Los músicos locales eligen a su Bowie favorito
Richard Coleman –quien versionó "Héroes" en castellano–, Emmanuel Horvilleur, Carca y Lisandro Aristimuño, entre otros, rememoran su época preferida de la carrera del artista
Richard Coleman
La imagen de David Bowie en mi mente está en blanco y negro, es el Thin White Duke de la tapa de Heroes, tan alemán.
Y eso es porque escuché tantas veces, con tanta profundidad ese disco, el vinilo, con la tapa en la mano, mirando la única foto, tratando de descifrar un único gesto. Esas pupilas. Tratando de entender esa sensación contradictoria, perturbadora, una música tan fría como seductora. Eso es Heroes.
Lo vi en la disquería de importados de la calle Echeverría, en Belgrano, y lo compré porque tocaban Robert Fripp y Brian Eno, a quienes ya seguía. Y la tapa, que era increíble. Ahí descubrí a Bowie, a los 15 años, un camino de ida.
Era 1978, año de Travolta, Bee Gees y Mundial de fútbol, menos mal que me desvié.
Los dos compases de piano que introducen "Beauty and the Beast" son de las sonoridades que más me han marcado en la vida. Sin duda éste es mi disco favorito. Ese Bowie constructor/deconstructor que, según mi opinión, hablando de música, volvería 18 años después en Outside. Música irreverente, bailable, oscura, instrumental, electrónica, compuesta en el estudio de grabación, con técnicas no probadas. Todo eso escondido detrás de la estrella pop.
Dentro del disco venía una postal para afiliarse al David Bowie Fan Club, con una foto del rockstar maquillado, traje blanco y fumando, y la discografía completa en su interior? ¿Estaba haciendo lo correcto dejándome llevar por esta estética? ¿Fan Club? ¡Yo vine por Fripp!
Después escuché "Scary Monsters", que en su momento no me gustó, y luego fui para atrás y escuche "Aladdin Sane", y morí.
Así, creo, fui entendiendo al artista. Porque por primera vez estaba siguiendo la carrera de un artista, no estaba coleccionando discos de un músico. La carrera, más bien el camino, de un tipo que lograba mantener en vilo a sus seguidores, sorprendiendo, decepcionando y volviendo a seducir, y deshaciendo todo lo que se hacía previsible.
Lo ha vuelto a hacer.
Que descanses, Bowie. Gracias por acompañarme. Richard.
Carca
Para mí, lo atractivo y lo más fascinante de Bowie fue su incansable capacidad para cambiar y su búsqueda constante de nuevas formas y estructuras sonoras, poéticas e incluso visuales. Por eso, se me hace casi imposible elegir una etapa, porque soy fan absolutamente de todas. Quizás, poniéndome más minucioso, me conmovió mucho ese período en que reconoce no estar bien del alma, en que venía arrastrando problemas de salud y de adicciones, los discos que produce desde el ´85 al ´90, como Never let me down. Si tuviese que elegir uno, Hunky Dory para mí es una de las mejores obras musicales de todos los tiempos.
En Bowie, se confirma eso de que los años hacen al artista adquirir y jugar con más experiencia. Su búsqueda siguió estando siempre, incluso en el último disco donde también se ve un viraje diferente. Me sensibiliza toda su obra, hasta esa concepción medio vacía y snob que hizo a mediados de los 60. Desde el inicio, se vio que iba a ser un artista que iba a marcar la diferencia. Marcó el espíritu del gran rock de los 70, dio el puntapié inicial al rock inteligente.
Detrás de lo que hizo hay una estrategia maquiavélica en la que queda en evidencia y que hace aún más brillante su capacidad como artista. Cuando se va un músico de éstos, siento como la partida de un familiar. Uno llega hasta tener diálogos internos con sus elegidos, al vestirse, antes de subir al escenario… y yo voy a seguir hablando internamente con Bowie. Pero es triste que se vaya, porque se apaga una luz.
