La compositora y cantante del consagrado trío, también conformado por Brenda Martín y Gabriel Pedernera, anticipa el próximo concierto en un estadio porteño como cierre de la gira con la que la banda festeja sus 15 años de trayectoria
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“Si algo caracteriza a Eruca Sativa es que es una banda que, salvo en la pandemia, nunca frenó. Llevamos realizados 800 shows en 15 años”. Lula Bertoldi se entusiasma con esa estadística que lleva documentada en una agenda que la acompaña a todos lados. Y, con una sonrisa que evita el lamento, reconoce que el confinamiento les “bajó el promedio” de presentaciones en vivo. A pesar de todo, la mujer que le ofrece composición, voz y guitarra a su banda sabe que el número es muy bueno.
Lula Bertoldi sale del estudio eufórica para encontrarse con LA NACION. “Estamos re arengados, nos ponemos a zapar y surgen cosas hermosas”, dice la artista, mientras se instala en el living de una sala de grabación preciosa ubicada en el corazón de Villa Ortúzar.
En sintonía con el deseo permanente de tocar para su público, el viernes 8 de diciembre, Eruca Sativa -trío que también conforman Brenda Martín y Gabriel Pedernera- ofrecerá un gran concierto en el Movistar Arena de Buenos Aires, una gran excusa para celebrar la década y media de trayectoria. El festejo también coincide con un recambio de manager y bríos renovados con vistas al futuro. “Él nos trajo mucha frescura, en un momento donde vivimos un cambio energético”. Habla de “refresh” para explicar por qué Eruca Sativa no se ha estancado y mantiene viva la llama de la novedad. “Si no fuera así, parecerían treinta años de carrera”.
En esa búsqueda constante de la metamorfosis, la convocatoria del 8 de diciembre es esperada con ansias tanto por la banda como por sus fanáticos: “Será muy grosa la puesta, tendremos invitados impresionantes y vamos a estrenar temas”. El show oficiará como cierre de la gira aniversario que comenzó el año pasado en el Estadio Obras, donde Eruca Sativa volvió a demostrar sus virtudes sonoras y la poética de sus letras, en una conformación estética que es su sello -entre el rock, el funk y algo de post grunge-, razones suficientes para que Dopelganga, su último álbum, fuera nominado al Latin Grammy en el rubro Mejor álbum de rock: “Es nuestra novena nominación, esperamos traerlo a casa”.
El año pasado, aunque no se trajeron ningún premio, tocaron en el gran evento de la música, algo que los vinculó con artistas como Carlos Vives. “Pegamos mucha onda con él, hasta hicimos juntos algunos temas de Charly García”. Algo similar le sucedió a la banda con Abel Pintos, con quien llegaron a compartir música. “Somos muy desprejuiciados, no nos importan los géneros, sino la onda con los músicos”.
Ser mujer
Alguna vez, durante la década del ochenta, a Patricia Sosa -en tiempos en los que era la frontwoman de la banda de rock La Torre- alguien le dijo: “las minitas de los músicos abajo”, pensando que se trataba de una groupie y no de una artista al frente de una agrupación integrada por hombres. Eran tiempos donde la mujer -a pesar de nombres preexistentes como el de María Rosa Yorio- aún no tenía un lugar importante de visibilidad ganado, al menos en ese género del campo musical.
-Consultarte hoy sobre el lugar de la mujer en la música, ¿es una pregunta obsoleta o aún tiene valor?
-Es un arma de doble filo. Si nos seguimos haciendo esa pregunta es porque, evidentemente, aún hay cosas por desentramar. Todavía sentimos que no estamos en igualdad de condiciones, ya que nadie le pregunta a un varón sobre qué significa estar en el mundo de la música.
-Entonces…
-Hay algunas banderitas que hemos puesto gracias a la militancia y a una sociedad que abraza esa lucha que siente que es justa y, en consecuencia, la avala. Si la militancia se queda en eso, es un pedir cosas que nunca suceden, pero si la sociedad responde, todo toma otra dimensión, se transforma en ley o en un cambio de mentalidad, en un nuevo valor, como sucede con los roles de mujer y varón, lo materno y paterno.
-Mandatos que se deconstruyen y géneros que se acompañan.
-Hoy hablamos de “mapaternidad”. Si la sociedad reconoce todo eso es porque había algo que estaba mal. Y, volviendo a tu consulta, si hoy nos seguimos preguntando algunas cosas es porque no terminan de estar resueltas del todo.
