Hace 25 años, Kurt Cobain predijo que el grunge se volvería grasa. "Va a ser cosa del pasado", le dijo a Rolling Stone. Eddie Vedder estaba en la tapa de Time, la alta costura usaba camisas escocesas y The New York Times se preguntaba: "¿Cómo una palabra de seis letras cuyo significado era mugre y basura se transformó en un género musical, una declaración de moda y un fenómeno pop?". La palabra quedó en el pasado, pero la música de esa época sigue siendo vital.
Eso es porque, les gustara o no el término a las bandas, el grunge fue un movimiento. En menos de una década, Nirvana y otros grupos de Seattle habían salido de la nada para dominar la cultura pop, reconstruyéndola a su imagen y semejanza. Las letras eran desgarradoras y honestas, crearon un entorno inclusivo para mujeres y otras personas marginadas por el rock mainstream de los 80, y –como el punk– prescindieron del artificio del estrellato. Pero luego de algunos años, todo pareció desvanecerse, y el nü-metal pasó a ser el nuevo objeto brillante del rock.
El grunge no había muerto; Pearl Jam, Mudhoney, Alice in Chains y los Melvins seguían en pie, y su esencia se había integrado a la cultura. Como 1994 fue la última vez en que el grunge dominó el mainstream –Alice in Chains, Soundgarden, STP, Nirvana y Pearl Jam sacaron discos Número Uno, y también fue el año del suicidio de Cobain–, decidimos marcar el 25º aniversario de ese pico del género. Nuestros editores eligieron discos de bandas que lideraron rankings, pero también de héroes desconocidos, e incluso de la prehistoria del grunge. Y dejamos afuera álbumes exitosos –Bush, Silverchair– que no pasaron la prueba del tiempo.
Así que abrazate a tu mejor camisa de segunda mano, dejate crecer el pelo y sumergite en esta historia musical desgarradora.
1. Nirvana
‘Nevermind’ 1991
A principios de los 90, la música pop estaba en problemas: los raperos usaban babuchas y los rockeros componían baladas épicas de nueve minutos sobre lluvias de noviembre. Nirvana lo sacudió todo: sus explosiones de honestidad salvaje corriendo el foco hacia los riffs crudos y las letras sinceras durante casi toda la década siguiente. Kurt Cobain cantaba sobre sentirse estúpido ("Smells Like Teen Spirit"), feo ("Lithium") y desilusionado ("Something in the Way"), y desafiaba las convenciones del hard-rock sacando a las mujeres del lugar de objetos ("Polly"). El disco era tan poderoso que desplazó a Dangerous, de Michael Jackson, del primer puesto de ventas.
Nirvana había madurado mucho desde 1987. Un par de años antes, Cobain ya gruñía sobre esos riffs deudores de los Melvins y Mudhoney, pero las giras –y la producción de Butch Vig, que hizo que todo sonara más fuerte y claro–, contribuyeron a crear una obra maestra. "Hoy me da un poco de vergüenza la producción", dijo Cobain en el libro Come as You Are. "Está más cerca de Mötley Crüe que de un disco de punk-rock."
Pero más allá de un par de armonías vocales y arreglos regrabados, Nevermind seguía siendo punk. Se basaba en un sonido pesado y melódico –la fórmula Pixies fuerte-tranquilo-fuerte–, en la furia del nuevo baterista Dave Grohl y en las letras de Cobain. Una línea como "Dios es gay"("Stay Away") era novedad, y "Smells Like Teen Spirit" inició una era de rockstars a las que todo parecía darles lo mismo. Cobain se transformó a regañadientes en la voz de su generación.
"En Seattle, durante un par de años fue como el Verano del Amor", dijo Cobain. "Saltar al público y que me mandaran al fondo, y después volver al escenario sin que nadie me dañara... Era una celebración de algo que nadie podía explicar. Pero llegó al mainstream y se terminó."
A los pocos meses, Ten de Pearl Jam alcanzó el Número Dos; Dirt, de Alice in Chains, subió al Top 10, y Badmotorfinger de Soundgarden fue Disco de Oro. Nevermind desató una ola generacional que revolucionó el rock. Le gustara o no, Nirvana cambió la música para siempre. Kory Grow
2. Soundgarden
‘Badmotorfinger’ 1991
Mientras trabajaba en Temple of the Dog, un proyecto que lo obligó a cambiar sus canciones para que fueran más pegajosas y concisas, Chris Cornell tuvo una revelación, y llevó a Soundgarden a una nueva era con Badmotorfinger, el despegue comercial de la banda. Aunque el baterista Matt Cameron le dijo orgulloso a Rolling Stone "Nosotros no hacemos discos pop", el álbum apareció en pleno cambio de marea para el rock pesado, y logró tres hits con "Outshined", "Jesus Christ Pose" (gracias, en parte, a que MTV prohibiera su video) y la rítmicamente extraña "Rusty Cage", que luego Johnny Cash versionaría. Cada una tenía un riff distintivo y ensordecedor, a la altura del gemido extravagante y siempre perfectamente afinado de Cornell, que convirtió el disco en un clásico. "En Louder Than Love habíamos reemplazado la psicodelia oscura con una pesadez ligeramente visceral, que en este disco volvió, junto con la extravagancia", dijo alguna vez el guitarrista Kim Thayil. Los Soundgarden eran más pesados que Nirvana y Pearl Jam, pero componían himnos emotivos y se aseguraron así un lugar entre la primera ola de superestrellas del grunge; el disco llegó al puesto Número 39 del ranking de Billboard 200, y desde entonces fue doble platino. "Me encanta Badmotorfinger porque suena muy bien en el auto", dijo una vez Thayil. "Tiene cosas raras, como es habitual en Soundgarden. Siempre agregábamos ese elemento bizarro. Teníamos la capacidad de no tomarnos muy en serio sin perder el compromiso con el heavy. Algo así como si nos riéramos mientras te cagamos a patadas." K.G.
3. Pearl Jam
'Ten' 1991
Pearl Jam llevaba tocando en vivo apenas tres meses cuando entraron en los London Bridge Studios de Seattle para grabar su primer álbum, en marzo de 1991. En ese breve lapso habían sido básicamente teloneros de Alice in Chains en pequeños clubes de la Costa Oeste, bajo el nombre de Mookie Blaylock, donde testearon canciones nuevas como "Black", "Even Flow", "Alive" y "Why Go", que luego serían la columna vertebral del disco. Eddie Vedder era nuevo en la escena de Seattle, y acababa de conocer al resto de la banda en octubre del año anterior, pero su aullido grave y sus letras personales eran perfectas para la música de ellos, que se inspiraba más en el punk de los 70 y el rock de estadios que en cualquier cosa de los 80.
