Conquistó todos los rankings musicales y es una de las argentinas más requeridas para hacer colaboraciones; en un mano a mano con LA NACION habla de cómo le afectó el hecho de crecer de golpe como artista y saltearse etapas; en abril encarará un nuevo desafío: un show en el Estadio GEBA
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María Becerra está viviendo un sueño. Es hoy una de las artistas más destacadas de la música pop y del género urbano, a un punto tal que en 2021 fue la única mujer en coronarse en el Top 4 de los artistas más escuchados en Spotify dentro de la Argentina, solo por detrás de Duki y los puertorriqueños Bad Bunny y Rauw Alejandro. Además, fue nominada a los Latin Grammy como mejor nuevo artista y en esa ceremonia entregó, junto a Fito Páez, el premio al artista más premiado del año, Camilo, y fue convocada para cantar en el homenaje a Rubén Blades (Personalidad del año para la Academia Latina). Le dicen “La nena de Argentina” y algo de eso hay: con 21 años, esta quilmeña es una de las representantes del país en el mundo.
Su éxito fue escalando, hit tras hit, desde que lanzó “High Remix”, en septiembre de 2020, junto a Tini y Lola Índigo y se materializó más adelante en su primer disco, Animal. Es que después de esta colaboración permaneció en lo más alto de los charts y plataformas a base de featurings de alta gama, como los temas que hizo con Danny Ocean, Becky G, Reik y J Balvin, con quien incluso se tiró de paracaídas: cualquier similitud entre ese viaje en las alturas y su carrera musical es pura coincidencia.
Sin embargo, la velocidad de su crecimiento en la industria no es lo único llamativo de su camino. María Becerra comenzó a ser conocida por su canal de YouTube pero decidió dejarlo para apostar por su música: se hizo famosa en medio de la cuarentena obligatoria por la pandemia de Covid-19. Por eso, pasó meses hasta que pudo cantarle en vivo a su público, lo que generó una brecha entre su experiencia y las expectativas que había sobre sus hombros. Pero también superó esa prueba y, tras agotar 22 funciones en el Teatro Gran Rivadavia, anunció que hará un show el 14 de abril en el Estadio GEBA. También se presentará en Mar del Plata el 20 y 22 de enero y el 5 de febrero lo hará en el Festival de La Manzana.
María habla con LA NACION, y revela: “La verdad que vengo hace mucho tiempo soñándolo y preparándolo. Ahora estamos con los preparativos a rajatabla. Van a ser meses llenos de trabajo, ansiedad y de no poder dormir, pero siento que el resultado va a ser increíble. Para mí este show en GEBA es algo histórico y no puedo creer llenarlo sola. Es algo que hace un tiempo ni me lo imaginaba, pero se está dando y me siento preparadísima. Quiero darle a la gente algo que sientan que es increíble y de los mejores shows que hayan visto”.
Tras una temporada en la que María lanzó un tema tras otro, la joven de 21 años se tomará un tiempo sin sacar nuevas canciones, quizás buscando revolucionar su propio arte.
-Con esta pausa, ¿querés reconvertirte? ¿Te gustaría ahondar en otros géneros?
-Sí, ¡re! Es algo que me estoy proponiendo para 2022, quiero experimentar con otros géneros y colaborar con otros artistas. Quisiera hacer cruces generacionales con los que sueño, como con Fito (Páez), que crucé unas palabras y me encantó, es un loco lindo. Me considero una esponja: absorbo muy rápido información, la proceso y la adapto. Tengo hambre de aprender, de lo que sea: música o vivencias. Siento que son como joyitas que te llevás con vos y que te ayudan a crecer y madurar.
-Te consagraste en un momento que no era posible tocar en vivo, ¿cómo lidiaste con las expectativas que había sobre vos en tu primer show?
