‘Estar lúcido y limpio para la música es lo mejor que te puede pasar", dice Luciano Napolitano en su sala de ensayo en Tigre, mientras mira un cuadro con la imagen de Pappo. Los últimos meses vienen siendo agitados para él: giró en plan solista por España, tocó en México como invitado especial en el concierto por el festejo del 50º aniversario de El Tri y puso en marcha el sueño de levantar un museo en homenaje a su padre. "En lo que todavía estoy medio dormido es en el tema de los negocios", dice. "Cuando me sacás de la guitarra, me pierdo y aparecen muchos vivos que se abusan." Además, en octubre Luciano reunió a la última formación de Pappo’s Blues para un único concierto en el Teatro Ópera, y agotó tres funciones en Vorterix con Riff, en las que ocupó el rol de su padre. "La verdad es que tuve un buen 2018, y quiero seguir así", dice.
¿Cómo surgió la idea del regreso de Riff?
Primero, quiero aclarar que Riff es una banda que armó Pappo con Vitico y, a través de los años, al igual que Black Sabbath y AC/DC, cambiaron muchos integrantes. Más allá del dolor de Vitico por haber perdido a su amigo y yo a mi padre, nos juntamos varias veces a recordar sus canciones con alegría. Después hubo cuestiones de principios entre los músicos fundadores del grupo que son ajenas a mí. Porque, más allá de que yo tenga los derechos de la marca Riff por ser el hijo de Norberto, no puedo armar la banda con cualquier músico, sería una grasada. En Riff soy solo el intérprete de un grupo legendario.
¿Qué sensación te dejó que se hayan agotado tan rápido las entradas de los tres shows que hicieron a fines del año pasado?
Íbamos a hacer una sola fecha y después vino Vitico y dijo: "Hay mucha gente que está pidiendo entradas. ¿Por qué no hacemos más?". Ahí nos vimos obligados a sacar más temas para que los recitales no fueran iguales. Fue muy emocionante escuchar al público cantar los solos de guitarra.
¿Te costó mucho sacar en la guitarra las partes de tu papá?
Nunca había intentado sacar los temas porque sabía que eran difíciles, pero esta vez me sentí capacitado, con el tiempo y la lucidez necesarios. En los ensayos recorrimos las canciones a distintas velocidades para darnos cuenta de detalles ínfimos. En las zapadas están saliendo cosas muy buenas, quizá salga algo editado, aunque no sé bajo qué nombre. Vitico tiene ganas de que grabemos una canción nueva.
¿Hay chances de seguir?
Hay muy buena onda entre los cuatro. El otro día hablamos de ir al Festival de Baradero, y JAF y Juanito se engancharon. Creo que esto ya es una tradición familiar. No sé si mis hijos o nietos no van a seguir tocando en esta banda.
¿Alguno de tus hijos se dedica a la música?
Tengo tres hijos hermosos y maravillosos que me llenan de orgullo [silencio]. Pará, que me emocioné... El más chico es un niño, y cuando sea grande quiero que haga lo que quiera. Una de mis hijas quiere ser doctora y la otra, cantante o fotógrafa. La música es maravillosa, pero estaría bueno que se arrimen cuando sea su momento.
En octubre tocaste con la última formación de Pappo’s Blues en un concierto por el 15º aniversario de Buscando un amor. ¿Va a continuar ese proyecto?
No, fue una única presentación, irrepetible. Agradezco que haya salido todo bien y sonado de puta madre. Pappo’s Blues era mi viejo solo, con un poco de ayuda de Yulie [Ruth] y Luis Robinson. Son diferentes entornos y hoy me quedo con Riff toda la vida, aunque hablé con Black Amaya y este año nos vamos a dar el gusto de hacer varias fechas en homenaje a mi viejo.
Hace unos meses estuviste en México. ¿Cómo surgió la invitación para tocar en la celebración de los 50 años de El Tri?
Somos amigos desde hace varios años. Álex Lora me invitó seis meses antes del show. La pasé muy bien. Fuimos a comer tacos y me llevaron a comprar juegos de PlayStation para mi hijo. En lo musical, salió todo perfecto. Lo más maravilloso fue conocer la sala de ensayo de El Tri. ¡Tiene cuatro pisos y estacionamiento! [risas]
¿Cómo te fue en los shows que hiciste en octubre en España?
Hicimos una gira de cuatro fechas con Juanito y León Medina. En la primera nos fue muy bien, en la segunda muy mal y en la tercera, más o menos. Hablo de la asistencia de público, porque musicalmente fue un espectáculo. Tenía un montón de fechas más, pero preferí poner todas las energías en Riff.
¿Tenés algún lugar o fecha confirmada para el museo de Pappo?
Una de las personas que está involucrada en el proyecto tiene un hotel en La Falda, Córdoba, donde hay muchos fanáticos de Pappo e inclusive hay una calle con su nombre. Es tanto el amor que es muy probable que comencemos este año con la muestra en esa provincia.
¿Lovorne quedó en pausa?
Sí, por ahora no estamos tocando. Las cosas venían dándose de una manera en la que teníamos que frenar un poco para pensar. Me partió al medio haber perdido a Juan Espósito, y tocar con Adrián [hijo de Espósito] fue lo mejor que le pudo pasar a Lovorne, pero no es lo mismo. Creo que a él también le va a hacer bien despegarse un poco de las canciones de su viejo. Lo digo porque a mí también me pasó en un momento y no fue fácil.
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