Años después, Vedder recordó el disco como un punto de inflexión de su vida. "Era mi primera oportunidad de hacer un disco de verdad, y me enfoqué mucho", le dijo a Rolling Stone en 2009. "Estaba en una ciudad nueva, así que esas canciones reemplazaron a mis amigos y mi familia." Pero nadie imaginó que Ten sería 13 veces platino, ni que produciría himnos generacionales que siguen rotando en radios y llevaron a Pearl Jam a estadios de todo el mundo. Andy Greene
4. Hole
'Live Through This' 1994
Live Through This es el sonido de Courtney Love hecha pedazos. El segundo disco de Hole es una montaña rusa sobre la codependencia, la maternidad y el feminismo, donde ella deja claro que era más una heroína del rock que la villana que venían retratando. El timing fue insospechadamente trágico: salió días después de que se encontrara el cuerpo de Kurt Cobain. El título parecía una profecía pero, aun antes de la pérdida, Love tenía algo que demostrar, y con este disco lo hizo con creces. Juega con su imagen pública ("Plump"), reflexiona sobre la depresión posparto ("I Think That I Would Die") y se pone brutalmente honesta acerca de las inseguridades en una relación ("Doll Parts"). Su voz salta de una vulnerabilidad de über-femme a gritos que parecen arrancados de las profundidades del estómago. Luego de los duelos por las muertes de Cobain y la bajista Kristen Pfaff, que falleció de sobredosis tres meses después de la salida del disco, Love se dispuso a ser un ícono por derecho propio. "Me gusta pensar que no me quieren solo por compasión, y la única forma que tengo de mostrarlo es probar que lo mío es de verdad", le dijo Love a RS en 1994. "Esa era la idea detrás de Live Through This." Brittany Spanos
5. Mudhoney
'Superfuzz Bigmuff' 1990
Mudhoney jamás llegaría al estatus de las estrellas de Seattle, pero Superfuzz Bigmuff probablemente sea el disco más influyente de la lista. El EP original (1988) sacudió el under gracias a su franqueza inquebrantable. La voz quejosa del líder Mark Arm y el solo de guitarra garagero de Steve Turner definían "Need", mientras que los riffs esquivos de "No One Has" y las bajadas de "In ‘n’ Out of Grace" demostraban el rango de la banda. Superfuzz prefiguró el sonido que Nirvana y sus secuaces estaban buscando. En la película Singles, Cameron Crowe transformó "Touch Me I’m Sick" en "Touch Me I’m Dick" para el grupo de grunge de ficción Citizen Dick; Sonic Youth la versionó, y Kurt Cobain robó el concepto de "Sweet Young Thing (Ain’t Sweet No More)" en "Negative Creep". "Si Superfuzz... no hubiera estado en los rankings británicos por un año, ¿quién sabe lo que habría pasado con Nirvana?", dijo Bruce Pavitt de Sub Pop a Spin en 1993. "Estábamos improvisando, tratando de mantenernos juntos", dijo Arm a RS en 2008. "Y un poco seguimos en esa." K.G.
6. Alice in Chains
'Dirt' 1992
Tras el éxito de su debut de 1990, Facelift, el primer Disco de Oro del grunge, los Alice in Chains estaban listos para llevar su música a un público más amplio vía MTV, ahora que Nirvana había abierto las compuertas. Su aparición en la película Singles –"Would?" en el centro de una banda de sonido en la que también estaban Soundgarden y Pearl Jam– era un buen comienzo. A diferencia de muchos de sus pares, Alice se inspiraba más en el heavy metal que en el punk, un hecho ya evidente en su primera canción importante, "Man in the Box". En Dirt, también había una nueva influencia insidiosa en su música: la heroína. Con canciones oscuras y sucias como "Them Bones", "Rooster" y la elocuentemente titulada "Junkhead", el disco reflejaba la adicción del líder Layne Staley. "El disco pasa de glorificar las drogas a un estado completamente miserable, y a un cuestionamiento de lo que alguna vez pensé que funcionaría para mí", le dijo a Rolling Stone en 1992. "Al final del disco, es bastante obvio que no funcionó tan bien como yo pensaba." Angie Martoccio
7. Temple of the Dog
'Temple of the Dog' 1991
La muerte de Andy Wood, el cantante de Mother Love Bone, en marzo de 1990, dejó a la comunidad rockera de Seattle devastada. El líder carismático era amigo y roommate de Chris Cornell, que canalizó todo su dolor en canciones nuevas como "Say Hello 2 Heaven" y "Reach Down". Se las mostró a Jeff Ament y Stone Gossard, de Mother Love Bone, y se enteró de que acababan de formar una nueva banda con un tipo de San Diego llamado Eddie Vedder, de modo que decidieron reunirse para homenajear a Wood, y grabarlas bajo el seudónimo Temple of the Dog. El proyecto no daba para un disco completo. "Era una época en la que los discos eran más importantes", le dijo Cornell a RS en 2016. "Para nosotros era algo catártico y divertido." Tras la impactante muerte de Cornell en 2018, estas canciones sobre pérdida y dolor adquirieron otro sentido. A.G.
8. Nirvana
'In Utero' 1993
El último disco de estudio de Nirvana era un grito. No un grito estilizado como su predecesor multiplatino, sino un aullido de dolor y frustración, el máximo acto de desafío hacia una industria que nunca había entendido a esta banda. Es un disco de ironía cáustica ("Serve the Servants", "Radio Friendly Unit Shifter"), ira purificadora ("Scentless Apprentice", "Milk It") y nervios descarnados ("Pennyroyal Tea", "Frances Farmer Will Have Revenge on Seattle"). La ira de Cobain de a ratos pierde el foco (vean "Rape Me", demasiado cruda para funcionar como la declaración feminista que pretendía ser), pero esa intensidad autodestructiva hace que In Utero sea un documento esencial del grunge.
Para cuando salió, en septiembre de 1993, el álbum ya tenía su mitología. Luego de su inesperado ascenso al estrellato, Nirvana había convocado al ingeniero Steve Albini para ayudarlos a hacer un disco áspero y poco comercial, como para que el sello se negara a editarlo. Como cualquier mito, solo cuenta una verdad parcial. Canciones como "Dumb", "All Apologies", "Pennyroyal Tea" y "Heart-Shaped Box" refinan y complican las explosiones pop de Nevermind, pero no las descartan. Cobain le diría a Rolling Stone que hablaba en chiste cuando dijo que quería que el título fuera I Hate Myself and I Want to Die. "Soy un tipo mucho más feliz de lo que la gente cree", aseguró. Simon Vozick-Levinson
9. Soundgarden
'Superunknown' 1994
En 1994, el grunge había tomado las radios, los festivales (Lollapalooza) y MTV, pero ¿hacia dónde se dirigía musicalmente? Soundgarden lo sabía: el grupo quería mostrarle al mundo que no se trataba de la moda del mes, sino de la nueva fase de todo el rock. Como más tarde le dijo Cornell a RS: "Teníamos que demostrar que merecíamos tocar en escenarios internacionales, y tener videos en TV y sonar en la radio, que no era una moda". Frente a esa presión, la banda compuso su set de canciones más robustas –de rocks ebrios como "Drown Me" a la psicodelia oscura de "Black Hole Sun"– y el productor Michael Beinhorn esculpió la furia expresionista de la primera época para formar algo colosal. El resultado fue un cuarto disco que, como el IV de Led Zeppelin, reveló facetas nuevas y sutiles. Uno de los grandes discos de hard-rock de la historia. David Browne
10. Pearl Jam
'Vs.' 1993
Originalmente, los Pearl Jam querían ponerle "Five Against One" a su segundo disco, que era una frase de su nuevo tema "Animal", y también el reconocimiento de la división interna: Eddie Vedder contra sus cuatro compañeros de banda y el manager Kelly Curtis. En pocas palabras, Vedder quería que el grupo bajara drásticamente sus ambiciones para evitar la sobreexposición, y volver a sus raíces humildes, mientras que los otros estaban felices haciendo videos y metiendo hits en la radio. "En el primer disco, vivíamos en un sótano", dijo Eddie Vedder. "En el segundo, yo me sentía demasiado lejos del sótano. Era un lugar difícil desde el que componer." Lograron trabajar juntos pese a sus diferencias, y grabaron clásicos como "Go", "Daughter", "Dissident" y "Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town", que ayudaron a que el disco vendiera un millón de copias en su primera semana, aun sin entrevistas ni videos. Más allá de lo que quisiera Vedder, los Pearl Jam eran demasiado grandes –y demasiado talentosos– como para esquivar el éxito. A.G.
