Los libros musicales que nos regaló 2016
Libros, libros y más libros. Este año seguramente se ha batido un récord en el país de títulos dedicados a la música. Con libros llegados de afuera, claro, pero sobre todo con las producciones locales. Y en este punto hay que destacar la labor de Gourmet Musical, el sello de Leandro Donozo que cumplió diez años y lo festejó con ocho títulos (Yo no estoy aquí, de Pipo Lernoud; En contra de la música, de Julio Mendívil; Rock sudaka, de Juan Mendoza, sobre Korneta, el malogrado líder de Los Gardelitos; Estación imposible, sobre el Expreso Imaginario de Martín Graziano y Sebastián Benedetti, y más, para concluir 2016 con La música de Sandro, el muy exhaustivo trabajo de Pablo S. Alonso, sobre toda la música grabada por El Gitano.
También salieron Yo conozco ese lugar, de Zeta Bosio; Diario de viaje, de Fito Páez; Pappo made in USA, de Peter Deantoni y Sergio Marchi; Skate-punk, un lunático sobre ruedas, de Wallas de Massacre; Vicentico, de Eduardo Fabregat; No bombardeen Buenos Aires, de Martín Ziarello, Rockpolitik de Juan Ignacio Provéndola y siguen los títulos.
Mi año de lectura musical comenzó con La chica del grupo, de Kim Gordon, memorias rockeras y femeninas de la ex Sonic Youth y concluirá con M Train, el nuevo libro de Patti Smith; entre medio redescubrí el kraut rock con el libro de David Stubbs que sacó Caja Negra; recordé al Expreso y disfruté al gran maestro que es Pipo Lernoud con Estación imposible y Yo no estoy aquí; se me abrieron muchos debates posibles con los breves ensayos del libro de Mendivil; disfruté mucho más de lo esperado con Born to Run, de Bruce Springsteen y acabo de terminar el diario de Fito esperando que repita este precioso ejercicio todos los años. Una buena cosecha.