Mac Miller, el rapero de 26 años conocido por hábiles juegos de palabras inspirados en fiestas y su reinvención artística, murió este viernes en su casa de Los Ángeles, informa Variety. La causa de su muerte sería una sobredosis. Miller, cuyo nombre real es Malcolm McCormick, había hecho público sus problemas con las adicciones a lo largo de su carrera, y fue arrestado en mayo de este año.
En los inicios de la década, Miller fue mencionado como un miembro del frat-rap, un género lleno de historias de fiestas en las universidades. Luego, su carrera se definió por la negación a no ser encasillado. Fue del party-rap a un lirismo vertiginoso a una composición marcada por el jazz en sus últimos dos discos. Para eso, usualmente se alejó del éxito comercial asegurado en favor de la experimentación y el aspecto artesanal de su trabajo.
Miller ha sido sincero sobre sus adicciones en el pasado, y ha hablado ampliada de su dependencia a una combinación de la codeína y la prometazina. Luego de un largo período de sobriedad, él comenzó a beber otra vez. Según tweets de su ex novia Ariana Grande, las adicciones de Miller fueron el motivo de su separación después de dos años de relación. "No soy una babysitter o una madre, y ninguna mujer debería sentirse que necesita ser eso", escribió la artista pop. "Lo cuidé y traté de acompañar su sobriedad, y recé por su equilibrio durante años (y siempre lo haré por supuesto)."
Miller nació en Pittsburgh en 1992, y se presentó en la escena hip-hop cuando empezó a rapear a los 14 bajo el alias EZ Mac. Rápidamente, cosechó muchos seguidores como un artista de las palabras con un talento sobrenatural cuando todavía en su adolescencia, había editado una serie de mixtapes.
En 2010, él desechó su apodo por Mac Miller, y firmó con el sello Rostrum Records, el sello de otro rapero de Pittsburgh, Wiz Khalifa, cuya carrera estaba floreciendo en ese momento. Miller encontró un suceso salvaje en un público con el que compartía un rango etario e intereses: eran jóvenes y buscaban divertirse. Entre sus primeros hits, estuvo "Donald Trump" una canción desenfadada que llevaría a una pelea entre Miller y al ahora presidente. Esa canción se incluiría en Blue Slide Park, el álbum debut de Miller en 2011. El álbum fue un éxito comercial, recibiendo reviews decepcionantes, pero debutando en el primer lugar del chart de Billboard.
Con su carrera en progreso, Miller eludió a la audiencia masiva que desarrolló en sus comienzos. Rápido, comenzó a profundizar en una cosecha artística más atrevida -y con frecuencia más oscura-. Watching Movies With The Sounds Off, el segundo disco editado en 2013, estaba muy lejos del sonido con el que había irrumpido en la escena. Con un rapeo más flexible y temas más maduros que por los que Miller se había hecho conocido, lanzó una reinvención artística que continuaría desarrollando el resto de su carrera. Miller se convirtió en un colaborador prolífico, trabajando con colegas, músicas de jazz y productores aclamados. También empezó a producir música bajo su álter ego, Larry Fisherman.
Para 2016, Miller sumó dos discos más -cada uno generalmente con mejores críticas que el anterior- y se convirtió en una celebridad gracias a su incipiente relación con Grande.
Su último álbum, Swimming, fue editado el mes pasado y cuenta con colaboraciones de Thundercat y John Mayer y producción de Jon Brion. Es su disco más aclamado hasta la fecha, y marcó el regreso del éxito comercial que definió los comienzos de su carrera, debutando en el puesto número 3 del chart de Billboard. El álbum contiene letras que hablan de su sobriedad y su reciente arresto.
LA NACION