El regreso a las raíces de Kendrick Lamar, los standards de Bob Dylan y la confirmación de Lorde como estrella pop. Revisá la lista completa
1. Kendrick Lamar
'Damn.'
Aparentemente cansado de tener que transformar una y otra vez el hip hop con óperas conceptuales, explosiones eléctricas a lo Miles Davis o balbuceos electrónicos tipo Flying Lotus, Kendrick Lamar toma en Damn. un camino más clásico hacia la música rap. Si To Pimp a Butterfly fue el mejor disco de rap de 2015, Damn. es la idea platónica del mejor disco de rap de 1995, un despliegue deslumbrante de rimas, diatribas para generar conciencia política, autoexámenes y bombos salvajes. Kendrick tiene muchos talentos –estrella pop, poeta de vanguardia, gimnasta lírico, narrador–, pero aquí explora lo que tradicionalmente conocemos como “rapero” más que en ningún otro álbum. Las rimas de canciones como “DNA.”, “Element.”, “Feel.”, “Humble.” y “XXX.” son rápidas, furiosas y casi puristas en su naturaleza. Cuando los “compases” parecen pasados de moda, en la era de la herrería políglota de las canciones de Drake, los alargamientos silábicos boligoma de Young Thug y el graznido robótico expresionista de Future, Lamar construye un puente hacia el pasado.
2. Bob Dylan
'Triplicate'
La tercera incursión de Bob Dylan en canciones anteriormente registradas por Frank Sinatra no sólo es el mayor conjunto de grabaciones nuevas que jamás haya editado (un total de 30 canciones distribuidas en tres CDs), sino que también es majestuosa por derecho propio. Dylan se mueve en esta zona –la de Sinatra, y también la de compositores de standards como Irving Berlin, Jerome Kern y Hoagy Carmichael– como por un territorio a explorar y dominar. “Suave” no es una palabra que uno usaría para describir la voz desgastada de Dylan. Sin embargo, su fraseo suena tan efectivo como el del propio Sinatra.
3. Lorde
'Melodrama'
A los 20, Lorde señala un nuevo orden desde el principio, con acordes solitarios de piano allí donde Pure Heroine era pura paleta electrónica. Esos acordes abren el single “Green Light”, un mensaje punzante a un ex que no se puede sacar de encima. La canción crece hasta transformarse en un viaje electroacústico, y su cántico multitudinario y procesado –“I want it!”– recuerda a otra cantautora precoz, literaria y amante de los sintetizadores, Kate Bush, que en 1982 repetía “I want it all!” en “Suspended in Gaffa”. Lorde lo quiere todo: paisajes majestuosos de electrónica y cosas pequeñas hechas a mano.
4. El Mató a un Policía Motorizado
'La síntesis O’Konor'
Tal vez no sea una sorpresa que El Mató haya grabado el mejor disco de rock argentino de 2017, pero sólo porque ellos lo hicieron parecer muy natural. La síntesis O’Konor combina las mejores armas que mostró la banda a lo largo de su primera década –esa búsqueda personal de la melodía perfecta filtrada por el krautrock y cierta épica punk– con una definición sonora nítida y llena de matices. Las canciones, atravesadas por un romanticismo herido, no tardaron en convertirse en pequeños clásicos. El Mató encontró la forma de crecer sin perder la frescura.
5. LCD Soundsystem
'American Dream'
Después de la despedida en el Madison Square Garden en 2011, este retorno de LCD marca una continuidad respecto de los tres primeros discos de la banda. Y eso es una gran noticia. James Murphy se hace cargo de casi todos los instrumentos y graba un nuevo viaje sentimental por el rock con sintetizadores. La apertura de “Oh Baby” (tributo a Suicide) nos dice que el disco será épico, celebratorio y un poco triste. De nuevos himnos post-punk como “Tonite” al homenaje a Bowie de “Black Screen”, American Dream resalta como una de las colecciones de canciones más bellas del año.
