Luciano Pereyra: "Viví una situación muy dura de salud, por eso digo que Dios dispone"
Son días intensos para el cantor de Luján. Hoy, viernes 20 de septiembre, se pone a la venta su octavo concierto en el estadio Luna Park, que bate su propio récord. Hoy viernes, también, se presenta el single "Te estás enamorando de mí", un dueto romántico con la estrella colombiana Greeicy. Además, el próximo jueves 26 saldrá a la venta el pack conformado por un CD y un DVD con el registro de Romántico en el Teatro Colón, aquellos dos conciertos que Luciano Pereyra ofreció, con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica Nacional, el 14 de febrero de este año en la sala lírica de Buenos Aires; con localidades agotadas y en el marco del Festival Únicos.
Ese mismo día, cuando se conozca públicamente el material grabado en el coliseo custodiado por los frescos de Raúl Soldi, Luciano iniciará su serie de recitales en el estadio del Bajo porteño, luego de una auspicioso debut en el Antel Arena de Montevideo. Se trata de una nueva versión de 20 años al viento, el tour con el que Luciano Pereyra está celebrando dos décadas de música y romance con sus fanáticos, que se confirmó con el doble disco de Platino para La vida al viento, el último material editado de un hombre familiarizado con las cifras elevadas: lleva vendidas más de un millón de álbumes y cosechó diez Premios Gardel.
–Se acaba de anunciar tu octavo concierto en el Luna Park. Estás rompiendo tu propio récord. ¿Cómo será el show?
–Para mí hacer uno solo ya es un montón. Había hecho seis. Y, esta vez ya vamos por el octavo. Serán conciertos que tienen que ver con el trabajo 20 años al viento, pero presentando, además, nuevas canciones que estuve trabajando durante tres meses en México, Los Ángeles, Miami y Colombia. Es un concierto nuevo, con una puesta en escena increíble. Es algo totalmente modificado a lo que sucedió en Vélez. En Uruguay, donde estuve hace pocos días, quería ser público para ver la puesta de luces. Estoy súper feliz.
–¿Habrá invitados en el Luna?
–Lucero nos visitará en la segunda tanda. Y vendrá Greeicy. Seguramente estarán los músicos amigos de Argentina, pero tenemos que ver quién no se encuentra de gira para que nos pueda acompañar.
–¿Cómo fueron los 20 años al viento? ¿Te define esa sensación?
–Me define y define los años de música. Años de aprendizajes, errores, aciertos. Pero, por sobre todo, es una celebración de dos décadas de trabajos acá y en otros países. Es una excusa también para festejar haber estado en Vélez y en el Colón.
–Agregar funciones en el Luna Park y llegar a ocho conciertos con entradas agotadas no es un acontecimiento menor.
–Es una bendición debido a cómo está hoy el país. La gente necesita un festejo. Necesitamos una celebración, refugiarnos en la música, porque ahí también podemos vivir. Por eso siguen existiendo los conciertos en vivo. En la música uno puede descansar un ratito de la vorágine del mundo.
–"Te estás enamorando de mí", el dueto con la colombiana Greeicy, es una de las novedades. El video del corte te muestra en una faceta de composición actoral.
–Ella es una artista increíble y una gran actriz. Admiro y me encanta juntarme con gente con la que vibrás de la misma manera. Es una apasionada de lo que hace. Me sucede con Lucero, con David Bisbal, con la Sole, y con muchos otros colegas.
–Hoy tu música está atravesada por una multiplicidad de géneros. Lo latino y lo romántico tienen un peso específico importante en tus elecciones estéticas. En tus temas hay una universalidad en lo que hace a la poesía y en los lenguajes musicales que te atraviesan. ¿Es ese un valor que hace que se espeje en tu arte un público de toda Latinoamérica y de Estados Unidos?
