Luis Pescetti: "La casa es chica, el streaming es grande"
Luis Pescetti es prolífico. Escribe libros que se venden por millones, reúne a gandes públicos en sus shows, crea programas de radio, graba sus canciones... Parece que no para de producir. Pero es una imagen engañosa. Entreverado entre todo hay un constante ir y venir de instancias de reflexión, de conceptualizaciones que moldean lo que llega al público de chicos y padres.
"Mi trampa es la edición", dice Pescetti, refiriéndose a cómo logra mantener la tensión en sus shows, a veces sin más que una banqueta y su guitarra, en un escenario vacío. "Mi edición es muy MTV, o sea, 15 segundos, corto, 20 segundos, corto, un minuto, corto. La trampa es en cómo está editada la narrativa."
Sus seguidores conocen ese estilo de interrumpir una canción o un chiste para dar una vuelta de tuerca que se constituye en un nuevo gag. Como lo hizo, años ha, a su retorno de su etapa en México, ante dos mil espectadores que nunca lo habían visto en vivo en un anfiteatro al aire libre en el Festival de Necochea.
Pero este mismo concepto de "edición" se puede referir a la forma en que se generan las obras de Pescetti. Así por ejemplo, ahora, en tiempos de pandemia, el show online que presentará el próximo sábado, no será una simple réplica de los recitales en el teatro, ambientada en el living de su casa.
"La casa es chica, pero el streaming es grande", lanza, a modo de síntesis del alcance de este fenómeno de espectáculo "unifila", en el que todo el público está en la primera hilera de la platea virtual.
A esa ventaja de que ningún grandote le puede tapar la visión a un chico se contrapone que en la transmisión por streaming no se da el contagio de la emoción que se produce en un teatro. "Son shows en un frasco, un montón de plantitas enfrascadas, como si fuera un árbol de frascos, donde estás en contacto con muchos, pero esos muchos no están en contacto entre ellos como en un teatro. Y eso hace la gran diferencia." Para el artista, dice, es como nadar bajo el agua: "Estás con oxígeno, pero no respirás, no hay aplausos, pero sabés que te están viendo."
Para Pescetti hay otro dos aspectos que se dan en la sala teatral y que faltan en el streaming: "Una es el extrañamiento de lo cotidiano, cuando vas al teatro se suspende el mundo. En el streaming lo ves a Paul McCartney, a León Gieco, a quien quieras, con su biblioteca atrás, una jarra y una lámpara, falta esa suspensión del mundo que hay en un teatro. Y la otra cosa que falta en el streaming y que sí da un teatro es la introspección, que ayuda a procesar las experiencias." Algo tanto más necesario en tiempos extraordinarios, como los del confinamiento en pandemia.
"La introspección es tan imprescindible como los sueños. ¿Podemos suspender los sueños? Yo lo veo con los chicos, con mis hijos en casa. Hay momentos en que se encanutan con un libro porque necesitan la procesadora interna, vaciar la memoria RAM, hacer introspección", dice Pescetti.
¿Cómo se introduce estas cuestiones en un show online? Ahí es donde Pescetti aplica nuevamente la edición, apelando a la experiencia de un show que grabó en tiempos del dvd en México: "Era un show muuuy largo, de hora y media, entonces lo que hice fue partirlo, actuaba diez minutos y me iba a un backstage, por ejemplo preparando la salida en camerines, luego volvía al show, volvía a cortar con una entrevista, volvía al show... Un ritmo de mezcla de show y documental."
Algo similar se plantea para el show del sábado 13, un streaming en vivo desde su casa, pero con un pequeño formato de producción de televisión a través de las imágenes de video intercaladas. "Canto una canción, hago un juego, y de repente muestro imágenes de cómo era una entrada a un teatro en México, la gente formando fila... Ahí no hay aún introspección. El ojo del espectador pasa de estar mirando una caja pequeña con un tipo cantando a una panorámica de una calle, con mucha gente, un gran teatro. Y después vuelve a mí, leo un cuento de mis libros de Natacha, ya hay una bajada muy íntima y las imágenes pasan a mostrar el proceso de ilustración de Natacha."
"Si te invito a hacer un juego, estoy produciendo una experiencia. Si te narro un cuento y te digo cómo era escribir Natacha o cómo trabajo, estoy haciendo un procesamiento de la experiencia. Te ofrezco una pausa a la experiencia inmediata. Una pausa para algo que te estoy contando, que está en tu imaginación y que no es experiencia inmediata."
La fórmula que aplica Pescetti al show que está preparando parece responder también a la inestabilidad de la permanencia ante la pantalla de los chicos en la situación hogareña. Pero no algo que lo desvele. "Pueden entrar y salir, la atención es más flotante, pero está. No me preocupa que entren y salgan, no me preocupa que se vayan, sino que vuelvan. Andáte todas las veces que quieras, vas a volver."
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