6. Charly García
'Random'
El comienzo de Random parece venir de otra parte, con el sampleo de una misión espacial y esa melodía de cuna que da pie a la voz de García, que suena como la de un viejo sabio que viene a contarnos historias raras antes de dormir. “La máquina de ser feliz” inauguró 2017 y a eso le siguió el lanzamiento de un disco con sabor a milagro. De pronto había canciones nuevas de Charly García en la calle, y sonaban perfectamente bien. Entre su clásica poética del yo (“ahora que estoy rehabilitado...”), melodías tersas y hits inesperados (“Lluvia”), Charly volvió del Otro Lado para dar una nueva prueba de su genio.
7. Beck
'Colors'
Con este regreso a los discos festivos (una categoría en la que mandan sus clásicos de los 90 Odelay y Midnite Vultures), Beck reinicia su máquina cromada de pop diverso y bailable. Guitarras de rock de los 70, electrofunk, melodías new wave, rap blanco bastardo y su voz como la marca de agua de este collage orgánico. La mano del productor Greg Kurstin (conocido por su trabajo con Adele) se nota en el tono integral del álbum, pero obviamente es el songwriting de Beck el que define la esencia de la obra, tanto en el pulso dance de “Up All Night” como en la balada directa y post beatle “Fix Me”.
8. Juana Molina
'Halo'
“Un día voy a ser otra distinta/Voy a hacer cosas que no hice jamás/Voy a cantar las canciones sin letra/Y cada uno podrá imaginar”. La profecía personal de Juana Molina en su hit de 2008, “Un día”, llegó a una concreción algo oblicua en Halo, su séptimo disco. Molina encontró una nueva síntesis de su patchwork electroacústico y ocultista con canciones con voz y sin palabras –“In the Lassa”, “A00 B01”, “Andó”– y otras con relatos sugerentes de rupturas (“Estalactitas”) y reconquistas mágicas (“Paraguaya”). El resultado fue el mejor hechizo de su discografía.
9. Los Espíritus
'Agua ardiente'
Para la escena independiente, 2017 fue el año de Los Espíritus. La banda refrendó sus promesas con este disco envolvente, una colección de blues chamánico, folclore psicodélico y rock profundo de cocción lenta. La guitarra de Miguel Mactas se vuelve magistral en “Perdida en el fuego”, con un trasfondo humeante de western, mientras las voces de Maxi Prietto y Santi Moraes alternan planos en “La rueda”, en la que se mezclan los espectros de Pappo’s Blues e Intoxicados. De ahí hasta el final de “El viento”, Los Espíritus viajan a la velocidad de su boogie hippie que0 anuncia la posible salvación del rock argentino.
10. Queens of the Stone Age
'Villains'
Los Queens llamaron al productor Mark “Uptown Funk” Ronson y salieron del estudio con un groove nuevo, mucho más bailable. La influencia de David Bowie sobrevuela todo el álbum, desde el fraseo de Josh Homme como nueva estrella glam hasta el krautrock sinuoso que el Duque Blanco creó como productor de Iggy Pop durante sus años dorados en Berlín (y el líder de los QOTSA retomó el año pasado en Post Pop Depression, su disco con la Iguana). Las guitarras apabullantes siguen ahí, pero la banda ya no sólo agita la cabeza: también aprendió a mover los pies.
11. Jay-Z
'4:44'
Un rapero multimillonario decidido a matar a su ego no es algo que se vea todos los días, pero acá Jay-Z reapareció arrepentido mientras le pedía perdón a Beyoncé, su esposa, por las infidelidades del pasado. Más allá del reality sórdido (hay mensajes para su madre, su cuñada y Kanye West), el álbum establece un tono de calidez familiar gracias al sampleo de clásicos de la música negra como Stevie Wonder y Nina Simone. Y, cuando retoma brevemente su interés por el poder, todavía es capaz de frases como: “¿Qué es mejor que un multimillonario? Dos/Especialmente si son del mismo tono que vos”.
12. St. Vincent
'Masseduction'
La más visceral de las cantautoras surgidas del indie rock de este milenio hizo una obra maestra de intimidad confrontacional y sonidos abrasivos llevados al pop. Fiel a su estilo de guitarras retorcidas, sintetizadores distorsionados y beats gélidos, Annie Clark inspeccionó su relación con el sexo, las drogas y el poder en canciones de letras crudas, tan incómodas como fascinantes. “A veces me paro en el borde del techo/Y pienso en saltar sólo para lastimarte”, dice con dolor en “Smoking Section”, un relato trágico que, a su modo, deja entrever algo parecido a una luz de esperanza.