11. Stone Temple Pilots
'Core' 1992
"¿Qué es esto, Pearl Jam?", se preguntó Beavis cuando vio el video de "Plush" de STP. "Sí", le contestó Butt-Head. "Eddie Vedder se tiñó el pelo de rojo." La mayoría del público reaccionó frente a la aparición de Stone Temple Pilots en 1992 sin llegar a ese nivel de estupidez, aunque no faltó gente que condenó a la banda de San Diego por subirse al tren del grunge. Lo que se les pasó por alto fue la cantidad de canciones geniales que tenía su disco debut, Core, que lograba fusionar el sonido del glam de los 70 con el rock alternativo moderno. Temas como "Creep", "Wicked Garden" y "Sex Type Thing" mostraban un estilo propio, aun cuando "Plush" sonara un poco a descarte de Ten. "No creo que nuestras bandas se parezcan en nada", le dijo Scott Weiland a Rolling Stone en 1994. "No tengo nada contra Pearl Jam, pero para mí son una versión actualizada de Buffalo Springfield: una clásica banda de rock. No es despectivo, pero estamos en un viaje totalmente distinto." A.G.
12. Smashing Pumpkins
'Siamese Dream' 1993
Aunque se grabó en apenas cuatro meses, Siamese Dream fue la culminación de media década de trabajo de Smashing Pumpkins. Con su disco debut, Gish, ya se habían ganado a la crítica, algunos fans y un contrato discográfico de primera; ahora Billy Corgan buscaba la masividad. El líder tomó control total, componiendo todo y grabando él mismo las guitarras y los bajos, y provocando la furia de los otros miembros de la banda. Ese conflicto, junto con las drogas, los fracasos amorosos y el colapso psicológico, casi terminaron con el grupo antes de que el álbum pudiera ver la luz. Por suerte, la angustia dio buenos frutos, y con la ayuda de Butch Vig, el productor de Nevermind, nació un clásico del grunge, con canciones atmosféricas y pegadizas como "Cherub Rock" y "Disarm" y otras más extrañas como "Mayonaise". El plato fuerte es "Today", una balada devastadoramente irónica. "¿Tiro todo a la basura y trato de seguir una especie de ideal que nunca podré cumplir, o acepto lo que soy, un chico sentimental de una ciudad de mierda como Chicago?", reflexionaba Corgan frente a RS, hablando de la canción en 1995. A. M.
13. Alice in Chains
'Facelift' 1990
Nirvana convirtió el grunge en un fenómeno con Nevermind, pero Facelift de Alice in Chains, editado más de un año antes, construyó el público nuclear del género. El secreto fue llegar a los oídos de los fans del heavy metal, que apreciaban el sonido grave y lento del disco, al estilo Black Sabbath. Ozzy Osbourne, nada menos, se declaró fan del grupo, reclutándolos como banda soporte e incluyendo Facelift en sus favoritos del año. Pero el disco es grunge de punta a punta. Escuchen "Man in the Box": el guitarrista Jerry Cantrell y su riff simple se mantienen bien al margen de las poses típicas del metal-pop de la época, onda Poison, y lo mismo pasa con la voz desesperada de Staley. "Estoy seguro de que nunca voy a estar 100% bien conmigo mismo ni con el mundo", le dijo el cantante a Rolling Stone en 1992 (murió de sobredosis diez años después). Cargado con singles como "We Die Young", "Sea of Sorrow" y "Bleed the Freak" (todas escritas por Cantrell), Facelift representa la primera línea de ataque del huracán que nacía en Seattle. También fue el primer álbum de grunge en llegar a Disco de Oro; el segundo fue Nevermind. Joseph Hudak
14. Nirvana
'Bleach' 1989
Con Bleach, Nirvana se convirtió en el nuevo representante de un rock duro, vueltero y desprolijo del indie de Seattle. Con apenas dos años de vida, la banda presentaba un álbum producido y grabado con 600 dólares que resumía a la perfección el sonido tortuoso de la escena grunge que comenzaba a vibrar. "Sentíamos la presión de tocar ‘música rock’ de parte de Sub Pop y de la escena misma", cuenta Kurt Cobain en la biografía Come as You Are. "Al principio queríamos agradarle a la gente y ver qué pasaba." El intento valió la pena, a la luz de los riffs extremos de "Floyd the Barber" y "Paper Cuts", temas que reflejan el amor por los Melvins. Pero las letras y melodías de Cobain revelan un exhaustivo dominio del pop. Con el flow dulce y temperamental de "About a Girl", a medio camino entre los Beatles y el punk, el bajo hipnótico de Krist Novoselic en "Love Buzz" (un cover de Shocking Blue) y el ritmo frenético y absorbente de "Negative Creep", Bleach es un disco que ostenta agresividad en la superficie pero se muestra más y más matizado con cada escucha. Fue el primer paso de Nirvana hacia su propia leyenda. B.S.
15. L7
'Bricks Are Heavy' 1992
En el tercer disco de L7, Butch Vig ayudó a cristalizar melodías y estribillos llenos de gritos y riffs espesos, y el disco fue un éxito internacional. "Son la banda modelo de los 90", le dijo a RS Gina Volpe, de Lunachicks. "Torpes, seguras, desinhibidas y medio bestias." Gran parte de la gloria se debe al single "Pretend We’re Dead" y a su video, que no paraba de rotar en MTV. El tema era la puerta de entrada a otras sustancias más duras como los lamentos graves de Suzi Gardner en "Slide" y "Monster", el músculo metalero de "Everglade" y la furia inexpresiva de "One More Thing" (las dos últimas con la voz de la bajista, Jennifer Finch). Pero la pegada de Vig fue dejar espacio a los soliloquios extraños y graciosos de Donita Sparks, que hablan de una skinhead que se pinta la cara en el garaje de una amiga antes de meterse en una secta (¡una historia real!) o de una madre que cose a su esposo moribundo a la cama antes de golpearlo con una sartén y abandonar la casa con los niños (¡¿también una historia real?!). Pero no hay abominación tan bizarra como los sonidos de Sparks en el otro tema famoso del disco, que inmortalizaría Asesinos por naturaleza: "Shitlist". Sarah Grant
16. Melvins
'Houdini' 1993
El ambiente musical de los 90 quedó tan enrarecido después de Nevermind que una banda incorruptible como Melvins, que venía de hacer un disco de drone metal, de repente se encontraba firmando contrato con la misma discográfica que Phil Collins. Invitaron a su amigo Kurt Cobain a coproducir el álbum, pero salvo por un par de canciones, la colaboración no funcionó. "Lamentablemente, Cobain no estaba en forma como para producir nada", le dijo el líder Buzz Osborne a The Stranger en 2009. El quinto disco del grupo presentaba algunas de sus canciones más fuertes y pulidas hasta la fecha, incluyendo la inicial "Hooch", una orgía de riffs tan heavy como pegadiza, con una letra que consiste en sílabas sin sentido, y un cover de una rareza de Kiss, "Goin’ Blind", que destruía al original, incluido en Hotter than Hell. Pero había lugar todavía para la extrañeza de dos cumbres en cámara lenta como "Hag Me" y "Spread Eagle Beagle", con un épico cierre del baterista Dale Crover. "Algunas personas me dicen: ‘Debe estar bueno quedar afuera de las discográficas grandes, así no tenés que escucharlos decirte qué hacer y cosas así’", contó Osborne a Nashville Scene en 2012. "Mi respuesta es la misma hace años: ‘¿Escuchaste lo que hicimos en Atlantic?’ [Risas] Si así son las discográficas cuando se meten a tomar decisiones, qué bien que lo hacen." Hank Shteamer
17. Screaming Trees
'Sweet Oblivion' 1992
Cuando los Screaming Trees grabaron su sexto disco, creían que iba a ser el último. El año anterior, la banda oriunda de Washington ya había editado su primer álbum bajo un sello grande, Uncle Anesthesia, pero los conflictos internos amenazaban con separarlos. Como el bajista Van Conner le comentó a Spin en 1993, la banda había decidido terminar con las peleas y "tirar para el mismo lado, por más sentimental que suene". Lograron hacer las paces justo a tiempo para subirse a la ola mainstream del grunge con Sweet Oblivion, una mezcla de rock filoso con pizcas de psicodelia ("Butterfly", "For Celebrations Past") y folk agridulce ("Dollar Bill"). Esas inclinaciones retro y la voz profunda y hermosamente templada de Mark Lanegan hicieron que el disco sonara más adulto que los aullidos deformes y angustiados de sus contemporáneos. Aun así, la pegadiza "Nearly Lost You" llegaría a entrar en el Top 20 del chart de rock mainstream durante la fiebre del grunge. B.S.