-Es indudable que se avanzó.
-Sí, pero no todas las sociedades son iguales, nosotros hablamos desde Buenos Aires, una urbe cosmopolita. Por otra parte, en todos lados siguen habiendo femicidas. El decir “hemos conquistado” suena elitista y de burbuja, porque siento que todavía falta un montón.
-El arte va siempre adelante en algunas cuestiones.
-A veces no.
-¿No?
-En nuestro supuesto ambiente progre y amplio de artistas han sucedido una avalancha de cancelaciones, abusos, violaciones y sometimientos.
-¿Te referís al mundo de la música?
-Por supuesto. En una época, en el ámbito del rock, hubo una avalancha de cancelaciones, ya que se venía haciendo la vista gorda en un ambiente que tenía artistas que se acostaban con menores, todo avalado bajo la indiferencia del mismo sector.
-El movimiento feminista rompió con designios patriarcales también en el rock.
-Las mujeres hemos militado y conseguido cosas importantes, pero, para muchos sectores conservadores, decir “feminismo” es mala palabra. Aún falta homogeneizar.
-Entonces, lo inquietante es que aquella primera pregunta que te hice sobre el rol de la mujer en la música, sigue siendo válida.
-Por supuesto, hay cosas que aún suceden que son muy preocupantes.
Lula Bertoldi nació en 1985, en Sunchales, provincia de Santa Fe; tiene dos hijos, fruto de su relación con el músico, compositor y productor Nicolás Sorín. La artista habla de “mapaternidad”, un concepto que busca ejercitar en la praxis: “En el ámbito de la pareja, buscamos sacarnos los machismos, ya que ambos nos hemos criado en una sociedad patriarcal, con roles establecidos, mochilas. Que el hombre se encargue del arreglo del calefón y la mujer del colegio de los chicos es un modelo que hay que abolir.
-¿Cómo va el balance en torno a eso?
-Buscamos hacerlo en el ámbito de la pareja y la familia, pero también desde lo individual. La sociedad se deconstruye desde lo que hace cada uno, no se trata de levantar banderas y no aplicar por lo que se lucha.
-A eso se le suma la responsabilidad de educar a los hijos.
-En ese sentido, también lucho con mis propios machismos, me doy la cabeza contra la pared, pero busco que el mensaje que les doy a mis hijos sea el de una mamá y un papá que comparten todo.
-Complejo ser artista y madre, ¿no?
-Es una pregunta que también hay que hacerle a Nico (Sorín), no sólo a la mujer, porque ahí arranca todo. Nadie le pregunta al varón cómo hace para trabajar y ser padre.
-Es que aún hoy la sociedad no le relega roles a la madre.
-Falta mucho para homogeneizar.
Hermelinda, su abuela materna, fue directora de coros y profesora de folklore. “Potota”, como todos la llamaban, fue quien sembró la semilla de la música tanto en Lula como en su hermana Marilina, destacada cantante solista y compositora, tres años mayor que Lula. “Nuestra abuela fue un personaje clave en nosotras dos”.
La mamá de Lula y Marilina fundó colegios y su padre, que era empleado, ocupaba su tiempo libre con la actividad radial aficionada y despuntando su afición por la música, siendo un gran melómano y coleccionista. “Si bien no había músicos, en nuestra casa siempre sonó música”. Fue el padre de las hermanas Bertoldi quien consintió el deseo de sus hijas por la carrera artística, el punto tal de apoyarlas y regalarles instrumentos. “Tanto él como mi mamá nos apoyaron siempre, nos habilitaron para que podamos incursionar en la música”.
-¿Cómo es el vínculo con tu hermana Marilina Bertoldi?
-Increíble, nos llevamos muy bien. Nos admiramos, nos enorgullecemos con cómo le va a la otra, no competimos entre nosotras. Nos encanta ser “la hermana de...”.
-¿No imaginaron compartir una banda?
-No se dio y no lo buscamos, tenemos personalidades muy diferentes. “Maru” es muy solista y yo soy muy de banda. Supongo que, alguna vez, se dará naturalmente.
-En los encuentros familiares la música debe ser el tema preponderante.
-No te creas, nos encanta salir a comer a lugares lindos y hablar de cualquier cosa. No es un plan ponernos a hablar sobre música o tocar.
-¿El dolor inspira más para componer?
-En los momentos de dolor no me sale nada, no puedo escribir.
