Los Saicos o el principio del punk
La banda peruana resurgió a 45 años de su separación y se convirtió en un grupo de culto; tocan en Niceto
"Siempre es así, los innovadores, los primeros en hacer algo realmente fuera de lo común, nunca reciben el reconocimiento que se merecen." Las palabras son de Adam Renshaw, del sello de Atlanta (Georgia, Estados Unidos) Criminal Records y son sólo una de las tantas recogidas por Héctor Chávez en su "rockumental" Saicomanía, 1964-1966. Porque como peruano que es, Chávez se siente orgulloso de la banda que inició el rock salvaje en su país, que es considerada la precursora del punk y que dejó una estela mítica tras su temprana disolución.
¿Cómo? ¿El punk empezó en Perú a comienzos de los años 60? Esta imagen de aquí a la derecha bien puede corresponder a un grupo hawaiano de aquella década o alguna de las bandas seminales de nuestro rock. Pero no; son Los Saicos, padres del rock peruano y de América latina, ignorados por el gran público por décadas, hasta que, a comienzos de 2000, el fanzine limeño Sótano Beat contó su historia y, en 2006, el sello español Repsychled Records rescató del olvido canciones impiadosas, como "Demolición", en la que proponían con furia primal: "Echemos abajo la estación del tren"; o "El entierro de los gatos", tema que aquí versionan Los Peyotes, o "Cementerio".
Si Los Sónicos, una banda de ficción (ver nota de tapa), dejaron de tocar por 40 años porque ése es el tiempo que su cantante estuvo en coma; Los Saicos, una banda de verdad, también se alejaron de los escenarios por cuatro décadas, pero por otras causas. Uno de sus vocalistas, Erwin Flores, se radicó en los Estados Unidos y tiempo después también viajó al gran país del Norte el bajista César Castrillón.
"Tuve la suerte de conseguir una beca para seguir mis estudios en los Estados Unidos -cuenta Erwin-. Yo estudiaba Agronomía en mi país, pero siempre me interesó la física y la matemática. Fui a trabajar a una base, en los alrededores de Washington, y ya hace 40 años que vivo allí y que trabajo como investigador de la NASA."
Los Saicos, o Los Sádicos, tal como se llamaban en un comienzo, se separaron antes de la explosión de Los Yorks, la banda que finalmente impuso el rock en castellano en Perú, en sintonía con lo que en la Argentina sucedía con Los Gatos. "No hicimos nada por 40 años para que esto sucediera -cuenta César-. Habíamos sacado varios simples en 45 rpm y el sello español Repsychled los reunió y los editó en CD. Fuimos a tocar allá y esas canciones llegaron a muchos lados. Mirá, en los 60, ganamos algo de plata con la música, pero no lo suficiente como para poder vivir de ella. Igual, la agresividad con la que tocábamos en aquella época es la misma con la que tocamos hoy en día."
Aquí en Niceto Club, Los Saicos serán vistos por un público integrado, en su mayoría, por jóvenes cultores del rock de garaje, pero también por parte de la comunidad peruana que espera con ansias ver sobre un escenario a ese mito de sus pagos.
Hoy son muchos los que califican la actitud, las letras y la música de Los Saicos como de proto-punk. Luego, cuando el punk propiamente dicho arrasó la tierra, ellos ya estaban haciendo otra cosa; incluso, despuntaban el vicio con otra música. "Yo no escuché música punk; cuando el punk llegó, yo estaba tocando cumbia", cuenta Erwin, en el documental Saicomanía , estrenado en Perú este año.
Las actividades profesionales de sus integrantes atentan con que este retorno de Los Saicos dure en el tiempo. Pero está bien, así tiene que ser. Ellos vivieron rápido, mantuvieron joven su espíritu y en lugar de un cadáver dejaron una hermosa y mítica historia.
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