–Hoy tenemos la posibilidad de contar con la playlist de la música que uno quiere escuchar. Eso hizo que se rompan prejuicios. ¿Por qué si alguien escucha tango no puede disfrutar de una balada? Que aburrido sería darle a un pintor un solo color para que trabaje. En la música sucede lo mismo, ¿por qué me voy a privar de cantar lo que me gusta? Si en casa se escuchaba Roberto Carlos, The Beatles, Juan Gabriel, Dyango y Carlos Gardel. Me crié con música, entonces ¿por qué voy a hacer un solo género si puedo fusionarme?
–Además, tus seguidores te lo permiten. Con algunos artistas no sucede ese "permiso" de libertad estética.
–Todos hemos cambiado. Sin ir más lejos, en Cosquín se refleja el fenómeno. Por eso las baterías y las guitarras eléctricas en el festival. La música rompió fronteras, y eso habla del poder que tiene. Oxigena almas y vincula. El fin de semana pasado arranqué la gira de los veinte años en Uruguay. Ver a las parejas besándose o emocionadas habla del poder de unión de la música. Una tristeza compartida duele menos y una alegría compartida vale doble. Mi alegría compartida con tanta gente, se multiplica. Además, en ese vínculo, pido que no me traigan regalos sino que se organicen para realizar obras de bien público. El dar te cambia el día. Cuando salís a la puerta de tu casa, seguro hay alguien pidiendo. Entonces, ¿por qué no darle algo para comer? Hay que entrenar el alma como se entrena el físico. Es maravilloso.
–Incluso desde una mirada "egoísta", porque el dar hace bien al que lo ejerce.
–Prefiero fomentar ese "egoísmo", antes que no hacer nada.
Cuestión de fe
"Cuando era chico fui de excursión al Teatro Colón. Coincidió con que había un ensayo. Estaba impactado escuchando cuando la mamá que nos acompañó me dijo que nos teníamos que ir. Mi respuesta fue: 'Yo voy a cantar acá y te voy a invitar'. Cuando canté en el Teatro Colón, la invité. Hice dos funciones. En la primera no podía hablar porque tenía ganas de llorar. Ver a mis padres en un palco fue increíble. Fue un lindo regalo de Dios", confiesa el cantante que, a sus 38 años, sigue manteniendo una mirada entre pícara e inocente, y un gesto que lo hace parecer aún más joven de lo que es. Serán los aires de campo. La atmósfera de su chacra de Luján, su terruño natal del que jamás se movió. Fiel a ese espíritu campechano, la charla se desarrolla distendida. A solas. Aunque con la mirada atenta y serena de Rocky, uno de sus perros que no dudará en sacarle protagonismo a la hora de las fotos.
–Te referías a tus conciertos en el Teatro Colón como "un regalo de Dios". Descuento que sos creyente.
–Así es.
–¿Cómo es ese diálogo con Dios?
–Como con un amigo. Es un diálogo de agradecimiento constante por lo que me toca vivir. También hay pedidos.
–¿Qué le pedís?
–Cuando hay cosas que a uno lo sobrepasan, ahí digo: "Maestro, esto te lo dejo a vos. ¿Cómo zafamos de ésta? Porque ya no lo puedo manejar". Es una cuestión de fe. Para mí, la fe es importante. Es el elemento y uno es el instrumento. El cambio está en uno, aunque soy muy creyente en Dios. No podía ser de otra manera siendo de Luján, una ciudad tan religiosa.
–Vivís en tu ciudad natal. La trascendencia internacional de tu carrera, el éxito, los millones de fans, no han logrado quitarte esa idiosincrasia de origen.
–La carrera es una circunstancia de la vida, fruto del esfuerzo. Pero, como le sucede a todo el mundo, me gusta volver del trabajo, sacarme los zapatos y tirarme en el sillón de mi casa a descansar. Siempre digo que me gusta mucho irme de gira porque me encanta regresar.
Somos parte de una generación que continuó algo que iniciaron grandes como Mercedes (Sosa). Ella cantaba a Fito Páez y Charly García, en inglés o en portugués
–Una canción es un viaje a otro universo, una síntesis de una emoción.
–Por eso admiro a poetas como Eduardo Falú, Horacio Guarany, los cuentos de Luis Landriscina. Cómo olvidar las guitarreadas en casa con mi viejo cantando, las empanadas de mi mamá.