13. Gorillaz
'Humanz'
Otro shock futurista del grupo de dibujos animados de Damon Albarn , cuya amplitud salvaje a la hora de convocar invitados tuvo esta vez un sesgo refrescantemente juvenil: voces nuevas y desafiantes como las de Vince Staples, Kali Uchis, D.R.A.M., Popcaan y Kelela se subieron a esta especie de mixtape fiestero para seguir abriendo fronteras y musicalizar un mundo imaginario (pero no tanto) que se derrumba irremediablemente. La energía del álbum rara vez se cae a pesar de sus 26 temas, convirtiendo a Humanz en una de las mejores mezclas de rap y rock de la historia.
14. Lana Del Rey
'Lust for Life'
La popstar lúgubre se entregó a la nostalgia y el reverb en un disco de texturas cálidas y ritmos lacónicos que recuerdan al pop de una era anterior al rock. Es casi como un disco de los Walker Brothers, sólo que con toques de trap y alusiones a los problemas de la vida moderna.
15. Pez
'Pelea al horror'
Del hard rock musculoso a la calma folk, pasando por la psicodelia progresiva y la patada stoner, Minimal y los suyos arremetieron contra el poder con un collage vital y sugestivo de matices y un ensayo inconformista de verba caliente como su historia.
16. Liam Gallagher
'As You Were'
Ocho años después de la caótica ruptura de Oasis, Liam puso su emblemática voz al servicio de canciones que se atienen a la fórmula de su ex banda, decidido a mantener vivo su sueño. Por momentos incluso lo vigoriza, como en el acid-folk de “Chinatown”.
17. Foo Fighters
'Concrete and Gold'
En su disco más balanceado hasta el momento, Dave Grohl suelta bombas de punk de estadios al mismo tiempo que deja salir a la Nina Simone que tiene adentro en joyas de soul acústico, sin que invitados de la talla de Paul McCartney y Justin Timberlake puedan opacarlo.
18. Miranda!
'Fuerte'
Ale Sergi surfeó la era de las playlists en un álbum que se hamaca entre el sonido disco, el rock nacional de los 80 y un licuado de ritmos latinos, como una criatura freak que adapta el pop a sus reglas.
19. John Mayer
'The Search for Everything'
Mayer le hizo frente a una ruptura volviendo a su modo soulero y reflexionando de manera intensa. Como dijo él, más que un disco de separación es “un estudio de la metafísica del amor ausente”.
20. Dante
'Puñal'
En su trabajo más personal y arriesgado, Dante Spinetta diseñó una obra oscura de neo soul y trap con arreglos sinfónicos, en la que expone sus heridas de amor para transformarlas en canciones.
21. Roger Waters
'Is This the Life We Really Want?'
El primer disco de rock propiamente dicho de Waters en casi 25 años es una respuesta a la era de Trump y un álbum conceptual tan oscuro y distópico que hace que The Wall parezca un cuento para chicos.
22. Residente
'Residente'
René Pérez fue a buscar artistas de los 10 países que componen su identidad genética y, en ese proceso antropológico, encontró una paleta sónica excéntrica para reinventarse como activista global después de Calle 13.
23. Kesha
'Rainbow'
Tras las acusaciones de abuso a su productor Dr. Luke, Kesha resurgió con este disco en el que combina pop fiestero, country de Nashville y retro soul, y se convirtió en la última feminista rebelde del Top 40.
24. Santaolalla
'Raconto'
Con una performance vocal descollante, Santaolalla retomó su faceta de cantante y celebró casi 50 años de carrera reinterpretando en vivo temas clásicos de Arco Iris y recuperando rarezas de su amplio repertorio.
25. Lil Supa
'Serio'
El MC venezolano emprendió un viaje por diferentes atmósferas –del boom bap al soul y el jazz– y encontró esta obra maestra, una avalancha incontenible de rimas lúcidas y filosas sobre el estado del rap latino.
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