Emmanuel Horvilleur
Se fue un grande...Crecí escuchando "Let´s Dance" y soy muy fan de Laberinto. Lo que hizo en los ochenta me marcó y, más tarde, fui redescubriéndolo como artista en su época como Ziggy Stardust y toda su producción anterior.
Su arte fue muy refinado, totalmente de vanguardia. Es el número uno, junto con Prince.
Lisandro Aristimuño
Me quedo con él como artista en toda su complejidad y todas sus formas. Elegir un sólo Bowie sería simplificarlo. Siempre estuvo a la vanguardia, marcándoles el rumbo a los artistas en cuanto al sonido, sus looks, los diseños de las tapas de los discos, todo.
Hay un cierto paralelismo como artista con Spinetta: siempre estuvieron adelantados a su época y su música siempre estará vigente.
Nico Cota
David Bowie era uno de los pocos artistas, en todo sentido. Sus propuestas visuales eran increíbles: su metamorfosis tenía una importancia teatral que iba en conjunto con la música que creaba. Ziggy Stardust y, a fines de los 80, con Tin Machine, que tenía un sonido más crudo y rockero son unas de sus mejores épocas. También me llamó la atención con Let´s Dance, disco que le produjo Nile Rodgers con ritmos más disco y temas más bailables".
Francisco Bochatón
Siempre escuché a Bowie. Tuvo una gran influencia en mi vida. Aún recuerdo cuando lo vi en River, la primera vez que vino a la Argentina, en los 90. Yo estaba tan cerca que hasta le veía las arrugas. Ahí escuché Heroes y no lo podía creer. Ese disco me parece tremendo.
En el 86, fue cuando empecé a escuchar sus primeros discos y también lo escuché con Tin Machine. Después fui descubriendo el significado de sus canciones. Los últimos discos también me gustaron mucho.
Es un artista que tuvo siempre un glam que no dejaba de existir nunca en lo que hacía, como cuando hizo el video con Mick Jagger. Una vez le preguntaron sobre cómo hacía para permanecer siempre en ‘primera’ y él decía que, para eso, hay que tener algo y que él lo tenía. Su ego era brillante, no era un ego porque sí. ¡Cuando escuché Fashion la primera vez…! Esos temas me volaron la cabeza. Y hasta lo último que hizo me impactó, fue como una despedida… y verlo así, tan viejito. También me pareció excelente la producción que hizo con Lou Reed y lo que hizo como productor de Iggy Pop. Fue brillante.
Sergio Pángaro
Lo descubrí tarde, con Let´s Dance y no podía creer como convivían tres éxitos como "China Girl", "Modern Love" y "Let´s Dance" en un mismo disco.
Más tarde recuperé su época de Tin Machine, ese cuarteto de rock pesado y tipos trajeados, a fines de los 80 que iba totalmente en contra de la estética del rock del momento. Su manera de cantar se despegaba de los modismos del New Wave.
Mariana Bianchini
Me cuesta decidirme sobre cuál es mi época preferida de él. Me encantan todos los discos de Bowie: cada uno de ellos me influenció artísticamente. Los tengo todos, pero creo que el disco que más escucho es Earthling. De su puesta en escena, Ziggy Stardust es mi alter ego favorito, por su innovación y provocación. Luego, su personaje en laberinto, que hizo que terminara vistiéndome como él en los cumpleaños de mis amigos y pasara directamente a la categoría de rara. Pero las canciones y videos que más me conmueven son sus últimas producciones.
Me quedo con todos sus discos. Estoy muy triste, nunca lloré por la muerte de alguien ajeno a mi entorno personal y ésta es la primera vez que siento la pérdida de alguien que no conozco, como si fuese de mi familia. Después de escucharlo durante tantos años y de sentirme tan identificada con sus apuestas artísticas, admiro más que nada la profundidad de su arte: impecable, provocador e intenso… Él era el príncipe encantador.
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