-Había mucha gente con mucha expectativa, y yo soy alguien normal (risas), que nunca había tenido un show con sus propias canciones y adelante de tanta gente. Entonces, tuve malas experiencias, pero siento que todo es parte del aprendizaje. Quizás muchos artistas tuvieron su primera vez en vivo cantando sus canciones en bares o boliches y se fueron “curtiendo” con miles de shows antes de tener uno televisado o algo por el estilo. Yo tuve que aprenderlo a los ponchazos. Había cantado solamente en coros y muestras de canto, pero eran canciones de otros y cuando es de otro es diferente. Mi primer show cantando en vivo fue en La Voz Argentina, que ya sabemos que no fue lo mejor. Me comieron los nervios, pero me la tuve que bancar porque, si bien nunca había hecho eso, ya tenía “un nombre” y la gente esperaba mucho de mí.
-¿Qué aprendiste en todo este tiempo?
-Todo fue increíble. Hubo mucho crecimiento, maduré un montón en lo laboral pero más que nada en lo personal. Aprendí a tomarme las cosas con un poco más de calma, no volverme loca, tenerme paciencia y darme tiempo para procesar las cosas. Me pasaba de ser muy perfeccionista y criticona conmigo misma, y era muy infeliz, porque cada vez que hacía un videoclip o una canción buscaba cada error, y siempre encontraba uno. Nunca estaba conforme y no lo estaba disfrutando. Toda mi vida luché y trabajé para esto, entonces me preguntaba ‘¿por qué ahora que lo tengo estoy siendo infeliz?’
-¿Y cómo saliste?
-Me aconsejaron muchos colegas, como Tini, que es una amiga, y J Balvin, y me di cuenta que estaba teniendo una visión errada. Las personas detrás de los artistas son las mejores personas que he conocido. Hoy en día mucho de lo que soy y cómo afronto la vida, me lo han enseñado ellos, así que estoy super contenta.
-Además de esto, ¿en qué te anclás para tener los pies en la tierra y canalizar lo que te pasa?
-Me apoyo fundamentalmente en mi familia, amigos, mi psicóloga y mi equipo de trabajo. Hoy creo que tengo el equipo perfecto para mí. Ni bien empezamos éramos todos muy novatos, pero crecimos mucho juntos, a prueba y error. Hoy somos una gran familia y lo importante es que la prioridad siempre es que yo esté bien, mi salud física y mental. Aprendí a vivir contando lo que me pasa, siendo sincera y hablando las cosas.
-¿Creés que la autoexigencia viene de la mano del miedo?
-Totalmente. Es el miedo a fallar, por eso sos tan perfeccionista y estás en todo. Te da miedo la crítica detrás de ese error, creo que eso fue algo que me traumó mucho. Por ejemplo, en esa primera presentación yo estaba super nerviosa, no salió como esperaba y hubo muchísima crítica detrás de eso. Es muy difícil que empaticen con vos y que te entiendan. Hay personas que esperan que seas perfecto, que tengas toda la cancha y no se dan cuenta de lo que estás viviendo, de tu proceso y de que es tu primera vez. De ahí me nació una fobia y mucho miedo. No me permitía estar nerviosa. Ensayé, ensayé y ensayé, sin descanso, y hoy en día no hay chances de que me ganen los nervios, ¿pero a qué costo fue? Por suerte, ya estoy tranquila y no me tomo la vida así y si me equivoco me río y también la gente empatiza con ese error.
-Entonces, ¿sentís que te hicieron pagar derecho de piso?
-Sí, obvio, me lo re hicieron pagar, pero ahora siento que ya está. Creo que es algo por lo que todos los artistas inevitablemente pasan. No estás preparado para algo así, pero te vas “curtiendo”.
Uno de los momentos más fuertes en ese sentido fue cuando subió a Instagram una historia contando que estaba haciendo una canción de la que participaba Daniel Oviedo (Ovy On The Drums), quien -junto a Cristian Salazar (Kristo)- encabeza la productora Big Ligas, la cual estuvo enfrentada legalmente con Paulo Londra en un conflicto que llevó a que, por una cuestión de derechos, el cordobés no sacara nueva música desde 2019. Tras el anuncio, las redes sociales estallaron de mensajes de usuarios acusándola de “traición”.
-¿Te dolió lo que se generó?
