María Elena Walsh: una nueva oportunidad para escucharla juntos, grandes y chicos
La situación de encierro familiar para evitar la propagación del coronavirus obliga, ante todo, a cambios prácticos pero que, en el fondo, responden a cuestiones culturales. Lo chicos no van al colegio y los docentes buscan la manera de llegar a ellos de forma online para que la cuarentena no se sienta al cien por ciento como un tiempo perdido. Claro que la comunicación no es la misma que cuando se ven todos los días en la escuela. Papá y mamá, que quizás tienen la suerte de seguir trabajando desde casa, deben llevar ese nuevo rol al epicentro familiar, también ocuparse de los quehaceres domésticos y de entretener a los niños, sobre todo si son muy chicos.
Habrá descubrimientos como el de un niño que profundiza en su conocimiento sobre los gustos de sus padres y será capaz de interpelar a uno de ellos: "¿Por qué no hay nada de acá que te guste? ¿Desde el té que tomás hasta la música que escuchás y lo que ves en la tele tiene que ser de afuera?", increpará el muy atrevido. Otros tendrán que instalar una carpa playera en el medio del living (sí, esa que llevan en verano a la Costa Atlántica) para simular algún tipo de situación que irá de jugar a los indios (algo poco probable en estos tiempos) a algún tipo de refugio nuclear o antiviral. Y, seguramente, padres y madres tendrán mayores oportunidades (aunque esto no signifique más tiempo) para entrar en sintonía fina con sus hijos. No es lo mismo mandar la tarea por mail que trabajar en clase. Tampoco es lo mismo prender la tele, poner un canal infantil y sentarlos toda la tarde frente a la pantalla que encontrar un punto en común que esté a mitad de camino de cada uno. Para esto último, María Elena Walsh es una cita obligada, única, intransferible y inigualable.
Que pudiera hablarle, en temas como "El reino del revés" a chicos y a grandes con la misma intensidad es un logro que muy pocos han podido alcanzar. La capacidad para hacer de un hecho artístico algo absolutamente intergeneracional no se manifiesta con regularidad en ningún ambiente artístico. De ahí la singularidad de María Elena.
Sólo María Elena fue capaz de escribir: "Me dijeron que en el Reino del Revés/ Nada el pájaro y vuela el pez./ Que los gatos no hacen miau y dicen yes / Porque estudian mucho inglés". Y en el verso siguiente: "Me dijeron que en el Reino del Revés / Nadie baila con los pies. /Que un ladrón es vigilante y otro es juez / Y que dos y dos son tres." ¿Cómo se puede hablarle a un niño y describir la Argentina de una época (o de varias épocas) para el oído adulto? En "Canciones para mirar" está la respuesta.
Claramente sabemos que "El brujito de Gulubú", de 1962 ("A toda la población, embrujaba sin ton ni son") es el coronavirus de hoy. Y mientras esperamos que llegue el doctor "manejando un cuatrimotor" con la vacuna, podemos buscar dentro de casa ese puente generacional que es María Elena Walsh.
Este año habría cumplido 90 eneros. Se la recordó en el CCK con actividades realizadas durante febrero en distintas salas del Centro Cultural. Seguramente se podrá volver sobre la obra de esta creadora cuando éste y otros espacios culturales de Argentina reabran sus puertas. En estos tiempos de encierro se puede recurrir a sus libros o a sus discos, incluso a las grabaciones recientes. En Spotify es posible escuchar la excelente y muy reciente relectura de sus canciones que plasmaron en un disco doble el grupo Escalandrum y la cantante Elena Roger.
En realidad, no se trata de un disco doble porque se publican por separado. La intención de la cantante y del grupo era unificar un repertorio que fuera para el público adulto en el disco que denominaron La cigarra y el cancionero que es para grandes y chicos en otro que llamaron El reino del revés. Este proyecto no es otra cosa que un homenaje a María Elena, respetuoso, cálido y de gran valor artístico.
No debe sorprender la gran aproximación estilística que Elena Roger es capaz de hacer a la obra y a la compositora porque ya lo ha hecho muy bien en otros espectáculos. No hay que olvidar que María Elena también era quien interpretaba sus canciones. Por eso el trabajo de Roger y Escalandrum -por un lado el de la cantante con una aproximación estilística de época, por otro, la pátina jazzistica y la atemporalidad que le da los arreglos del grupo- es tan logrado. Además, se percibe (seguramente fue de manera deliberada) que si el disco para chicos y grandes tiende a ser directo y claro, con bellos y originales arreglos, en el álbum con canciones para adultos Escalandrum se reservó algunas piezas para otro tipo de matices ("Barco quieto", puede ser uno de esos casos).
Una ajustada sociedad
Durante 2012, Elena Roger realizó una temporada del musical Evita en Broadway. Por Nueva York pasó el grupo Escalandrum y ella fue a uno de sus conciertos en el local Birdland. Luego del show comenzaron a pensar proyectos conjuntos, incluso discográficos. El primero estuvo dedicado a la obra de Piazzolla. Éste a la canciones de María Elena Walsh.
Si la pandemia retrocede y el mundo puede regresar de a poco a una vida normal, el 11 de junio Roger y Escalandrum presentarán en vivo estos discos, en el Teatro Coliseo.
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