18. Varios artistas
'Singles' (Banda de sonido) | 1992
Escrita y dirigida por Cameron Crowe, Singles fue la comedia romántica que el grunge necesitaba para su transición a la cultura general. Pero el film estuvo lejos de ser un hit comercial burdo. La banda sonora, que salió meses antes de que se estrenara la película, fue la mejor carta de presentación de la escena. Algunos temas son momentos clave del grunge: las feroces "Breath" y "State of Love and Trust", de Pearl Jam, "Nearly Lost You" de Screaming Trees y "Would?", el homenaje de Alice in Chains a Andrew Wood. Crowe estaba fascinado con la forma en la que el director Mike Nichols usó temas de Simon and Garfunkel en El graduado, y describió el soundtrack como "nuestro momento El graduado. Singles fue la oportunidad de abrazar ese sentimiento". D.B.
19. Mad Season
'Above' 1995
El clima musical incestuoso que imperaba en Seattle a mediados de los 90 llevó a la formación de muchos supergrupos y bandas de un solo disco, que podían llegar a tener cierta fama o no (¡Hola, The Monkeywrench!). A pesar de haber grabado un solo disco en 1995, Mad Season (formada por el líder de Alice in Chains, Layne Staley; el guitarrista de Pearl Jam, Mike McCready; el baterista de Screaming Trees, Barrett Martin; y John Baker Saunders en el bajo) cimentó su legado con una mezcla "de algo de jazz, algo de blues y algo de rock de estadios", en palabras de McCready para Guitar World. La banda comenzó como un experimento de musicoterapia: McCready y Saunders se conocieron en la clínica de rehabilitación, y reclutaron al resto como una forma de impulsarse mutuamente a seguir portándose bien. "Grabamos rápido, porque no teníamos los problemas que cada uno tenía con su propia banda", dijo McCready en aquellos días. "Solamente nos juntábamos a tocar, en un clima realmente libre." La inimitable voz de Staley, junto a las guitarras densas y a la vez luminosas, le dan a Above el aspecto de la perfecta cruza entre Pearl Jam y Alice in Chains, mientras algunas rarezas como el saxo en "Long Gone Day" y el solo de la guitarra criolla en "I’m Above" evitan que el disco suene monótono. Jason Newman
20. Green River
'Dry as a Bone' 1987
Después de un par de años de recitales minúsculos, Green River la pegó en 1987 con Dry As a Bone. Era una declaración perfecta: una aleación exacta de punk y metal cortada en explosiones de tres o cuatro minutos. "Dry As a Bone es mi disco favorito de Green River", le dijo a RS el guitarrista Stone Gossard. "Nos estaba yendo de lo mejor y ni siquiera teníamos que pensar mucho en el tema." El grupo grabó todo en apenas un par de días con el productor Jack Endino, guitarrista de Skin Yard, que le dio a Dry As a Bone ese toque refinado en temas como "This Town" y el boogie estilo Aerosmith de "Unwind". En una publicidad, Sub Pop anunciaba el álbum como "el grunge desatado que destruyó la moral de una generación entera". De hecho, fue el primer disco que se promocionó con la palabra "grunge". Un par de años después, los miembros de la banda iban a cumplir esa promesa repartidos entre Mudhoney, Pearl Jam, Love Battery, Mother Love Bone y Temple of the Dog. K.G.
21. Jerry Cantrell
'Degradation Trip' 2002
Jerry Cantrell, el cerebro de Alice in Chains, estaba "pasándola realmente mal" con las drogas cuando grabó Degradation Trip, que salió un par de meses después de la muerte de Layne Staley. El disco es una mirilla desde la que pispear el infierno que estaba viviendo en esos días el guitarrista y cantante. Está plagado de alusiones a las drogas (empezando por la tapa) y de riffs sombríos. El primer tema, "Psychotic Breal", abre con un acorde de guitarra tan torturado como fúnebre, y Cantrell canta: "Pienso en mis amigos muertos/ cuyas voces me siguen llamando" en un registro tan disonante que hace doler los dientes. Y desde ahí todo se pone más escabroso. Degradation Trip fue grabado con la sección rítmica de Ozzy Osbourne de aquel momento, el bajista Robert Trujillo (que luego se hizo famoso en Metallica) y el baterista Mike Bordin (de Faith No More). Grabaron tanto que ese mismo año Cantrell expandió el álbum a un disco doble. Es un viaje pesado y difícil de sacarte de encima. K.G.
22. Varios artistas
'Deep Six' 1986
El álbum de fotos de la camada más joven de la universidad del grunge es el librito que acompaña Deep Six, el compilado multibandas de 1986. Vas a ver a Buzz Osborne de los Melvins hundiendo la púa en la guitarra con sus ojos cerrados, a Chris Cornell de Soundgarden musculoso y sin remera, poseído por Iggy Pop, y a Andy Wood, de Malfunkshun, gesticulando como uno de los New York Dolls. El compilado es un documento precioso que revela cómo empezó todo. Publicado por el sello de Seattle C/Z, incluye catorce temas furibundos de parte de Soundgarden, Melvins, Green River (de cuya estirpe surgen Pearl Jam y Mudhoney), Skin Yard (con el guitarrista Jack Endino, luego convertido en productor), Malfunkshun (la primera banda del cantante de Mother Love Bone, Andy Wood) y los U-Men. Son grabaciones muy crudas y densas: se destacan temas como "All Your Lies" de Soundgarden, "Blessing the Operation", un momento furioso de los Melvins y la iracunda "10.000 Things" de Green River. La crudeza y la vitalidad del enojo son parte del encanto de esta ecografía intrauterina del grunge. K.G.
23. Soundgarden
'Ultramega OK' 1988
Soundgarden grabó "All Your Lies" para el compilado Deep Six en 1986; el tema salió sucio, con Chris Cornell mugiendo como un gato rabioso. La banda le hizo las correciones necesarias para su primer LP, nominado al Grammy, Ultramega OK, que salió dos años después con la fuerza demoledora de un gigante de punk-metal y con voces que atacan de forma más precisa. "Éramos inclasificables", dijo Cornell poco antes de morir, "pero no éramos especuladores. Y las canciones que hacíamos no eran artificiales". Esta sensibilidad agresiva y descuidada resuena en una canción como "Flower", con algo de Led Zeppelin, en otra tan lenta y torpe como "Incessant Mace", en la locomotora de "Mood for Trouble" (que da vuelta el riff de "Long Train Runnin’" de Doobie Brothers) y en la cosechadora de aplausos de cada concierto de Soundgarden "Beyond the Wheel", en la que las cuerdas vocales de Cornell cubren tres octavas mientras vuelan alto el guitarrista Kim Thayil y el bajista Hiro Yamamoto. "Es una de esas canciones que nunca podrían ser un hit en la radio", le dijo Cornell a RS. "Pero en vivo la gente reaccionaba como si lo fuera." K.G.
24. Stone Temple Pilots
'Purple' 1994
STP tenía mucho en juego al momento de entrar al estudio para grabar su disco posterior a Core. Parecía que cuanto más vendían, cuanto más pasaban sus videos en MTV, más munición gruesa les tiraban por su supuesta inautenticidad grunge. Por eso convirtieron el estudio Southern Tracks en Atlanta en su nuevo búnker, donde con ayuda del productor Brendan O’Brien prepararon sus armas: canciones como "Interstate Love Song" y "Empty", tan indudablemente brillantes como destinadas al Top 40 de la radio y la rotación de MTV. No sonaban como nada que sus colegas estuvieran haciendo en aquel momento, y así lograron terminar con esas irritantes comparaciones con Pearl Jam. "No queríamos encasillarnos a nosotros mismos", le dijo Scott Weiland a Rolling Stone poco antes de la salida del disco. "No porque ese fuera nuestro manifiesto, sino simplemente para no aburrirnos. Es como en una relación cuando el sexo va mal: tenés que hacer algo al respecto. Es posible trabajar para mejorar esas cosas, probar tu propio tipo de terapia." A.G.