-Y sí, obviamente. Me pusieron en una posición horrible, cuando la realidad es que fui a hacer una canción con Micro TDH, que lo admiro un montón y me encanta lo que hace. Me enteré que Ovy era el productor de la canción cuando estaba ahí, pero soy profesional y quería hacer la canción. Tampoco sabía toda la polémica que había con Ovy, pero nadie se frena a preguntarte cómo fueron las cosas y lo primero que atinan es a atacarte.
Crecer de golpe
“¿Quién anda diciendo que a mí me escriben los temas? Los escribo siempre yo, sola o con [el trapero] FMK. Pero siempre compongo yo, jamás me entregaron un tema ya escrito. Obvio que si fuera así tampoco sería nada malo; en absoluto. Pero no quieran sacarme mérito de mis propias composiciones”. Este descargo, María Becerra lo realizó tiempo atrás por Twitter después de una andanada de críticas.
-¿Qué te llevó a hacer ese descargo?
-La gente se cree que porque una hace música mainstream es un producto al que le dicen qué cantar, qué ponerse, qué hacer y cómo actuar, y nada que ver. Me dio mucha bronca leer “María Becerra es un producto”, y por eso puse eso en Twitter.
-¿Y qué mensaje creés que estás dando?
-Para mí las canciones siempre son un descargo emocional, ya sea de felicidad o de tristeza. Nunca escribo algo que no me identifique. A la hora de componer siempre vuelvo a recuerdos y a veces se me hace tan real en la piel que me pongo mal. Ponele, “Mi debilidad” la escribí llorando y no era lo que me estaba pasando en ese momento, sino que estaba volviendo a algo que me había hecho mucho mal. Fueron emociones muy fuertes e historias que me marcaron un montón. Siempre todo lo que escribo me pasó, para bien o para mal. Por ejemplo, en “Wow wow” hablo de cómo me gusta ver la vida y de que me gusta salir y estar con amigas; y “Tu me lo haces fácil” la hice en un momento en el que estaba completamente enamorada. Se la escribí a Tomi, mi novio.
Esa frase dicha la tarde del jueves por María Becerra a LA NACION rebota fuerte hoy después de que, vía Twitter, la pareja anunció su separación. “Nunca le fui infiel a Mari, lo qué pasó es que conocí una chica cuando estuvimos separados y al volver no se lo conté y se enteró ahora. Esto se hizo público por error y es algo que debemos resolver en privado, les agradezco su respeto”, explicó Rusherking, alias artístico de Thomas Tobar, después de una serie de mensajes en los que María, “desde el dolor”, dio a entrever la crisis que había entre ambos. Ella, por su parte, escribió: “Lamento haber actuado impulsivamente. Quiero aclarar que no somos más pareja, y que todo lo que haya que resolver lo resolveremos en privado. Les agradezco su preocupación”.
Más allá de la turbulencia de estos últimos días, en la concepción del amor que rige la vida de la cantante radica otro de sus mensajes más fuertes.
-En tu manera de vivir conviven dos realidades: amás a las personas independientemente de su género y también sos una gran defensora de los derechos de los animales...
-Creo que empecé a ver la vida de una forma con la que me siento muy en paz y me hace tener la consciencia muy tranquila, más que nada por haber dejado de creer que “somos superior a...” y por verme igual a todo el mundo, a todas las especies. Hoy en día, en la posición en la que estoy, tenés que tener muy en claro que no sos más que nadie, no importa que te aplaudan o en qué lugar te pongan. Tenés que ser consciente de que sos igual que todo el mundo, que merecés el mismo respeto que los demás y que vos también tenés que respetar a todos. Desde que empecé a ver las cosas así, todo fluyó súper bien en mi vida. También creo mucho en la ley de atracción, me llegan cosas buenas y doy cosas buenas, y soy muy feliz así.
-¿Sos consciente de la fuerza de tu voz?
-Creo que empecé a ser más consciente cuando se calmó la pandemia y pude ver a mi público. Me ha pasado mucho que me digan: “En la pandemia estaba solo/sola y tu música fue lo que me salvó”. Realmente fui una compañía. Creo que con eso empecé a ser consciente de lo que puede generar una canción.
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