El DJ y productor estrella Tim Bergling le dio forma a la EDM, pero nunca pudo dejar atrás sus problemas
Para Avicii era la oportunidad de relajarse. El 8 de abril, luego de un largo período de grabaciones, el DJ sueco viajó a Omán, un país al este de Arabia Saudita, donde visitó a amigos de la familia real. Pero Avicii parecía demasiado entusiasmado con su trabajo como para tomarse una verdadera pausa. Un día después de haber llegado, tuvo una videoconferencia con miembros de su equipo de management, y hablaron acerca de los artistas invitados que quería reclutar para hacer música nueva. La conversación siguió por mail los días siguientes. “Todos sus mensajes tenían un tono feliz”, dice Peter Sundin, director de Universal Music Sweden, quien estaba organizando reuniones con posibles colaboradores. “Le encantaba lo que había creado.” Avicii también posó para fotos con fans en un hotel, y salió a hacer kitesurf y a navegar con amigos.
De modo que fue un shock cuando, el 20 de abril, el productor y DJ –cuyas bases de house, melodías pop fuertes y su facha nórdica lo transformaron en una de las estrellas más confiables de la electrónica– se suicidó en un campo de la familia real. El suicidio sorprendió a todos los amigos cercanos de Avicii, que había mostrado cambios positivos tras abandonar las giras para lidiar con problemas de salud y con el alcohol. “Con el estilo de vida que tenía, a cualquier lado que fuera se armaba una fiesta enorme”, dice su colaborador y guitarrista de Incubus, Mike Einziger. “Pero parecía estar logrando el equilibrio que buscaba.”
Avicii nació con el nombre Tim Bergling en 1989, hijo de una actriz de sitcom sueca y un hombre de negocios. Cuando era adolescente, Bergling empezó a postear en páginas importantes de música electrónica los temas que hacía en su habitación en Estocolmo, destacándose entre sus pares por las melodías pegajosas. (Según Neil Jacobson, un ejecutivo de Geffen Records que trabajó con Avicii, Coldplay era el estándar en el que se fijaba Avicii). Cuando escuchó a un amigo referirse al término budista “Avici” –el área infernal donde los pecadores renacen–, lo adoptó como nombre artístico.
En 2009, Avicii lanzó un single de electro house distorsionado, “Ryu”, y empezó a hacer viajes a Miami para pinchar en fiestas electrónicas. “Parecía un chico con esa cara de bebé, y estaba nervioso, pero tenía talento”, dice el promotor Louis Diaz. La carrera de Avicii despegó en serio con “Levels”, de 2011 –un single de house progresivo con un sampleo de Etta James–, que se convirtió en el objeto de una puja discográfica de seis cifras. Firmó con Island y al poco tiempo le estaban pagando al menos 250.000 dólares por show, y aparecía en publicidades de Ralph Lauren.
Mientras explotaba el fenómeno de la EDM en todo el mundo, Avicii se destacaba por su disposición para ignorar los límites entre géneros. En el festival Ultra, de Miami, en 2013, estrenó una canción nueva, “Wake Me Up”, un himno rasgado que mezclaba bluegrass y música house. Subió una banda al escenario que incluía banjo y violín, y lo abuchearon. Pero la canción vendió cuatro millones de copias y fue un éxito del Número Uno en 22 países.
“No siento que me esté vendiendo, para nada”, le dijo a Rolling Stone en 2013, conversando sobre los ataques que recibió de los puristas de la música dance. “Este es el tipo de música que escucho, y es el tipo de música que amo.” Avicii compuso “Wake Me Up” con el cantante Aloe Blacc y con Einziger. “Verlo producir era como ver a alguien jugar a un videojuego”, dice Einzinger. “Era tan rápido. Parecía como si estuviera jugando al Nintendo, excepto que salía un sonido, y podías escuchar cómo él le daba forma.”
En 2014, Avicii era el tercer DJ mejor pago en el mundo, y colaboraba con Madonna, Lenny Kravitz, Zac Brown y sus héroes de Coldplay. También se transformó en una marca, vendiendo productos como preservativos Avicii en su propia tienda pop up en Miami. “Nunca soñé con hacer música ni tocar a este nivel”, le dijo a Rolling Stone en esa época. “Todo pasó muy rápido. No hice nada a medias. Fue todo muy, muy frenético. Siento que no tuve ningún momento para relajarme.”
El ritmo lo agotó rápido. En 2012, fue hospitalizado durante más de una semana en Nueva York por una pancreatitis aguda, en parte como resultado del alcohol. El DJ dijo que tomaba para calmar sus nervios en situaciones sociales. En marzo de 2014, un año después de que los médicos sugirieran sacarle la vesícula biliar (Avicii lo había pospuesto por motivos laborales), finalmente se hizo la cirugía. “Le dolía en serio”, dice Sundin. “Pensamos: ‘¿Qué puede ser?’. Comía comida mala, dormía en micros, tomaba alcohol. Si hacés eso durante un tiempo, necesitás descansar.”
Avicii canceló una serie de shows y volvió en 2015, lanzando Stories. El disco no fue tan exitoso como True, de 2013, y sus antiguos amigos volvieron a ver signos de cansancio. “Parecía un cadáver”, dice Laidback Luke, el DJ holandés y productor que fue clave en los inicios de la carrera de Avicii, describiendo un encuentro en Ibiza en 2015. “Estaba súper flaco. En los últimos cinco años, envejeció, man. Me shockeó.” En 2016, Avicii anunció que ya no haría más giras. “Las producciones se hicieron gigantes, abrumadoras”, dice Jacobson. “Tenía la dualidad de tener una ambición teatral gigante pero, al mismo tiempo, ser un tipo simple y humilde. Estaba preso entre las dos cosas, y la vida empezó a golpearlo.”
Liberado de las presiones de la gira, Avicii volvió a hacer música como cuando empezó: en casa. Instaló un estudio en un viñedo en la Toscana, y comenzó a planear un regreso. Cambió de manager y de sello discográfico, y pensaba sacar tres EPs; el primero llegó el verano pasado. Einziger percibió un cambio en Avicii cuando trabajó con él en una de las 300 canciones que el DJ descartó: “Ya no estaba esquelético. Parecía saludable, como si hubiera estado al sol”.
Antes de viajar a Omán, Avicii invitó a Joe Janiak –un productor y compositor de canciones conocido por sus éxitos con Tove Lo y Ellie Goulding– a su estudio en Los Ángeles. Pasaron varias semanas componiendo canciones nuevas, con Avicii al piano y escribiendo letras. Janiak tuvo la impresión de que Avicii estaba entrando en una nueva fase productiva. “Podías darte cuenta de que había pasado un tiempo armando el rompecabezas, y que estaba tratando de hacerse cargo de su vida”, dice Janiak. “Parecía entusiasmado. Eso es lo shockeante. No parecía un tipo en sus últimos días.” Avicii le dijo que lo iba a llamar cuando volviera de Omán, y después se fue a hacer la valija para su viaje de la mañana siguiente.
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