25. Melvins
'Bullhead' 1991
Sería imposible darle a una sola banda todo el crédito por la invención del típico machaque malhumorado del grunge, pero varias de sus mayores estrellas citaron a los Melvins como los reyes del low and slow del Pacífico Norte. "Pasaron de ser la banda más rápida de la ciudad a la más lenta de la ciudad", le dijo Kim Thayil de Soundgarden a Guitar World. "Todo el mundo estaba tratando de ser punk-rock de una manera muy arty, y los Melvins decidieron ser la banda más pesada del planeta." Aunque sus discos anteriores te sacudían el cerebro, el tercer LP los mostraba flirteando con un tipo más convencional de metal y al mismo tiempo jugando a demostrar qué tan distorsionado podía ser. La canción de apertura, "Boris", convierte los riffs más encumbrados en un minimalismo que induce al trance, mientras "Anaconda" y "Zodiac" se contorsionan rumbo a un clímax de blues enojado. A lo largo del disco, el ataque sucio pero a la vez preciso de Dale Crover y el rugido vibrante de Buzz Osborne adquieren un poder ritual diferente al "sonido Seattle". Justo cuando el grunge estaba por hacerse mainstream, los Melvins cavaban más profundo en el túnel rumbo a su propio inframundo torturado. H.S.
26. Smashing Pumpkins
'Mellon Collie and the Infinite Sadness' 1995
Hacia 1995 el grunge corría peligro de caer en un sonido de rutina y nadie era tan consciente del tema como Billy Corgan. "Estábamos llegando al fin de nuestro ciclo creativo", le dijo a RS. "O al menos yo sentía eso." Ya desde la canción que le da título, un instrumental de piano y cuerdas en las antípodas del rock alternativo, el tercer álbum de los Pumpkins se esfuerza en evitar clichés. Su Álbum Blanco o su propio The Wall, como prefiere decir Corgan, Mellon Collie and the Infinite Sadness es un CD doble con 28 canciones llenas de afilados estribillos rockeros ("Zero", "Muzzle," "X.Y.U.") que también se aventura en el electropop exuberante ("Cupid De Locke"), el acústico melancólico ("Stumbleine", "To Forgive") y el rock arty elastizado ("1979"). Es el disco más expansivo musicalmente de toda la era grunge. D.B.
27. Babes in Toyland
'Spanking Machine' 1990
Antes de Babes in Toyland, L7 y Hole, existió Sugar Babydoll: la trifecta de la era pre grunge en San Francisco formada por Jennifer Finch, futura bajista de L7, Kat Bjelland, futura líder de BiT, y nada menos que Courtney Love, la legendaria amiga-enemiga de Bjelland. Bjelland estaba "tratando de escapar de Courtney", según ella misma contó en una entrevista en 2015, cuando viajó a Mineápolis para fundar la banda punk Babes in Toyland con la baterista Lori Barbero y la bajista Michelle Leon. Grabado en Seattle por el productor de Mudhoney y Nirvana, Jack Endino, Spanking Machine, el debut de las Babes, fue el matrimonio perfecto entre el punk crujiente del Medio Oeste y la neurastenia chillante del Pacifico Norte. Barbero y Leon se movían del disco barroso de "Swamp Pussy" al ritmo sucio y vidrioso de "He’s My Thing". Barbero también se escapa de su propio personaje con un rock muy stoner, "Dogg", mientras los versos de bruja de Bjelland atraviesan los rincones más retorcidos de su mente. Suzy Exposito
28. Soundgarden
'Louder Than Love' 1989
El primer disco grunge editado por una discográfica grande es un disparo a la cabeza. Aunque canciones como la revolucionaria "Gun", la orgiástica "Full On Kevin’s Mom" y la extensa broma sexual "Big Dumb Sex" (que grita "Sé lo que voy a hacer/ voy a cogerte, cogerte, cogerte" en toda su pompa estereofónica) decididamente no son aptas para la rotación diurna en la radio, el álbum llegó a escalar hasta la mitad inferior del Billboard 200 y resultó enormemente influyente: bajo su inspiración, Kirk Hammett de Metallica escribió el riff de "Enter Sandman". El disco también les dio artillería a los Guns N’ Roses, que mezclaron "Big Dumb Sex" con "Buick McCane" de T. Rex. Terry Date, futuro productor de Pantera, trabajó con la banda ayudándolos a afilar su aspecto más metalero, que sin embargo oscureció la ironía de algunas canciones, que originalmente eran más "meta" que metaleras. "Entendí que la parodia solo funciona si sos ‘Weird Al’ Yankovic y te dedicás a eso", dijo Chris Cornell en 1994, hablando de la apropiación que GN’R’s hizo de "Big Dumb Sex". "Si escuchás la canción sin conocer a la banda, y sin saber que estábamos jodiendo, entonces sí, suena como Aerosmith." Soundgarden iba a cambiar su sonido en su siguiente disco, Badmotorfinger (1991), siguiendo la orientación más tradicional del proyecto paralelo de Cornell, Temple of the Dog, y como consecuencia de la partida del bajista Hiro Yamamoto, lo que hace que Louder Than Love sea más inclasificable en retrospectiva: no podrían haber llevado este sonido más lejos. K.G.
29. Green River
'Come on Down' 1985
El debut de Green River es un combo de punk, metal y hard-rock de mala calidad, lleno de riffs lentos y rasposos, golpes de platillo teatrales y bufidos a la Iggy Stooge de parte del líder Mark Arm. Es el sonido de un grupo de jóvenes que se remiten a sus propias influencias: un poco de Aerosmith y Blue Öyster Cult en el estribillo de "Swallow My Pride", algo del aporreo típico de Black Flag y de los gritos de Neil Young en la icónica "Come on Down". También hay algo del galope de Iron Maiden en "Tunnel of Love". "Stone [Gossard, guitarra] realmente estaba escuchando UFO y Iron Maiden", le dijo hace poco a Rolling Stone el bajista Jeff Ament. "Pero no sé si nos gustaban mucho esas bandas en ese momento. Agarrábamos esos riffs que hacía, los desarmábamos y hacíamos algo propio." Hay poco en este disco de lo que sus músicos harían luego en Mudhoney, Pearl Jam y Temple of the Dog. Come on Down es una huella, borrosa pero contundente, de los primeros pasos del grunge. K.G.
30. Wipers
'Youth of America' 1981
Ningún grupo de la era pregrunge tiene un lugar tan asegurado en el canon del género como los Wipers. "Ellos empezaron el rock grunge de Seattle, pero en Portland", dijo una vez Kurt Cobain según Nirvana: The Biography. El estatus seminal de los Wipers está fundamentado en los covers que les hicieron todos (desde Nirvana hasta los Melvins y Hole), pero su música ya era lograda, poderosa. Su segundo LP, Youth of America, es una de las puertas de entrada al rock under en Estados Unidos. "No Fair" comienza como el lamento de un sonámbulo antes de explotar en un punk salvaje, mientras el tema que le da título al disco es un himno a la desilusión que se disuelve en una abstracción impredecible durante diez minutos aterradores. La voz desafiante y a la vez tierna del líder Greg Sage y el virtuosismo filoso del trabajo de guitarras (ver el largo solo surrealista que abre "When It’s Over") le dieron a la banda un sentido de urgencia rabiosa. H.S.
