tiempo, la línea de bajo apareció inesperadamente mientras conducía por una autopista de Los Ángeles. "Sabía que quería escribir una canción con una línea de bajo bien fuerte, pero luego la dejé. Hasta que surgió de la nada la introducción. En realidad creo que vino desde arriba", dice señalando el cielo, en el documental Living with Michael Jackson. "Puedo sentarme frente al piano, tocar algunas notas y proponerme componer la mejor canción que haya existido, pero nada sucederá. Algo en el cielo tiene que decir: «este es el momento, escribe una gran canción»".
Según reza la anécdota, esa iluminación artística en plena autopista casi termina en tragedia: abstraído frente a ese rompecabezas que se iba resolviendo como por arte de magia en su cabeza, el cantante no se dio cuenta de que su auto se estaba prendiendo fuego sino hasta que un motociclista se lo hizo notar. "Nos tiramos a un costado y descubrimos que toda la parte trasera de mi Rolls-Royce se estaba incendiando. Ese chico salvó mi vida, definitivamente", aseguró.
Con la melodía funk en la cabeza, llegó el momento de escribir una letra para esa canción. Y entonces decidió inspirarse en la pasión que en su momento despertaban The Jackson 5 entre sus fanáticas. "Billie Jean" representa, entonces, a una "groupie" que le endilgaba la paternidad de su hijo a una estrella de la música.
"La chica de la canción es una amalgama de gente que nos ha acosado a lo largo de los años", explicó Michael en su momento, para luego recordar cómo era el comportamiento de esas chicas que soñaban con tener algo de intimidad con sus ídolos. "Pasaban el rato frente a las puertas del backstage y tenían relaciones con cualquier grupo que fuera a su ciudad. Había muchas 'Billie Jeans' ahí fuera, y todas afirmaban que sus hijos eran de alguno de mis hermanos", rememoró.
Pero en la biografía Michael Jackson: The Magic and the Madness, J. Randy Taraborrelli reveló que fue una mujer en concreto quien inspiró la letra del hit. Y que se trató de una fan que dejó un profunda huella en el cantante, al punto de llegar a aterrarlo e inducirlo a un periodo de pesadillas que parecían no tener fin.
Según el periodista, en 1981 Jackson comenzó a recibir cartas de parte de una fanática que claramente estaba obsesionada con él. En la primera misiva, por ejemplo, le informó que él era el padre de su hijo, aún cuando el cantante estaba seguro de que jamás la había conocido. Frente a la frialdad que obtuvo como respuesta por parte de su ídolo, el tono de las cartas fue cada vez más agresivo, al punto de asegurarle que ambos debían suicidarse para poder vivir su postergado amor en una vida póstuma. Taraborrelli aseveró que Jackson llegó a recibir un revólver con precisiones sobre la fecha y la hora en la que ambos debían matarse para cumplir con su destino.
Finalmente, la mujer fue detenida y trasladada a un hospital psiquiátrico. Jackson, en tanto, comenzaba a tener un visión mucho más precisa y adulta de lo que implicaba la fama.
Quincy, el detractor
Está claro que Quincy Jones fue la gran figura detrás del crecimiento de "Jacko" como solista. Fue él quien produjo Thriller y, por lo tanto, el encargado de levantar o bajar el pulgar frente a las ideas que el joven artista le presentaba. Pero muchas veces su protegido se negaba a seguir ciegamente sus indicaciones.
Eso pasó con "Billie Jean". Según contó el propio Jackson, Jones no estaba del todo convencido de que se tratara de una buena canción. También creía que la intro era demasiado extensa, y que la gente iba a querer escuchar su voz mucho antes. "La intro era tan larga que podrías afeitarte mientras sonaba. Sugerí que teníamos que llegar a la melodía antes... Pero Michael dijo que eso era lo que lo hacía querer bailar. Y cuando Michael Jackson dice que algo lo hace querer bailar, no se discute", explicó el productor tiempo después.
