Ludovico Einaudi: el autor de la música de El padre y Nomadland y una vida entre la música de películas, el rock y Piazzolla
El pianista y compositor italiano repasará las composiciones de sus últimos discos y algunas de las música que se hicieron populares en el cine y en la televisión
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Cuando Ludovico Einaudi llegó a este mundo (en Turín, Italia, el 23 de noviembre de 1955), la llamada música académica se debatía fuertemente con eso que en simultáneo se mencionaba como “música contemporánea”. Era un movimiento que había comenzado a poco de iniciado el siglo XX, con Arnold Schönberg como una de sus grandes figuras, pero que tuvo ramificaciones rupturistas en muchos sentidos y por muchos años.
Einaudi estará en pocos días en Buenos Aires para actuar en vivo en el teatro Gran Rex el sábado 25 de marzo, en solitario y al frente de un cuarteto que se completa con Federico Mecozzi (violín), Redi Hasa (cello) y Franceso Arcuri (electrónica y percusión). Todo en el marco de una extensa gira internacional, el Underwater Tour, en la que está presentando las composiciones publicadas en su álbum doble Cinema, de 2021, en 12 Songs from Home y en Einaudi Undiscovered, para el que reunió clásicos y canciones conocidas (estos dos últimos publicados en 2020) y el más reciente “Underwater”, de 2022.
“Durante mis estudios” –dice el pianista y compositor italiano pocos días antes de su viaje a nuestro país-, “he crecido en un ambiente musical en el que pude conocer a grandes figuras de la vanguardia, como Luciano Berio, Karlheinz Stockhausen o Pierre Boulez, entre otros. Todos artistas que fueron fundamentales en el proceso de posguerra de la Segunda Guerra Mundial. Era todo parte de la relación con un mundo diferente, una época que necesitaba pensar una nueva música para un mundo nuevo. En términos de edad, yo pertenezco a una generación posterior a esos músicos que menciono. Y soy entonces de una generación que, por un lado, ya empezó a superar aquellos grandes traumas de la guerra, pero por otro, nos formamos simultáneamente en el contexto de un mundo muy influenciado por la música popular, la música pop. Estaba lo que sucedía en los conservatorios. Pero estaba a la vez esta música que formaba parte de nuestra vida cotidiana, que representaba nuestra propia manera de vivir el mundo. Sin dudas, era un mundo muy distinto del de aquel de las vanguardias más rupturistas. Por lo tanto, para mí, esa comunión entre mi cercanía con las vanguardias de mis tiempos de estudiante y la música popular fue algo totalmente natural y a la vez necesario; la de unir ambas cosas aparentemente tan lejanas”.
Así se explica que, habiéndose formado en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, iniciado su carrera como pianista y compositor clásico y escrito y tocado mucha música de cámara en sus comienzos artísticos, su presente hable por igual del pop, el rock, el folk o eso que muy genéricamente llamamos world music. O que haya musicalizado exitosas películas y series de televisión ya desde comienzos de este siglo.
-¿Qué siente entonces cuando, teniendo usted ese origen en una formación más académica, tenga tanta repercusión en el ámbito de otras músicas más difundidas.
-Siento que se ha dado un buen resultado, en el sentido de que me hace muy feliz saber que lo que yo hago puede ser atractivo para tanta gente. Me siento honrado cuando veo que mi trabajo puede llegar a personas de distintos lugares y de distintas culturas. Que de alguna manera puedo dialogar con tantas personas, humildemente. En definitiva es lo mismo que ha sucedido también con grandes compositores del pasado.
-¿A esta altura de la historia, es más natural que los lenguajes dialoguen sin tanta dificultad que en sus tiempos de estudiante?
-Tanto en la historia de la música como en la historia del arte, es normal que haya tensión entre las vanguardias y los lenguajes más populares. Pero como contraparte, muchos compositores se han nutrido siempre de las músicas populares para trabajar a partir de ellas; y basta con pensar en músicos indudablemente vanguardistas como Igor Stravinsky. Por lo tanto, pienso que esta diversidad siempre ha generado una cosa positiva en el arte. Del mismo modo que la vida es una constante cuestión de relaciones entre personas que somos distintas.