31. Tad
'8-Way Santa' 1991
Con sus 140 kilos y su barba desarreglada, Thomas "Tad" Doyle se parecía más a un motoquero (o a un carnicero, lo que alguna vez fue) que al típico cantante flaquito y atildado del rock indie. Algo similar puede decirse del segundo disco de su banda, el más carnoso de todos: temas de alta cilindrada como "Jinx" y "Trash Truck" ocupaban el espacio vacante entre un indie desaseado y un metal que se movía lentamente, quemando el combustible del guitarrista y cantante así como sus rugidos robustos y sus letras desatadas ("Creo que soy el hijo de Dios/ bebo y manejo a la vez"). "Nos fascina la perversidad que anida oculta en la sociedad estadounidense", dijo Doyle. "Estábamos cansados de las canciones de amor, básicamente. Queríamos ser chocantes, y nos divertíamos siéndolo." 8-Way Santa sigue siendo un punto alto del grunge previo a la consagración comercial del género, un rugido que, en aquel momento, muy pocos podían escuchar. D.B.
32. Smashing Pumpkins
'Gish' 1991
Cuando Smashing Pumpkins entró al estudio de Butch Vig para grabar su debut, nadie se imaginaba que las sesiones iban a ser tan tortuosas. Billy Corgan llevaba a sus compañeros hasta el límite, y se pasaba horas inspeccionando cada detalle, grabando y afinando todo él mismo. "No podría volver a hacerlo", recordó con amargura la bajista D’arcy Wretzky en el rockumental que MTV dedicó a la banda en 1995. "No sé cómo sobrevivimos." Gish presenta diez canciones densas y artesanalmente elaboradas, desde la intensidad de "Siva" y "Tristessa" hasta la sutil acumulación de surrealismo del single principal, "Rhinoceros", una muestra de las ambiciones musicales del grupo. "Estaba tratando de decir un montón de cosas que realmente no podía decir, de una forma intangible, incluso indecible", le dijo Corgan a MTV. "Podía hacerlo con la música, pero no con las palabras." Aunque eran una banda de Chicago, los Pumpkins pronto iban a alinearse con la escena de Seattle. Los Soundgarden le recomendaron la banda a Cameron Crowe para el soundtrack de Singles, después de un concierto conjunto que le valió a los Pumpkins el título con honores de miembro oficial del grunge. A.M.
33. Babes in Toyland
'Fontanelle' 1992
Tras su debut, Spanking Machine, las Babes in Toyland flirtearon con el mainstream: firmaron con Reprise Records y se sumaron a la gira de Sonic Youth en 1990. Pero después de que Courtney Love, ex compañera de banda y rival de la líder Kat Bjelland, convenció a Kim Gordon para que produjera el disco debut de Hole de 1991, Pretty on the Inside, Bjelland se metió a componer hiperactivamente Fontanelle, que coprodujo junto al guitarrista de Sonic Youth, Lee Ranaldo. El primer tema, "Bruise Violet", parece un dardo contra Love (el video lo confirma). Pero los escupitajos de fuego de Bjelland apuntaban más allá de sus rivales mujeres. "Sos carne muerta, hijo de puta, mejor no intentes violar a una diosa", ladra en "Bluebell". Si Love es la reina trágica del grunge, Bjelland representa algo más primordial: la propia verdad, saliendo del fondo del pozo a las puteadas. S.E.
34. 7 Year Bitch
'¡Viva Zapata!' 1994
No del todo grunge, no del todo riot grrrl, 7 Year Bitch lograba sumir a la escena local del punk en la furia de un feminismo honesto y con fantasías de venganza, en temas como "Dead Men Don’t Rape" y "Gun". Pero en 1992, el horror las golpeó en la vida real: la guitarrista Stephanie Sargent murió de sobredosis. Menos de un año después, su mentora Mia Zapata, líder de Gits, apareció estrangulada. Ambos eventos dispararon la salida de su segundo álbum, producido por Jack Endino y titulado ¡Viva Zapata!, un tributo a las dos luminarias. Con el respaldo que le daba Elizabeth Davis en el bajo, la líder Selene Vigil-Wilk se pregunta, en "M.I.A.": "¿Podés pedirle justicia a la sociedad? Bueno, a mí sí". A pesar de la temática seria, ¡Viva Zapata! incurría en algunos jugueteos deliciosos: en "The Scratch" dejan de lado la política para entregarse al hedonismo. "Mejor que te fijes qué deseás realmente", advierte Vigil-Wilk; "¡Voy a quedarme con el pan y con la torta igual que vos!". S.E.
35. Paw
'Dragline' 1993
A principios de 1992, Paw no era más que una de las miles de bandas acechadas por las discográficas grandes como consecuencia de Nevermind. "Es una estupidez que se salió de control", dijo el baterista Peter Fitch por entonces a Newsweek, después de navegar las aguas corporativas de South by Southwest. "Somos unos rotosos de Kansas que no terminamos de cambiarnos los jeans sucios y estamos sentados en el mejor restaurante de Austin pidiendo platos de 35 dólares. Simplemente no es real." Sin embargo no hay nada artificial en Dragline, el debut del grupo en un sello mainstream. Con su conveniente dosis de riffs lentos y electrificantes, Fitch, su hermano Grant en la guitarra, el bajista Charles Bryan y el cantante Mark Hennessy lucen con gracia sus orígenes: un adorable slide en el single "Jessie" y un folk fogonero en "Sleeping Bag" le dan a su música el distintivo sabor del Oeste. Las vocales alargadas de Hennessy y las letras que pintan cándidos momentos infantiles confirman que, más allá de las tendencias, Paw era una banda auténtica, que seguía solo a su propia musa campestre. H.S.
36. Neil Young and Crazy Horse
'Ragged Glory' 1990
En abril de 1990, antes de que nadie hubiera oído hablar del grunge fuera de Seattle, Neil Young se juntó con los Crazy Horse en su rancho californiano para darle forma a un disco perfectamente grunge en cuestión de semanas. No era nada fuera de lo común para Young, que ya les había puesto la firma a varios discos proto grunge a lo largo de años, como Rust Never Sleeps, con la enloquecedora "Hey Hey, My My (Into the Black)" y su contraparte acústica, "My My, Hey Hey", que cuenta con la desafortunada distinción de aparecer citada en la carta de suicidio de Kurt Cobain. Ragged Glory incluye canciones como "Love and Only Love" y "Fuckin’ Up", basadas en zapadas empapadas de distorsión, y son de lo más fuerte que Young realizó desde los 70. "Me propuse esos instrumentales largos porque no veía zapadas en otros discos de la época", le dijo a Rolling Stone. "Los discos de ese momento carecían de espontaneidad." Young en aquel momento no sabía que estaba por producirse una revolución a manos de músicos jóvenes que se habían criado escuchando sus canciones. No mucho tiempo después, Pearl Jam estaba tocando "Fuckin’ Up" en sus shows y los medios empezaron a llamarlo el Padrino del Grunge. Young aceptó parcialmente el epíteto al reclutar a Pearl Jam como grupo de acompañamiento en su LP de 1995, Mirror Ball. A.G.
37. L7
'Smell the Magic' 1990
Cuando L7 comenzó a grabar su segundo álbum en 1989, era una de las pocas bandas surgidas fuera de Seattle contratadas por Sub Pop. El primer single, la desequilibrante "Shove", fue un hito: la intro centrífuga y reminiscente de Black Sabbath parecía anunciar que estas art-punks abrasivas de Los Ángeles no iban a conformarse con las poses solemnes de compañeros de sello como Soundgarten y Nirvana. Desde su lanzamiento en 1990, el álbum fue como un golpe de electricidad en un mar de grises. Desde las guitarras enviciadas de Donita Sparks y Suzi Gardner en "Till the Wheels Fall Off" hasta el mareo estilo Motörhead de "Broomstick" y "Packin A’ Rod", el LP explotaba los parámetros de todo lo que podía hacer una banda grunge. De todos sus discos, Smell the Magic es el más citado como el golpe de inspiración de la siguiente ola punk y riot grrrls, desde Garbage a Veruca Salt. S.G.
