Marvin Gaye: el artista que fue asesinado por su padre y logró plasmar en “What’s Going On” la paz que nunca encontró para su vida
El gran cantante desafió al sello Motown con un tema social y político que terminó siendo uno de los grandes hitos de su carrera y del catálogo de esta compañía discográfica
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Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. La vida de Marvin Gaye tuvo bastante de esto. Y es aquí cuando se entra en el dilema de tomar la obra de un artista como si su creador fuera una parte indisoluble de esa invención o pensar que, quizá, lo más sensato sea dejarlo a un lado. Marvin Gaye fue un hombre que pasó gran parte de su vida con la contradicción como constante y con una rebelión a flor de piel, contra sí mismo y contra su entorno. What’s Going On, su disco considerado conceptual, de 1971, es una gran reflexión sobre el mundo del cual quiere diferenciarse y, por momentos, no puede evitar parecerse. Al mismo tiempo, el tema que da título a esta producción es esa especie de punta de lanza para una gran reflexión.
El metro ochenta y tres de su delgada figura pudo haber sido portador de una voz más baja dentro del registro vocal masculino. Sin embargo, le tocó un registro medio para decir de la manera más dulce las cosas más duras. ¿Acaso el aterciopelado sonido de la canción “What’s Going On”, que tanto se ha escuchado en momentos románticos, es el ideal para hablar en contra de la guerra o referirse a la violencia policial? En realidad, no se trata de ideales, porque el hecho artístico no se rige por ese tipo de parámetros. Solo puede llamar la atención ese tipo de contraste, que aparece en tantas otras situaciones de la vida de Gaye. Sin embargo, esto no invalida en absoluto la buena hechura de esta canción. Por el contrario, ha calado hondo tanto en el gusto popular como en la consideración de la crítica, que la ubica en un lugar de privilegio dentro de la frondosa historia de la música popular estadounidense.
Gaye fue, hasta su muerte una especie de esponja que todo podía absorber para darle luego una representación musical. Su vida atormentada careció de filtros que, incluso, pueden ser necesarios para la supervivencia. Cualquiera que escuche esta canción, o apenas unos versos, difícilmente pueda imaginar cómo fue el final de su vida.
Cualquiera que lo escuche cantar de una vieja grabación la frase “Verás, la guerra no es la respuesta”, difícilmente pueda imaginar que 13 años después moriría por un disparo que su propio padre perpetró contra él, con un arma que Marvin le había regalado un año antes. El argumento de autodefensa planteado por los Pantera Negra parecía (mal comprendido) el que, dos décadas después, había asumido su padre para defenderse de su propio hijo, que tenía la piel afroamericana, esa que era de su mismo color. Pero la mente atormentada de Marvin Jr. lo hacía caer en esas constantes contradicciones.
Un pedido
A veces no se necesitan demasiadas palabras para lo que hay que decir en el momento que se necesita hacerlo. “What’s Going On” no es un largo parlamento, no es una extensa declaración. Es un simple pedido. Y de tan simple, resultó de lo más contundente y efectivo. Para cuando la década del setenta había quedado inaugurada, ya habían matado a J. F. Kennedy y a Martin Luther King, miles de soldados habían regresado de Vietnam (como el hermano de Marvin, Frankie) y otros se habían quedado en el camino. El racismo seguía siendo racismo a pensar de las voces valientes que se levantaban en su contra. El pacifismo era la respuesta verbal a la escalada bélica. Y a Gaye solo le hacía falta cantar, con su voz amable, con su voz que sonaba comprensiva y expectante, pacífica. Y lo bien que lo hacía.
“Hermano, hay demasiados de ustedes muriendo. Sabes que tenemos que encontrar una manera para traer algo de amor aquí hoy. (...) La guerra no es la respuesta. Porque sólo el amor puede vencer el odio. (...) No me castigues con brutalidad. (...) Todo el mundo piensa que estamos equivocados Ay, pero, ¿Quiénes son ellos para juzgarnos? Simplemente porque nuestro cabello es largo.”
