Los cinco grandes momentos de Julieta Venegas en el Gran Rex
La cantante mexicana presentó su último álbum Algo sucede y recorrió toda su discografía
Una mezcla perfecta entre armonía dulce y protesta, entre alegría y desesperanza, entre amor y desamor. Julieta Venegas se maneja con comodidad y hace convivir sus raíces mexicanas con la música melódica. Encontró un estilo bien propio con el que logró conquistar a un público universal, no importan las edades ni las banderas. En un show ecléctico, la cantautora y su fluctuante banda manejan el clima del Gran Rex: de la balada al pop, pasando por el ska y algunos vestigios de ranchera . La artista multiinstrumentista -Julieta se pasea durante el concierto entre el acordeón, la guitarra acústica y el piano- explica de dónde salen las canciones que luego tocará y así, además de presentar su último álbum, Algo sucede, hace un recorrido por el resto de su discografía ( Sí, Limón y Sal, Otra cosa y Los Momentos). Mientras, se sienten el aire de incongruencia con la situación actual de México, los aprendizajes que quiere trasmitirle a su hija y su costado más dulce, de mujer frágil y llena de preguntas. Pero siempre -al final- más allá de que el tema quizá no sea del todo feliz queda una huella de alegría, Julieta trasmite alegría.
Un comienzo bien arriba
Con unos sonidos psicodélicos de fondo, aparece Julieta Venegas. Tiene una pollera oscura y unos zapatos con taco aguja que no se va a sacar durante las 2 horas que dure su show. Empiezan a sonar los acordes de "Esperaba", uno de los temas de Algo sucede. En la pantalla, imágenes de adolescentes riendo y andando en patineta completan la escena, como en un video clip. Así, con una puesta donde las luces van a jugar un papel fundamental y una seguidilla bien arriba ("Te vi", "Amores platónicos") que termina con uno de los hits más cantados ("Limón y sal"), la mexicana de unos, bien llevados, 45 años abre el telón.
Un tema para Simona y para su México querido
"El mundo y la vida parecen complicados y enredados, pero después las cosas se van acomodando. Eso es lo que le trato de decir a mi hija Simona, de 6 años: ya lo entenderás cuando crezcas", dice antes de cantarlo en "Se explicará".
En medio de un contexto difícil en su país y todavía con los 43 estudiantes desaparecidos de Iguala en el tintero, Julieta no quiere quedar al margen de todo aquello. "Esta habla sobre México, una canción de tristeza, pero de esperanza. Sé que mi país puede volver a ser lo que fue", dice la cantautora antes de entonar las primeras estrofas de "Una respuesta". Con luces azules de fondo, la balada pone al público a pensar. En el medio aparece un joven con una bandera con una leyenda sobre los normalistas desaparecidos. Más tarde, Venegas volverá sobre esta lucha con "Explosión".
Un invitado especial: Lisandro Aristimuño
Los sintetizadores se mezclan con el dúo de voces entre Lisandro y Julieta. El tema elegido es uno que a él le gusta mucho y que ella compuso hace tiempo. Se trata de "Me van a matar", una de las canciones que forma parte de la banda de sonido de la película Amores Perros. Con mirada cómplice cantan el estribillo a coro. Aristimuño queda a capella, baila, se siente cómodo en el escenario. Desde el público se percibe la sinergía entre los dos.
Homenaje a Juan Gabriel
A poco de la muerte del cantautor mexicano Juan Gabriel, Julieta decide hacer trampa: vuelve de los bises con una canción que el público seguramente no va a poder cantar, pero merece la pena. Con el objetivo de homenajear a uno de los cantantes que más la inspiró, interpreta "Juro que nunca volveré", una despechada ranchera de cantina donde Julieta deja escuchar su caudal de voz. La pantalla se viste de luto para recordar a Juan Gabriel, fallecido el 28 de agosto del 2016, a los 66 años.
Combo final: de "El Presente", pasando por "Sin documentos" para terminar con… "Andar conmigo" y "Me voy"
Julieta saluda después de hacer una versión ovacionada de "El presente" pero no es todo, ella va a volver. Ya pasaron "Bien o mal", "Eres para mí", "Lento", "Buenas noches, desolación", pero todavía falta un trío que parece indestructible. Después de todo, más allá de los temas de su último disco, la gente quiere escuchar los hits. Primero, un cover de "Sin documentos", de Los Rodríguez, al que siguen dos de sus clásicos: "Andar conmigo" y, para saludar y prometer una pronta vuelta, "Me voy". Con palabras dulces y todo el público tarareando "qué lástima pero adiós", la mexicana deja el escenario.
De yapa: la banda
Además de su particular voz y su bloque apartado sola en el piano, Julieta tiene cinco músicos que la acompañan (Eduardo Vega , Sergio Silva, Matías Saavedra, Freddy Cañedo y el cordebés Juan Martín Medina). Uno en percusión -toca batería, cajón-, dos tecladistas que también hacen los coros y tocan guitarra, cuatro y alternan con ella el piano, un bajista -el único hombre que no se aparta de su instrumento- y el señor de los vientos, quien está a cargo del saxo, el clarinete, la flauta traversa y el mismísimo acordeón. Juntos logran el equilibrio.
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