–En ese volver está el encuentro íntimo con la raíz profunda...
–Disfruto mucho el asado, la familia, los perros, las juntadas con los amigos. Es una dosis de energía muy importante. Tengo muy poco tiempo para estar con los míos, así que cuando estoy con ellos, lo aprovecho a full. En Luján desayuno con mis amigos en el mismo lugar de siempre, o paso por la casa de alguien y me bajo a tomar unos mates sin aviso previo. Soy de esa época. Por eso me da pena cuando se pierde la charla personal y la gente se conecta enviándose emoticones.
–La humanidad está más conectada, pero no más comunicada. Sumergida en la paradoja de los "amigos" de Facebook que son una ilusión intangible.
–Para hablar con un amigo no necesito Facebook, lo llamo por teléfono. Voy a su casa o viene a la mía. La palabra amigo está mal usada en las redes. Horacio Guarany me decía: "Un hombre sin amigos es medio hombre". Hay algo de la palabra y del compartir que no lo dan las redes y que es tan profundo que me encanta.
–Artistas como vos, Soledad, Los Tekis o Abel Pintos, a lo largo de sus carreras han incursionado en otros lenguajes musicales. De hecho, cuando iniciaron el camino de la música provocaron un quiebre en el folclore y sumaron nuevas generaciones de seguidores del género. No es un mérito menor.
–Somos parte de una generación que continuó algo que iniciaron grandes como Mercedes (Sosa). Ella cantaba a Fito Páez y Charly García, en inglés o en portugués. Con la Sole, Abel (Pintos), Los Tekis, Los Nocheros, somos continuadores de eso. Nos tocó continuar con ese viento. Y seguir fomentando ese acercamiento de los jóvenes al folclore.
–Sumaron instrumentos y armonías que no dialogaban con lo más tradicional del folclore. Hubo resistencias de los puristas, pero, sin dudas, una aprobación mayoritaria.
–Agregamos baterías, pero no por eso una chacarera deja de serlo. Antes se escuchaba música en el tocadiscos y ahora se hace en el teléfono, pero no deja de ser la misma música. Hay que adaptarse, pero no perder la esencia. Para mí la música es un árbol que hay que regar y que transita por diversas estaciones.
–La vida misma. Hablabas de la amistad y, en ese plano, sucede algo similar.
–Cada cual tiene sus responsabilidades, la vida cambia, llegan los hijos, pero la amistad se riega. Entonces, levanto un teléfono y le digo a un amigo que paso a tomar mate y se genera el encuentro sagrado.
–Y ese que va a tomar mate no es el artista sino el amigo de Luján.
–Ahí va Lucho o Chino, como me decían. El resto es el trabajo.
Cuestión de amor
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–Hablábamos del valor de la familia, de los afectos. Y ese campo de querencias se amplía con los años. En tu caso, estás de novio con una chica de Lanús que se llama Julia.
–Así es.
–¿Hace mucho?
–Unos meses largos y lindos.
–En tus redes subiste una imagen donde se te observaba besándote con ella, con amigos y familia celebrando detrás. Se especuló con un compromiso. ¿Hay algo de eso? ¿Están comprometidos o se van a comprometer?
–Es parte de la sospecha de lo que quiera pensar la gente. Estoy simplemente de novio con ella, todo muy bien, y lo pasamos espectacular. No hay nada más para decir.
–¿Convivís con ella?
–No, solo noviando.
–Estás estrenando dos cortes nuevos: "Te estás enamorando de mí" y, próximamente, "Me mentiste". ¿Cómo juegan en vos el amor y la mentira?
–No creo que para el amor haya que mentir. La sinceridad ante todo.
–¿A quién está dedicada "Me mentiste"?
–Surgió porque en un concierto observé a una chica en la primera fila que me miraba muy fijo, ahí comenzó un juego de miradas profundas. Pero al rato apareció un flaco que le estampó un beso. Era el novio, seguramente. Impresionante la memoria porque esto me sucedió hace muchos años.