Para 1970, la tenacidad de Gaye era a prueba de negativas. El sello Motown, capitaneado Berry Gordy (diez años mayor que él) era más que una discográfica. Era el canal de expresión de toda una corriente musical, que marcó una era dentro de la musical popular norteamericana. Había lugar para un soul “social y político”. Marvin no quiso volver a grabar canciones hasta que “What’s Going On” fuera publicada como single. Gordy no encontraba potencial comercial en la canción, pero aceptó su publicación. Para suerte de ambos, el olfato de aquel influyente productor de la industria de la música había fallado. El tema llega al primer puesto de los charts y eso facilita la grabación de un disco completo, que finalmente llevó ese nombre. Apenas diez días necesitó Gaye y su banda para grabar el long play completo. “En 1969 o 1970, empecé a darle vueltas a qué quería decir con mi música”, dijo Marvin Gaye a la revista Rolling Stone, sobre el proceso de creación del álbum What’s Going On. “Estaba muy afectado por las cartas que me enviaba mi hermano desde Vietnam y por las frustraciones sociales en mi país. Quería escribir canciones que llegaran al alma de la gente, mostrarles lo que estaba pasando en el mundo”.
Fue esta misma publicación la que, a principios de este siglo, le dio a esta canción el cuarto puesto en el número especial dedicado a las “500 mejores canciones de historia”. Así había sido reseñada: “‘What’s Going On’ es una exquisita plegaria por la paz en la tierra cantada por un hombre en mitad de una crisis. En 1970, Gaye era la mayor estrella masculina de la Motown, pero le frustraba el papel de uno más en la cadena de montaje que jugaba dentro de sus propios éxitos. Destrozado por la muerte de su compañera de dúo, Tammi Terrell, que falleció en marzo de ese año tras tres años de lucha contra un tumor cerebral, Gaye estaba atrapado en un matrimonio turbulento con Anna Gordy, la hermana del jefe de la Motown, Berry Gordy”.
Además, lo atormentaba la relación con su padre, un hombre muy puritano, ministro pentecostal de la Casa de Dios (House of God), que solo predicaba con el ejemplo, ya que su conducta y su moral manifestaban lo contrario. Tiempo después de la muerte de Terrel, Renaldo Benson le presentó a Gaye una canción que había escrito con el compositor de la Motown Al Cleveland. En mayo de 1969, Renaldo, bajista de los Four Tops vio la cobertura televisiva de cientos de policías armados que disolvían el People’s Park, en Berkeley. Horrorizado por la violencia comenzó a escribir esta canción con el letrista de Motown Al Cleveland. Primero intentó registrarla con su propio grupo, pero no fue aceptada. También se la presentó a Joan Baez. Benson dijo muchos años después que incluyó a Gaye como compositor en los créditos para animarlo a grabar el tema.
“Rechazada en un primer momento por ser poco comercial -dice aquella reseña de Rolling Stone- ‘What’s Going On’ fue el mayor logro de Gaye en el estudio, un regalo imperecedero con propiedades curativas. ‘Si quería defender la paz, dijo Gaye a su biógrafo, David Ritz, “sabía que lo primero que tenía que hacer era encontrarla en mi corazón”.
Es probable que ese desafío le haya llevado toda la vida y ni siguiera lo había alcanzado. Esa inestabilidad emocional no le permitió consensuar su discurso musical o poético con otras ideas que provocaron interferencias en su cabeza. Para mediados de los setenta, su matrimonio con Anna Gordy había fracasado, los discos siguientes no tuvieron el éxito esperado y hasta tuvo problemas fiscales que lo obligaron a residir fuera de los Estados Unidos. Las drogas también fueron un problema en su vida. Quizá uno de los más grandes. Por ese motivo volvió, con 45 años, a la casa de sus padres, que en aquel momento vivían en California. Y esa fue la peor decisión. Las discusiones cada vez más frecuentes con su padre terminaban con golpes de Marvin, hasta que un día su vida terminó con dos disparos en el pecho. Terminó siendo su peor enemigo el calibre 38 de la Smith & Eeson que le había regalado un año antes al predicador cristiano (lo había hecho, dentro de su paranoia, porque consideraba que su padre debía defenderse de cualquier ataque).
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