-¿Cuáles fueron esos dolores?
-Cuestiones familiares, pérdidas, distanciamientos. En las letras hablo más de mis hijos que de oscuridades, tengo más felicidad que otra cosa. No naturalizo el dolor.
Simpática y con la risa a flor de piel, demuestra una forma de expresarse que trasunta lecturas, contacto directo con las letras. A tal punto llega esa sensibilidad literaria que se encuentra buscando editorial para publicar su primer cuento dirigido al público infantil.
Son años
A lo largo de 15 años, Eruca Sativa, además de en casi todo nuestro país, también se presentó en Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Colombia, México, Cuba y España; y participó en festivales como Vive Latino, Cosquín Rock (ediciones de Argentina, México y Bolivia), Festival Nacional de Folklore, Personal Fest, Lollapalooza, Rock al Parque (Bogotá) y Festival de Santa Lucía (México). Más allá de sus propios shows, ha compartido escenario con artistas como Guns´n Roses, Foo Fighters y Aerosmith, entre otros.
El grupo hizo de cierta fusión y transformación permanente un modo de entender la música, algo distintivo que se manifestó desde el vamos, incluso desde el nombre: “Buscábamos algo que se modificara y que tuviera un nombre extraño, ya que nos gustaban los de Catupecu Machu o Bersuit Vergarabat, que eran rítmicos y raros. Dimos con el concepto de ´oruga´ y ´salvaje´, que, en latín es Eruca Sativa”, devela Lula Bertoldi.
-Ya es una marca y lejos está de ser un “nombre difícil”.
-Sí, por suerte. Es una gran alegría. Incluso, para muchos perdió el “apellido” y es solamente Eruca.
-¿Cómo es el vínculo con los fans?
-Somos amigotes de los seguidores. Con el núcleo duro nos conocemos con todos. Además, nosotros mismos estamos atrás de las redes sociales, así que el vínculo es muy directo. Tenemos un número de público súper manejable, lo cual nos permite ese seguimiento. No me imagino a Ed Sheeran respondiendo cada mensaje, porque debe tener un volumen inmanejable. Lo nuestro es artesanal, no somos una banda mega masiva ni tenemos intenciones de serlo.
-¿Qué son?
-Somos lo que somos y estamos conformes. Nuestra música es libre.
-¿No hay imposiciones del mercado?
-No, Sony Music siempre fue un socio muy respetuoso de nuestro trabajo que sabe lo que hacemos y que nos gusta conservar esa libertad. Nosotros tenemos la posta artística.
-¿Son diferentes los públicos de cada país?
-Sí, el de México es súper eufórico, muy fanático, al punto de comprar todo el merchandising. Algo parecido a lo que sucede en Colombia. En cambio, el de Uruguay es mucho más calmo, no tan del pogo, pero muy musical; se quedan después del show a charlar sobre música. En Cuba son muy observadores de la letra, reflexivos.
-¿Cómo fue la experiencia en Cuba?
-Llegamos a La Habana en el marco del Festival Patria Grande, justo cuando estrenamos el disco Barro y fauna, que contiene un tema que se llama “Abrepuertas”. Cantar esa canción en un país que padece un bloqueo, donde la gente no tiene wifi y no puede salir, fue muy fuerte. “La letra habla de mí”, nos decían. El significado pasó a ser otro.
-Siempre el arte interpela al destinatario en su realidad.
-Cuando me preguntan qué significa tal o cual letra, siempre respondo: “lo que sea para vos”. No me gusta contarle la letra a la gente, sino que, cada cual, piense lo que quiera.
En ese sentido, menciona “Para que sigamos siendo”, un tema que remite a la búsqueda de desaparecidos en Argentina, pero que, para un grupo de fans religiosos implicó otras connotaciones: “Nos decían que hablaba de Dios y está muy bien. Somos muy libres y no nos gusta bajarle una línea editorial al público”.
-¿Están grabando?
-Es un momento lúdico, de tirar ideas y ver qué pasa.
-¿Cuándo estará conformado el disco como totalidad?
-No lo sabemos, aunque, a fin de año, algunos de estos nuevos temas estarán en el concierto del Movistar Arena. Antes de eso, nos gustaría lanzar un par de singles y el material completo seguramente saldrá el año que viene.
-Los momentos de grabación, ¿te predisponen diferente?
-Una trata de estar más permeable, de no guardarse nada, de no censurarse y hacer fluir. En eso estamos.
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