Massacre: los "distintos" del rock local, para los que el festejo es un paréntesis
Banda de culto argentina por excelencia, tardó dos décadas en despegar del under; en un recuperado Obras, celebrará su vigencia
"En treinta años no paramos nunca. Ni siquiera quince días". Eso dice Walas mientras almuerza a las cinco de la tarde un café con leche y un tostado mixto después de ensayar con Massacre con vistas a la gran celebración de esta noche en Obras.
La banda que completan El Tordo Mondello (guitarras), Bochi Facio (bajo), Fico Piskorz (guitarra y sintetizador) y Charly Carnota (batería y percusión) cumple tres décadas de vida y lo festeja en un lugar con mucha historia, que empieza a reabrir sus puertas después de un largo paréntesis. Walas, la voz y el alma de esta banda que tuvo varias formaciones en sus años en el under, empieza a recordar los grandes shows que vio en Obras: Van Halen, Iggy Pop, The Mission, Siouxsie & The Banshees, Ramones, Sumo... Pero para de golpe cuando ve las imágenes de un televisor colgado de una de las paredes del bar de Palermo donde se hace la entrevista. La catástrofe en México llega a la pantalla y Walas cambia rápidamente de tema. "Estamos viviendo una época complicada -señala-. Leía hace unos días que en octubre un asteroide enorme va a pasar muy cerca de la Tierra. Y están los que hablan de que el fin del mundo llega en estos días. Me entero de esas cosas porque soy un consumidor de información alternativa. Supongo que necesito creer en cosas que estén por fuera de la realidad".
Teorías apocalípticas al margen, Massacre tiene una agenda cargada de planes: girar por la Argentina en el marco de este aniversario de la banda, editar el primer DVD de su historia y continuar alimentando Massacredélica, un proyecto apoyado en versiones psicodélicas de temas de su repertorio que ya fue probado con éxito en la Usina del Arte.
"Este festejo de los treinta años es apenas un paréntesis. Tenemos muy pronto el B.A.Rock, vamos a editar unos simples, ensayamos dos veces por semana... Siempre estamos en movimiento". Tanto trajín es sorprendente para un grupo que lleva años y años en la ruta. Pero parece que todavía hay Massacre para rato. "Hace poco escuchaba a los Attaque diciendo que ya empezaban a pensar en parar, que se viene el final de la banda. Ellos también cumplieron treinta años de carrera. Nosotros no tenemos ese plan en lo inmediato, todavía siento que nos quedan muchas cosas por hacer. Pero sí es cierto que prefiero evitar la gira de los cuarenta años, la de los cincuenta y la gira en silla de ruedas. El rock es un símbolo de transgresión, de rebeldía y de juventud. No quiero caer en el patetismo. Digo esto en relación con el rock, específicamente. Puedo seguir haciendo música, obvio. Hubo muchos casos de músicos que tuvieron una gran carrera aun siendo veteranos: David Bowie, Leonard Cohen, Lou Reed."
A la hora de pensar en los errores, Walas pone el foco en la comunicación: "Escucho temas de los primeros discos y me dan ganas de grabarlos de nuevo. Me digo: «Cuánto mejor canto ahora, cuánto mejor suena la banda hoy». Pero creo que nuestra debilidad principal fue no haber entendido el juego comunicacional de más chicos. Recién con veinte años de carrera aprendimos algo en ese sentido. Los Cadillacs empezaron con nosotros y explotaron muy rápido. Nosotros fuimos siempre de culto, del under. Habrá quien lo vea como un fracaso. Yo no lo veo así porque creo que en lo artístico siempre fuimos serios y consecuentes. Pero no nos hubiera venido mal despegar antes, eso es innegable. Lo palos en la rueda los fuimos poniendo nosotros mismos. Venía un productor y nos decía: «Acá hay un buen estribillo, ¿por qué no lo repiten?». Y no le dábamos bola. Asesinar estribillos es ponerte palos en la rueda, es casi anorgásmico (risas). Nuestros dos temas más populares ("Plan B: anhelo de satisfacción" y "Tanto amor") no tienen estribillo, de hecho. Pero también es cierto que así llegamos hasta acá. Todavía no puedo creer que volvamos a tocar en Obras. Ya estoy pensando en la prueba de sonido a la tarde, en ir a comprar cerveza al chino que está a la vuelta del estadio, en todo el ritual... Y en repetir lo que ya hice cuando presentamos ahí mismo El mamut, hace casi diez años: yo a Obras entro en skate".
El lunático del skate
"Pegadita a la sala donde está la muestra de Björk", subraya con orgullo inocultable Walas. Habla del Museo del Skate, que ya se puede visitar en la nueva edición de Ciudad Emergente, que culminará mañana en la Usina del Arte. Armada sobre la base de su famosa colección personal de tablas, esta exhibición revela el fanatismo del cantante de Massacre -banda pionera del skate rock nacional- también detallado en Skate punk, un lunático sobre ruedas, el original libro de su autoría que Planeta editó el año pasado. "Es el primer libro argentino que cuenta esta historia -sostiene Walas-. Lo de lunático viene del apodo que me pusieron de pibe, cuando iba a la colonia de Ferro Carril Oeste y me quedaba un poco aislado porque no funcionaba en los deportes de equipo. Fui víctima del bullying en ese momento, pero hoy estoy muy feliz de haber tenido ya desde esa época un pensamiento único, individual. A Syd Barrett también le decían lunático".
El rock es un símbolo de transgresión, de rebeldía y de juventud. No quiero caer en el patetismo.
Massacre
Esta noche celebra sus 30 años
Estadio Obras, Avenida del Libertador 7395
Entradas, desde 450 pesos
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