Marcus Mumford no es de ponerse nervioso. Pero admite que hoy, el día antes de que Mumford & Sons lance su cuarto disco, Delta, e inicie una gira de 63 fechas en microestadios, está un poco inquieto. El grupo se pasó meses trabajando en el álbum, buscando un equilibrio entre las canciones de fogón folk de los primeros dos discos y el sonido enchufado de Wilder Mind, de 2015. Un nuevo single, "Guiding Light", combina rasgueo acústico y una base bailable; en otros temas, el grupo se apoyó en su amor por la música electrónica y el hip-hop. "Nuestra idea es que la gente lo disfrute con nosotros, pero sabemos que no siempre todos lo harán", dice Mumford por teléfono desde Dublín, luego de un ensayo. "Si tratás de consentir al público, podés ponerte raro. Espero que esto empuje los límites con los que la gente elija definirnos." Un par de días después de nuestra conversación, Delta se convertiría en Número Uno.
Pocos grupos generan tanta división como Mumford & Sons. O los aman o los odian. ¿Alguna vez pensaste por qué es así?
Nos hicimos famosos muy rápido, y eso ciertamente causa rechazo hacia algunos grupos. Seguro mucha gente piensa que nuestra música es una mierda de verdad. Y yo creo en que cada uno puede tener sus gustos, así que no quiero contradecirlos. Pero ningunear a un grupo solo por su reputación es algo que me desilusiona. Siento que somos muy privilegiados de estar en esta posición.
¿Te sorprendió cuando Wilder Mind, en el que se deshicieron de los banjos, recibió críticas adversas?
No, no me sorprendió. Pero la respuesta a esas canciones en vivo ha sido fantástica. Creo que la gente se está dando cuenta de que todos tenemos un déficit de atención, y que no nos podemos quedar quietos. Espero que la gente esté abierta igual, aunque haya uno o dos temas que no les gusten.
¿Imaginás al grupo volviendo al sonido despojado de los primeros dos discos?
Ya lo hicimos en este álbum, si escuchás "Wild Heart" te vas a dar cuenta. La instrumentación parece ser más importante para los medios que para nosotros. No pensamos tanto en eso como los que nos preguntan.
Ben Lovett, el tecladista de la banda, dijo que este disco trata sobre las cuatro D: Muerte [death], divorcio, drogas y depresión". ¿Qué estaba pasando con vos personalmente?
Mientras componía, tuve dos hijos y acompañé a mi abuela durante sus últimos días. Todo pasó en poco tiempo. También vi cómo se incendiaba la Grenfell Tower desde mi ventana en North Kensington en Londres [murieron 72 personas en ese incendio de junio de 2017]. Me acerqué mucho a los sobrevivientes, y eso me cambió la vida. Son algunas de las personas más maravillosas que conocí.
¿Pensás que tu personalidad se lleva bien con la fama?
Cuando aceptás ser músico, no pensás en las repercusiones que va a haber si te volvés exitoso. Uno solo espera ser bueno en todo. Bruno Mars parece haber nacido para eso. A los Gallagher no les importa una mierda. Pero yo ciertamente siento que tuve que esforzarme para ser mejor con ese tema.
¿Cómo lo lograste, si no es algo para lo que hayas sido bueno naturalmente?
Nuestro primer manager de giras nos dijo: "Si algún día tienen éxito, tienen dos opciones: pueden rodearse de gente que solo les diga que sí, y se van a volver unos boludos, o pueden rodearse de gente que esté dispuesta a decirles que no, y evitar esa trampa". Y tenía razón. Somos honestos entre nosotros. Eso llevó a desacuerdos enormes, pero así es como debe funcionar toda relación. La democracia es lenta y puede ser aburrida pero, como dijo Churchill, es la forma de gobierno menos mala.
La primavera pasada, se te vio en cámara bostezando en la boda real. ¿Cómo fue eso?
Enormemente avergonzante, obvio. Recibí más mensajes de texto por eso que por tocar en Glastonbury. Había sido un día largo. Estaba seguro de que no habría tantas cámaras siguiéndonos a nosotros, porque había tanta gente famosa ahí. En un momento, le dije a mi esposa [la actriz Carey Mulligan]: "Dame un beso, baby". Y ella me dijo: "De ninguna manera, hay cámaras por todas partes". Y después, por supuesto, me agarraron bostezando. Pero la boda fue maravillosa.
¿Cómo es que sos amigo del príncipe Harry y Meghan Markle?
Es algo privado. Es lo único que voy a decir al respecto.
¿Cuál es el mejor consejo que hayas recibido de alguno de tus héroes?
El año pasado, estaba en un bar con Noel Gallagher, y le dije: "Me voy a tomar una pausa. Me está costando componer". Y él me dijo: "¿De qué mierda hablás? ¡Andá a componer una maldita canción!". La semana siguiente compuse "Delta" y "Guiding Light", porque Noel Gallagher me dijo que moviera el culo.
[El sitio humorístico]The Onion escribió notas acerca de vos con títulos como "Los Mumford & Sons se llevan el codiciado Grammy al ‘Chaleco del Año’". ¿No te hartás de esa imagen de tradicionalistas?
Cuando hicimos nuestras primeras fotos, no pensábamos en lo que teníamos puesto. Estábamos jugando un poco. Y esa termina siendo tu imagen. Nos criamos tocando heavy metal, y de repente somos los tipos del banjo.
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