38. The Fluid
'Purplemetalflakemusic' 1993
Algunos miembros de la banda punk Frantix ("My Dad’s a Fuckin’ Alcoholic") formaron Madhouse a comienzos de los 80 y luego se cambiaron el nombre por The Fluid. Sus influencias tempranas son los compilados de garage-rock que incluían indistintamente a los Stones, los Stooges y los Pebbles, y sus primeros discos para Sub Pop eran casi pop. Cuando firmaron con Hollywood, un sello propiedad de Disney, comenzaron a escribir cosas más crudas y pesadas que todavía tenían algo del atractivo de los Stooges. "One Eye Out", incluido en Purplemetalflakemusic, es un rock de playa pesado, mientras que "She Don’t Understand" tiene una línea vocal pop muy melódica, empalmada con un riff de guitarra tan directo que Kurt Cobain habría estado dispuesto a matar por él. De todas maneras el disco no vendió bien y The Fluid se desvaneció en 1994. K.G.
39. The Gits
'Enter: The Conquering Chicken' 1994
Nacidas de la utopía progresista del Antioch College de Ohio, The Gits dejaron su huella en la escena fuzz-rock del Pacífico Norte con su espíritu hardcore-punk nervioso. Mia Zapata, la talentosísima cantautora, lograba conjurar la poética blues de Patti Smith en canciones de tempo pop-punk. El disco final de la banda, Enter: The Conquering Chicken, que salió en 1994, la encuentra reflexionando sobre ser amable en un mundo hostil en canciones como "Bob (Cousin O)" y "Social Love". En el huracanado "Sign of the Crab", Zapata divaga sobre la posibilidad de morir a manos de un extraño: "Dale, cortame en pedazos y repartilos por toda la ciudad", canta, "porque sabés que a vos nadie va a encontrarte". Estaba pronosticando su muerte. En 1993, su cuerpo fue descubierto en el centro de Seattle, donde había sido violada y estrangulada. El caso sacudió a la escena. Tras la tragedia, las 7 Year Bitch, protegidas de The Gits, la homenajearían en ¡Viva Zapata! (ver número 34). Iban a pasar diez años más hasta que el asesino de Zapata, Jesus Mezquia, fuera identificado y llevado a juicio; su condena a 37 años en prisión comenzó en 2009. S.E.
40. Mudhoney
'Every Good Boy Deserves Fudge' 1991
El título del disco es un bonito ayudamemoria que los estudiantes de música repiten para recordar las notas del pentagrama en clave de sol, pero ese es el único elemento tierno en el segundo álbum de Mudhoney. La banda ordena un bombardeo sonoro de 43 minutos que tiene una deuda enorme tanto con el rock de garage como con las influencias hardcore-punk del grupo anterior del cantante Mark Arm y el guitarrista Steve Turner, Green River. El single "Let It Slide", que llegó a rankear en el chart británico, combina riffs que te pegan en el estómago con guitarras slide estilo rock surfer, mientras que los clásicos en vivo "Into the Drink" y "Good Enough" tienen una arrogancia playera casi siniestra. La banda incluso emplea un teclado Farfisa en "Who You Drivin’ Now", que le pone a la canción todo un groove bailable y drogadicto. "Creo que este disco redefinió nuestra identidad", dijo Turner el año pasado en una entrevista a Vice por el 30° aniversario de Mudhoney. "Estábamos trabajando al límite pero también cuestionando lo que la gente creía que éramos. Tuvimos una racha excelente en ese momento... una racha muy corta, aparentemente." K.G.
41. Soundgarden
'Screaming Life' 1987
A años luz de "Black Hole Sun", el primer lanzamiento grande de Soundgarden, Screaming Life es volado y expansivo. En esa época, el guitarrista Kim Thayil no hacía tantos riffs, y en cambio arremolinaba sus frases alrededor de las bases, el bajista Hiro Yamamoto escurría unas notas atípicamente repiqueteantes, y Chris Cornell era un hada llorona aullando en cueros. El primer tema, "Hunted Down", que fue también el primer single de la banda, traquetea y arremete de manera impredecible, mientras Cornell canta que tiene un "disfraz permanente"; "Hand of God" es como un heavy metal funk enroscado y arrogante. "Antes de Screaming Life, éramos más angulares y rebuscados", le dijo una vez Thayil a Rolling Stone. "Hacíamos muchas cosas psicodélicas basadas en el feedback y las líneas de bajo de Hiro. Después los riffs se empezaron a poner más pesados. Uno veía cómo respondía el público a lo que hacíamos, y fluía con eso. Nuestras canciones empezaron a ponerse cada vez más lentas y pesadas." El disco era art-punk de pura cepa, y mostró lo maleable que podía ser el grunge. K.G.
42. Alice in Chains
'Jar of Flies' 1994
¿Te molesta si zapamos?", le preguntó el guitarrista de Alice in Chains Jerry Cantrell al productor Toby Wright en 1993, luego de que reservaran el estudio London Bridge de Seattle para grabar entre giras. El grupo más oscuro del grunge había tenido un éxito masivo el año anterior con Dirt. Pero allí donde ese disco le subía el volumen a la brutal guitarra tipo motosierra de Cantrell, Jar of Flies, grabado en diez días, exhibía el talento de la banda para hacer baladas lúgubres. "Yo solo quería ir al estudio un par de días con las guitarras acústicas y ver lo que pasaba", le dijo el cantante Layne Staley a Hit Parader en 1994. "Pero el sello la escuchó y le gustó mucho." El groove en "Swing on This" y "No Excuses", y el carácter ominoso de "I Stay Away" hicieron que Flies fuera el primer EP en debutar en el puesto Número Uno de Billboard 200. Pero son los temas más desgarradoramente maravillosos como "Nutshell" los que subrayaron la amplitud de uno de los grupos más innovadores del género. J.N.
43. Black Flag
'My War' 1984
Cuando Black Flag cambió drásticamente su sonido para su segundo LP, los puristas del punk pidieron "¡falta!", pero los futuros héroes del grunge –y de lo que sería conocido como sludge metal– se regocijaron. El grupo no se parecía en nada a la angustia capturada en el icónico debut de Black Flag, Damaged. El lado A de My War cambiaba el llanto preadolescente por un machaque mid-tempo atontado. Con asistencia del baterista de los Descendents Bill Stevenson, el guitarrista y mente maestra de la banda Greg Ginn intercalaba riffs violentos con guitarras atonales, el complemento perfecto para las diatribas de Henry Rollins sobre los amigos que te acuchillan por la espalda y otros caos emocionales. Pero el lado B era el verdadero nuevo límite: una serie de canciones de más de seis minutos tocadas en ritmos torturadoramente lentos. A los que les gustó les cambió la vida. Buzz Osborne le adjudica al disco las guitarras lentas y atormentadas de los Melvins. Mark Arm, de Mudhoney, contó cuando vio a la banda en vivo en 1983. "La gente del punk se enojaba fácil. ‘Oh, se vendieron...’, decían. De hecho, estaban avanzando, y haciendo lo que querían." H.S.
44. Skin Yard
'Hallowed Ground' 1989
El sello discográfico Toxic Shock anunciaba sobre Hallowed Ground: "Más de la psicosis fluorescente de Skin Yard, el grupo de Seattle bañado en ácido", pero probablemente fuera porque no había ninguna terminología acorde a la música de la banda en ese momento. Con las voces guturales del líder Ben McMillan, las guitarras impresionistas de Jack Endino, y los arreglos rítmicos del bajo de Daniel House, Hallowed Ground suena más sucio y sórdido que los grupos con los que aparecía Skin Yard en el compilado de 1986 Deep Six, un documento clave del primer grunge. "Hallowed Ground es Skin Yard en nuestra versión más original", dijo alguna vez Endino. "Teníamos una suerte de ex punk [el baterista Scott McCullum], que nos prendía fuego y nos subía la energía tremendamente, porque no nos concentrábamos tanto en tocar bien, así que nos pusimos más thrash y más ruidosos." Endino acá no podía sonar más extraterrestre, algo así como una versión distorsionada de The Birthday Party, la primera banda de Nick Cave. En "Open Fist" suena como si David Lee Roth cantara en Hüsker Dü después de tomar efedrina. K.G.