-Buena parte de su producción creativa tiene que ver con la música incidental, y podríamos mencionar títulos como el ya citado Doctor Zhivago o Intocables, Acquario, This is England, Mommy, El padre, Nomadland... ¿Qué lo ha llevado a sentirse tan a gusto trabajando en ese terreno?
-Yo he tenido la suerte de colaborar con importantes artistas en el mundo de la música incidental. Y para mí ha sido siempre muy enriquecedor trabajar con gente que es capaz de ocuparse del teatro y de la danza, o con directores de cine. Realmente, me gusta tanto hacer conciertos y actuar frente al público como hacer esa tarea de musicalizar teatro, cine o televisión junto con otras personas que pertenecen a otras ramas del arte. Para lo que menos he trabajado es para la televisión. Y sin dudas muchos recuerdan mi música para aquella exitosa serie que fue Doctor Zhivago a principios de este siglo. Y también trabajé para la serie This is England, que fue en realidad a partir de que escribí antes la música para un film del mismo nombre. Pero volviendo a la pregunta, repito que me siento muy cómodo y muy estimulado en eso de mezclar música con imagen. Me parece que mi tarea puede ser un aporte a la historia desde la música, y me lleva a ser creativo en eso de acompañar los distintos momentos, alegres o dramáticos, que pueda tener determinada historia que quiere contar el director.
-A diferencia de muchos que se sintieron muy inhibidos en tiempos de confinamiento por la pandemia, usted ha estado muy activo durante ese período, con nuevas composiciones, recopilaciones y hasta un podcast. ¿De dónde viene ese espíritu tan entusiasta?
-En algún sentido, para mí ese tiempo tuvo algo muy bueno. Fue maravilloso para escribir música, para pensar en mi trabajo de un modo más libre. Me permitió recuperar materiales que acumulaba y que por distintos motivos habían quedado esperando. Mi vida cotidiana, en tiempos normales, tiene momentos muy estresantes. Ese aislamiento me dio mejores condiciones para escribir tranquilo. Y por otro lado, fue algo muy extraño, porque el tiempo parecía estar suspendido. No sabíamos cómo iba a seguir ni lo que iba a suceder.
-Con todo lo que ha hecho en su vida, ¿cómo le gusta definirse?
-No sabría bien qué contestarle, pero creo que soy un artista que toca el piano y que compone. Me parece que es sencillamente eso.
-¿Cuáles son las músicas de otros artistas con las que siente más identificado o qué le gusta escuchar?
-Siempre he sido muy curioso y he escuchado muchísimas cosas diferentes, de una manera variada y libre. Puedo estar escuchando músicas del 1800 y pasar a la música contemporánea (en este sentido, soy más cauteloso y no escucho tanto porque no quiero dejarme influenciar por el trabajo de mis colegas). Siempre disfruto de escuchar cosas distintas de otras partes del mundo, sea música africana como música para clavicémbalo. Me gusta mucho Prince. Yo me crié con el rock y sigo escuchándolo. Pero también escucho a Stravinsky, escucho tango. Y ya que hablo de tango le diré que tuve la fortuna de coincidir en Milán, a mediados de los años 70, con Astor Piazzolla y su ensamble, de escucharlo de cerca. Y he apreciado siempre su música, su lenguaje, su actitud en el escenario
-¿Cómo será su concierto en nuestro país?
-Va a tener una parte de piano solo, con músicas variadas. Y después haré una parte con tres músicos, donde también habrá cosas de mi repertorio de los últimos 20 años. Así que habrá músicas del pasado pero también cosas más cercanas en el tiempo. Ahí, como en otros lugares de la gira, tocaré con un trío de violín, violonchelo y percusión. Eso, naturalmente, tiene una dinámica más potente. Para mí, un concierto es como una composición completa, un conjunto uniforme, que tiene sus distintos momentos, como si fuera una gran suite. Este que presentaremos en Buenos Aires es un concierto que hemos hecho muchas veces, que está maduro. Tiene momentos más íntimos, momentos más dinámicos e intensos. Siempre fluye mucho con mis compañeros y con el público en todos los lugares donde lo hemos presentado. Y créame que estoy muy contento de poder llevar esta formación y este proyecto a la Argentina.
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