Otra objeción de Jones fue el título: según él, iba a ser confundido con el nombre de la tenista Billie Jean King, y por eso propuso que se llamara "Not my Lover". Jackson no dio lugar al pedido, y se mostró muy determinado a mantener la idea original. Claramente, no se equivocó.
Un hombre en la luna
"No pienso en nada cuando bailo. Pensar es el peor error que un bailarín puede cometer. Simplemente tenés que sentir. Te convertís en el bajo, en el clarinete, en la batería. Sos la música", decía Michael Jackson en 2003. Esa parecía ser la clave que lo guió en la era posterior a The Jackson 5, cuando forjó su carrera como solista al punto de convertirse en un fenómeno de masas.
Todos querían bailar como él, aunque muy pocos lo conseguían. Pero, además de "sentir la música" y de tener un talento innato para moverse sobre el escenario, Michael trabajó mucho sobre su cuerpo para sorprender a su público.
El clímax llegó en 1983, cuando Motown Records celebró su 25° aniversario con el especial para televisión Motown 25: Yesterday, Today, Forever, y Michael estuvo allí. Tras reunirse con sus hermanos para hacer un medley de The Jackson 5, se quedó solo en el escenario para cantar "Billie Jean" y enloquecer a la audiencia. Ahí, sobre el final del tema, fue donde puso en práctica por primera vez su famoso "moonwalk", luego de semanas y semanas de ensayo. El "Rey del Pop" estaba siendo coronado en vivo y en directo.
La carrera de Michael se encontraba en un punto altísimo en ese momento. Thriller tenía unos meses en la calle y, tras lanzar el primer corte ("The Girl is Mine", el dueto con Paul McCartney), "Billie Jean" y "Beat it" no paraban de sonar en las radios y en MTV. Con apenas 25 años, Jackson se había construido a sí mismo como una estrella capaz de llenar el escenario con la única ayuda de un micrófono y un reflector, y al mismo tiempo sentaba las bases de lo que podía esperarse del floreciente movimiento pop.
El accidente
Subidos a la repercusión y la popularidad que la canción mantenía con el correr de los meses, los directivos de una reconocida marca de gaseosas que tenía a Michael como figura decidieron grabar un comercial con una versión levemente modificada de "Billie Jean" para promocionar su bebida cola.
El rodaje de la publicidad comenzó a fines de enero de 1984, en el Shrine Auditorium de Los Ángeles. Todo estaba listo para que Jackson cantara y bailara sobre el escenario, acompañado por sus músicos y despertando la euforia de los 3 mil afortunados fans que participaron como extras. Pero algo salió mal, muy mal.
Durante una de las tomas, las explosiones pirotécnicas fueron disparadas antes de lo estipulado y terminaron prendiendo fuego la cabellera de Michael. Durante algunos segundos, el cantante no registró lo que estaba pasando, hasta que comenzó a girar su cabeza desesperadamente y varios asistentes corrieron a auxiliarlo.
Como consecuencia del accidente, Jackson sufrió quemaduras de segundo y de tercer grado en el rostro y el cuero cabelludo. Pero, más allá del daño físico, muchos indican que fue ahí cuando el cantante se inició en la adicción a los calmantes y los retoques estéticos que, finalmente, acabaron con su vida el 25 de junio de 2009, hace hoy nueve años
Legado
"Billie Jean" se convertiría, definitivamente, en una de las canciones más emblemáticas del repertorio de Michael Jackson. El lo sabía, y por eso nunca le negaba a su público una interpretación en vivo, con todo el despliegue que traía consigo.
En la película This is it, por ejemplo, se muestra el modo en que el cantante preparaba la ejecución del tema para la gira mundial que nunca llegó a ser. "Jacko" tenía por entonces 50 años, había atravesado acusaciones de pedofilia y abuso de menores, se encontraba sumido en una profunda adicción a los fármacos y hasta había transformado por completo su fisonomía, pero basta observarlo unos segundos para comprender que la magia estaba intacta.
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