Malosetti-Estévez: "la idea nació cuando él escuchó que le cantaba a mi hija"
Con un trío jazzero, la pareja presenta un ciclo de sábados en voz baja, en Boris
Lo primero que se escuchó fue una versión íntima del clásico de la canción francesa de la segunda posguerra que Edith Piaf transformó en un himno: "La vie en rose". Inés Estévez hizo su presentación como cantante después de haber demostrado durante años sus condiciones como actriz (Guapas fue su última incursión en la televisión, tras una pausa que utilizó para escribir su primera novela) y de incursionar en la literatura con La gracia. La suya es una voz de caudal pequeño, pero, como ocurre con muchas cantantes de standards o del pop, esa limitación tiene su compensación en la calidez del timbre, la impecable afinación, el buen gusto y un repertorio sin fisuras que va del american songbook a la bossa nova. Cole Porter, George Gershwin, Antonio Carlos Jobim y también The Beatles y Piaf. La atmósfera íntima del smooth jazz: un trío en el fondo de la escena y, sobre esa textura sonora, la voz femenina y la sonoridad redonda del bajo a cargo de Javier Malosetti.
Desde mañana podrá escuchárselos durante tres sábados sucesivos en Boris, Gorriti 5568, aunque la aventura podrá continuar el resto del verano.
Un extenso pasaje de esta entrevista fue parte delciclo Conversaciones en LA NACION. Hay algunos añadidos con ideas que se sumaron en un intercambio de mails. Esa procedencia le confiere al diálogo una textura más propia de la oralidad que de la palabra escrita. Inés habla con el delicado esmero que proviene de una formación que la ha puesto en contacto con grandes textos: la palabra es su territorio. Javier trae la luz del humor. Algunos tramos de la charla, de estructura algo errática en el original, fueron depurados para que se adecuaran a la palabra escrita.
-¿Cuál fue la primera voz femenina que te enamoró? Ésta es la última, seguramente.
Javier Malosetti: -Ésta es la última, por supuesto.
-¿Debe de haber habido otras?
Malosetti: -La primera fue la voz de Ella Fitzgerald en discos de mi madre. Cuando vi la foto...
Inés Estévez: -No coincidía.
Malosetti: -No. Yo pensé que era una pendeja hermosa. Y después vi a esa señorona. Hermosa. Tiene algo aniñado en la cara, incluso en los videos donde está más viejita. Ésa fue la primera voz femenina que me impactó, tan clavada y afinada. Además estaban los discos de [Louis] Armstrong, que fueron la banda sonora de mi casa paterna.
-Tu padre, claro, Walter Malosetti, uno de los grandes guitarristas de jazz de este país.
Malosetti: -Mi viejo tenía discos de jazz de punteo, cabezotas, los discos que nos gustan a los músicos cuando decidimos no escuchar música cantada, con todos esos floreos. Pero mi vieja tenía muy buenos discos de jazz, más cancioneros. Siempre le gustaban los cantantes de jazz, y resulta que los cantantes de jazz que le gustaban venían con unas terribles orquestas detrás. Frank Sinatra, todo eso. De mi viejo era Armstrong, discos impresionantes también. Mi hermana y yo traíamos el rock & roll.
-¿Tu formación fue el jazz?
Inés Estévez: -Sí. Mi papá era muy jazzero, tocaba de oído contrabajo y piano, cantaba en una banda de amigos.
-¿Tu padre tocaba el contrabajo? Eso explica muchas cosas.
Estévez: -Muchísimas, sí.
Malosetti: -Quiero aclarar que yo me enteré de eso cuando estábamos de novios.
Estévez: -Yo lo asocié mucho después: pude hacer ese linkeo edípico entre el hombre amado y el padre adorado. En casa se escuchaba lo que escuchaba el padre de Javier: en los asados y en los atardeceres de verano, y en el Winco. Aprendí por fonética; mucho después entendí lo que decían los temas. Mi madre era amante de la lírica y mis hermanos eran rocanroleros; uno de ellos es DJ. En mi casa se respiraba mucha música. En relación con el canto, no tengo formación, como sucede con la actuación y la literatura. Me empapé de eso desde muy pequeña y, luego, quizá suplí con gracia lo que no tenía en términos técnicos.
-Déjenme preguntarles cómo nació este espectáculo y dónde. Imagino, es una presunción, que ha nacido de fragmentos de canciones susurradas en el living, en la cocina, quizás en el dormitorio.
Malosetti: -Exactamente.
Estévez: -Sí.
-¿Y cómo fueron descubriendo la música de a dos?
Estévez: -Tengo sólo una imagen: cierta noche le estaba cantando un tema muy suavecito a una de mis hijas, él escuchó y yo vi su cara de agrado. Me dio mucho pudor.
Malosetti: -Era una canción para niños, la cantabas muy afinada. Pero encontrarme con que Inés controla el repertorio clásico del jazz (Ellington, Porter) fue... Fuimos anotando temas en un cuadernito.
Estévez: -Sí, eso empezó un poco como un juego.
Malosetti: -Inés canta en francés, portugués, inglés. Nos gustan muchas músicas.
Estévez: -Hasta hay un tema de La novicia rebelde.
-En portugués hacen alguna bossa nova.
Estévez: -Bossa, samba, sí.
-¿Samba también?
Estévez: -Sí, en mi casa se escuchaba música brasileña: Vinicius, Caetano, Jobim, Gilberto Gil. Bossa ensamblada con el jazz.
-¿Y de dónde proviene la canción francesa?
Estévez: -A Javier le gustaba mucho, en su formación anterior tocaba un tema en francés?
Malosetti: -Instrumental, no cantaba. Nos decidimos por "La vie en rose", terrible clásico; descubrimos una versión de Armstrong.
-Es un show íntimo. Imagino un tono cercano a Norah Jones, Rita Lee, Carla Bruni.
Malosetti: -No las tengo a ésas que nombras, pero les mandamos un gran beso. Es el típico formato de trío de jazz: un piano acústico, contrabajo y batería, y nosotros adelante; yo tengo libertad de tocar una viola o un bajo, cantamos los dos con el trío atrás. Hay momentos más bluseados, también.
-Inés, actuás, escribís, cantás. ¿Queda algo pendiente?
Estévez: -Animarme a la música de manera consciente era una deuda. Si bien había hecho musical o alguna que otra vez canté jingles, siempre le tuve mucho respeto a la gente que se formó; sentí que era una aficionada. De la mano de Javier se vuelve una realidad. Siempre tuve múltiples aptitudes para la expresión creativa, y esas múltiples aptitudes, más la falta de recursos de haber vivido en un lugar chico, hicieron que no pudiera plasmar esas capacidades de una manera académica y sistemática. Entonces, no es que tengo nada pendiente, pero podría ponerme a diseñar ropa o una casa; de hecho, lo hice alguna vez, más por necesidad que por gusto. Pero todo lo que tenga que ver con la expresión creativa fluye en mí; que lo haga bien o mal, que tenga mayor o menor experiencia, que haya un recorrido o sea una principiante, hace una diferencia. Lo que es seguro es que tengo una pulsión hacia varias ramas del arte. Eso es innegable.
-Hay mucho deseo ahí.
Estévez: -Sí, mucho deseo.
Para agendar
Javier Malosetti e Inés Estévez
Boris, Gorriti 5568
Sábados 9, 16 y 23 de enero
Desde $ 200
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