–De todos modos, en cada show tenés un público muy entusiasta, muchas chicas no dispuestas a mentirte. Tenés para elegir, dirían en el barrio.
–Eso sería cosificar, no me gusta.
–Con tantas seguidoras de tu música, ¿cómo vivís el rol actual de la mujer?
–La mujer se merecía este lugar importante que transita hoy. Me gustaría que esto no sea una moda. Me importa que haya conciencia sobre ésto. Y que se opine con sentimiento, convicción y fundamento sobre las luchas de las mujeres, sobre sus necesidades. No me importa el color del pañuelo, sino el lugar que la mujer se merece y tiene que ocupar. Venimos de una madre. Arrancando de ahí, está todo dicho y no me gusta que haya grieta hasta con los pañuelos. Eso es muy doloroso. Es el Boca-River y nos olvidamos de la camiseta nacional. Por más que se piense distinto, hay que buscar lucir la misma camiseta. Apoyo el movimiento de las mujeres. Vengo de una mujer y le canto a la mujer.
–¿Te gustaría ser padre?
–Sí, me encantaría ser papá.
–Tu idiosincrasia familiera se llevaría muy bien con una paternidad.
–Supongo, no lo sé. Ojalá. Uno va acomodando las cosas en la carreta a medida que va haciendo el camino. Por ahora estoy practicando con los perros. Tengo a mis "perrijos" que son lo más. El deseo de ser padre es algo muy lindo, pero, cuando uno propone, Dios es quien dispone. Cuando toque el momento de ser papá, tendrá que ser y se afrontará. Y será con todo el amor y la responsabilidad que significa traer un hijo al mundo.
–¿Está en los planes inmediatos?
–No está en los planes por ahora.
–En el contexto actual de la humanidad, la paternidad es una enorme responsabilidad, pero también es depositar esperanza en el mundo. Casi un acto de resistencia al abismo.
–En cada ser que llega al mundo, siempre hay una esperanza. Por eso admiro a mi hermano o a mis amigos que crían con mucho esfuerzo y amor a sus hijos. Están los pesimistas que solo ven al ser humano que prende fuego el mundo o inventa las guerras, pero yo trato de buscarle el lado optimista a la vida.
–¿De tu posible paternidad también hablás con Dios?
–¡No te voy a contar mis charlas con Dios!
–La charla más íntima que se pueda sostener...
–Imaginate que si te cuento mis charlas con él, se puede enojar. ¡Perdería mi intimidad con él!
–Más allá de la fe, ¿sos practicante de la religión?
–No soy muy ortodoxo, pero sí muy creyente. A la Iglesia voy cuando puedo, aunque siento que Dios y la Iglesia están dentro de uno.
–Estás celebrando los veinte años. ¿Cómo te imaginás los cuarenta años al viento?
–No sé… Pero será haciendo música. A mí me tocó vivir una situación muy dura de salud, por eso estoy convencido de que Dios dispone. Me encanta el brindis y el decir "salud". No se puede desear al otro nada más importante que eso. Hay que disfrutar porque no se sabe qué puede suceder mañana.
–¿Cómo se encuentra tu salud?
–Muy bien. Con todo lo que tengo para hacer, si no estuviese bien, no lo podría hacer.
–Aquel episodio de divertículos en el esófago, ¿qué dejó en vos?
–Un gran aprendizaje. Me enseñó a ver la vida desde otro punto de vista.
–¿Tuviste miedo?
–Sí, claro. El miedo siempre está, pero también es lo que te fortalece y te enseña.
–¿Tu vida corrió un riesgo concreto?
–Sí. Fueron treinta y cinco días internado y diez en coma farmacológico. Fue duro. Ya pasó. Por eso luego salió el disco Tu mano. Y por eso hoy La vida al viento, para dejar fluir. John Lennon decía: "La vida es eso que pasa sin que te des cuenta".
–¿Qué ves en tu presente?
–En estos veinte años me pasó vida y lo que veo hoy es hermoso.
Tour Veinte años al viento. 26, 27 y 28 del actual. Más funciones en octubre y noviembre.
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