45. The Stooges
'Fun House' 1970
Cuando un trío de estrellas de Seattle –Mark Arm, de Mudhoney, Mike McCready, de Pearl Jam, y Barrett Martin, de Screaming Trees– se reunieron para un recital en su ciudad en 2015, uno se imaginaba que tocarían algunas joyas grunge. En su lugar, tocaron temas de los Stooges. Tres de ellas eran de Fun House, el santo grial para cualquier guerrero del rock alternativo, el punk o del under en general. Aunque el primer disco de la banda le agregaba una mirada del Medio Oeste al sonido de la British Invasion, su sucesor de 1970 duplicaba la agresión, con los hermanos Ron y Scott Asheton en la guitarra y la batería, y el bajista Dave Alexander perfeccionando su sonido. Iggy Pop, por su parte, hacía un despliegue magistral de gruñidos y aullidos en himnos sexuales como "Loose" y "TV Eye". La segunda mitad del disco iba más allá del rock, agregando un saxo post Coltrane de Steve Mackay en el tema del título y, en el último, "L.A. Blues", implosionando en una amalgama de noise-jazz. "Es un viaje de terror animal, crudo y salvaje, cuya belleza jamás será igualada", dijo acerca del disco Buzz Osborne de los Melvins. "Los Stones en su pico máximo no llegan ni a lamerles las bolas a estos tipos." H.S.
46. The U-Men
'Step on a Bug' 1988
Los U-Men salieron de la misma escena que dio a luz al grunge, pero el cuarteto era más Pere Ubu y Captain Beefheart que Pearl Jam o Soundgarden. Era uno de los mejores grupos en vivo de la ciudad de mediados de los 80 y, tras una serie de celebrados singles, editaron el frenético Step on a Bug en 1988, su único disco de estudio, que consiste en 30 minutos de riffs escarpados, ritmos discordantes y los maullidos del cantante John Bigley. Se pueden oír dejos de "2+4" y "Flea Circus", de U-Men, en temas del primer demo de Nirvana, como "Beeswax" y "Hairspray Queen", en el que la interpretación vocal de Kurt Cobain, como la de Bigley, pasa de ladridos guturales a murmullos post-nasales. "Yo los clasificaría como art-rock. Art-rock clásico", dijo Cobain alguna vez. Los U-Men tuvieron impacto no solo sobre los grupos de grunge emergentes sino también en bandas noise como Scratch Acid y Butthole Surfers. Luego de Step on a Bug, "[los U-Men] se desencantaron con el under de Seattle, y abandonaron su carrera en 1989", escribió Mark Arm, de Mudhoney, en las notas de una retrospectiva reciente en Sub Pop. "No tenían nada que ver con el grunge. Hacían lo suyo. Todavía los extraño." Daniel Kreps
47. Fecal Matter
'Illiteracy Will Prevail' 1986
Cinco años antes de Nevermind, Kurt Cobain había abandonado la escuela y grababa demos en cuatro canales en la casa de su tía, Mari Earl. Llevaba años documentando su música, golpeando una valija con cucharas de madera como si fuera una batería. Pero Illiteracy Will Prevail, un demo de 1986 que hizo con el baterista de los Melvins, Dale Crover, en lo de Earl, subió considerablemente la apuesta. Los riffs enormes, pesados y bañados en distorsión que serían luego emblemas de Nirvana ya están ahí en canciones como la raída y metalera "Bambi Slaughter" y en la miniatura de hardcore deconstruido "Instramental", al igual que la prosa sardónica y surrealista de Cobain ("Regurgitá el vómito de esa materia horrible/ Antes de que el fiscal cierre el caso", gruñe en "Blathers Log"). Si bien nada en estas cintas anticipa el futuro estrellato, las canciones capturan la intensidad salvaje y la excentricidad juguetona de Nirvana. Esto es grunge antes de que nadie se lo imaginara. H.S.
48. Veruca Salt
'American Thighs' 1994
Cuando las mejores amigas Louise Post y Nina Gordon formaron una banda, iban camino a ser la versión de Chicago de las Indigo Girls, pero cambiaron el folk amable por un par de pedales de distorsión y fundaron Veruca Salt. Usando irónicamente una frase de "You Shook Me All Night Long", de AC/DC, para el título de su debut de 1994, el grupo grabó el disco con el productor Brad Wood, que acababa de terminar el clásico de Liz Phair Exile in Guyville. Post y Gordon eran dos cantantes y guitarristas obstinadas, y en el disco intercambian armonías descarnadas con la actitud punk de su tocaya de Charlie y la fábrica de chocolate; sumando las baladas, todo confluía en canciones pop absolutamente exquisitas. El single "Seether" era una presentación engañosamente dulce. El grupo luego sería telonero en estadios de Hole, PJ Harvey y Bush, y sus temas serían la banda de sonido para antiheroínas ficcionales de los 90 como Tank Girl. Pero el espíritu se desvaneció luego de que Gordon y su hermano, el baterista Jim Shapiro, dejaran la banda por motivos personales en 1998: "De algún modo, nos rompimos el corazón", dijo Gordon, luego de su reunión 20 años después. "Fuimos como una estrella fugaz", dijo Post. "Aparece en el espacio y de repente... no está más. Hubo que encontrar el camino para volver a la Tierra." Como descubrirían muchos grupos de grunge, quizás la verdadera furia fuera su ascenso demasiado rápido al estrellato. S.E.
49. Toadies
'Rubberneck' 1994
El grunge ya había desplegado sus alas cuando los Toadies lanzaron su disco debut por Interscope en 1994, un año en el que discos accesibles de grupos como Live, Bush y The Offspring inundaron el mercado. Pero Rubberneck era otra cosa, un disco ominoso que por momentos podía ser incómodo, especialmente comparado con el rock radial. Escuchar al cantante Todd Lewis gritar "¿Te gustaría morir?" en "Possum Kingdom", una canción sobre un vampiro asesino que se convirtió en hit, era desconcertante. "Me encanta que la voz de Todd Lewis sea sexy, sucia, borracha y rota", le dijo Kelly Clarkson a Los Angeles Times en 2007, señalando a los Toadies como su grupo preferido. Pero es el modo en el que mezclaba el sonido de Seattle con guitarras a lo ZZ-Top lo que hace que Rubberneck sea tan vital, aun cuando su temática subyacente sea la muerte. J.H.
50. Mother Love Bone
'Apple' 1990
Andy Wood, el líder de Mother Love Bone, soñaba con ser una estrella de rock, pero murió de sobredosis de heroína antes de que saliera el primer disco de su banda, Apple. Sus compañeros Jeff Ament y Stone Gossard lograron vivir su fantasía como miembros de Pearl Jam, y el éxito de ellos hizo que muchos investigaran y descubrieran sus raíces en Mother Love Bone. Lo que escucharon fue un disco notable que se inspiraba tanto en Led Zeppelin como en la escena alternativa de los 80. Si Wood hubiera vivido más, el grupo podría haber sido grande en los 90. "A veces pienso en Andy", le dijo Eddie Vedder a RS en 1993. "Le iba a ir muy bien, y él no lo sabía. Hay una canción suya que me enorgullecería cantar." Siete años después, incluyó "Crown of Thorns", de Mother Love Bone, en los shows de Pearl Jam, llevando la música de Andy Wood a los estadios a los que estaba destinada. A.G.
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