Los 60 años de Mozarteum
Además, Jeannette Arata de Erize festeja sus nueve décadas de vida
Hace sesenta años, Alberto Ginastera se iba despidiendo de aquella gloriosa primera etapa de su carrera compositiva, atravesada por un nacionalismo que lo haría universal, y concluía su primera sonata para piano. Dos chiquitos argentinos, Martha Argerich y Daniel Barenboim, casi asomando a la adolescencia, ya asombraban con sus capacidades musicales tocando el piano por aquí y por allá. La empresa Gibson sacaba a la venta la portentosa Gibson Les Paul, una guitarra de cuerpo macizo que habría de sonar potente, eléctrica y maravillosa en las manos de George Harrison, John Lennon, Bob Marley y el joven Eric Clapton, entre muchísimos más. Pero también, en 1952, y sólo por hablar de cuestiones musicales, mientras Stravinsky iba dejando atrás al neoclasicismo, Shostakovich se introducía con frenesí dentro del mundo de los cuartetos y unos jóvenes como Boulez y Stockhausen seguían abriendo las puertas hacia un mundo sonoro jamás intuido ni transitado. Inspirada e impulsada por Jeannette Arata de Erize, que ese año cumplía sus treinta, comenzaba su actividad el Mozarteum Argentino, una institución que, desde entonces y sin interrupciones, continúa haciendo caminos.
Para festejar la suma de dos aniversarios redondos, el de la institución y el de su creadora, el Mozarteum, en realidad, no parece haber programado algo diferente a lo que viene realizando desde hace décadas con una regularidad abrumadora. Es decir, el mejor modo de celebrar sesenta y noventa es mantenerse incólume con una propuesta que incluye diferentes actividades, en diferentes ámbitos y geografías, con una perla, la temporada 2012, esa que lo distingue y le da brillo, por desarrollarse íntegramente en el Colón.
Simplemente por enumerar, recordemos que, una vez más, los miércoles, en el Gran Rex, el Mozarteum implementará, con entrada libre y gratuita, sus multitudinarios Conciertos del Mediodía, un clásico de la vida musical de Buenos Aires. Fuera de la Capital, las llamadas Filiales del Interior desarrollarán conciertos puntuales o ciclos de abono, clases magistrales, talleres y seminarios en diferentes ciudades del país. Serán otorgadas, como lo hace desde 1960, becas de formación y algunos músicos, estudiosos o artistas podrán residir temporalmente en París, en La Cité Internationale des Arts, en el atelier que es administrado por el Mozarteum.
Sin minimizar en nada la valía de lo arriba señalado, lo que hace que el Mozarteum sea lo que es, esto es, la principal sociedad privada de conciertos del país, es su temporada anual de conciertos. Este año serán, en total, veinte presentaciones en dos ciclos de una decena cada uno, que tendrán lugar íntegramente en el Colón. La apertura, en el mes de mayo, estará a cargo de la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, la célebre agrupación austríaca que, en esta oportunidad, será dirigida por Matthew Halls y que, con la pianista Elena Bashkirova, hará un programa íntegramente mozartiano. También en mayo actuará la Orchestre National du Capitole de Toulouse, con la dirección de Tugan Sokhiev, que traerá obras del romanticismo y del impresionismo franceses.
En junio, vuelve el gran pianista Nelson Freire con dos programas diferentes extensos, arduos y apasionantes. Para romper los moldes de la previsibilidad, llega el renombrado Ensemble InterContemporain de París, que, con la participación de la actriz Fanny Ardant, hará obras de Tristan Murail y de Michael Jarrell. En julio, habrá música de cámara: el Cuarteto Stradivari, con el violista Alfonso Ghedin, ofrecerá quintetos de Mozart. En agosto, dirigida por Zubin Mehta, se presenta la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino. Dos solistas excepcionales tendrán a su cargo, cada una de ellas, dos recitales que, seguramente, serán memorables. La brillante mezzosoprano Joyce DiDonato cantará arias de óperas y canciones con el acompañamiento del pianista David Zobel. Por su parte, la gran chelista argentina Sol Gabetta se presentará con Mihaela Ursuleasa en lo que es su regreso al país luego de la gran frustración que significó la cancelación de su concierto en el Colón, hace dos años, en tiempos de un conflicto gremial. Por último, el ciclo del Mozarteum también ofrecerá la posibilidad de apreciar a la Orquesta de Cámara de Israel, con la dirección de Yoav Talmi, y a la Orquesta Filarmónica de Minas Gerais, conducida por Fabio Mechetti y que permitirá volver a ver, después de un largo tiempo, al gran chelista Antonio Meneses.
No está anunciado dentro de la programación oficial si habrá o no festejos de otra índole que implicarán apagar decenas y decenas de velitas sobre alguna torta gigantesca. Es de suponer que así se hará y, en todo caso, será una de las actividades del Mozarteum para la cual no habrá entradas disponibles ni, mucho menos, acceso libre y gratuito. A lo sumo, se podrá participar de la celebración asistiendo a los conciertos en los cuales aparecerán músicos argentinos y extranjeros, que, como hace ya sesenta años, agregan sonidos y emociones a la vida de los argentinos.
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