Lollapalooza Argentina 2025: del increíble parecido del hijo de Bono con su padre a la promesa de Shawn Mendes

Aunque la amenaza de lluvia fue constante, la lluvia llegó recién sobre el final de la jornada, una vez que Shawn Mendes terminó su show. Antes hubo algunas gotas e incluso la aparición del sol en modo sunset, para producir miles de postales instagrameables.

Lollapalooza Argentina 2025 vivió el segundo día de festejos por sus diez años, con puntos muy altos como los de Tool, el citado Mendes y Wos.

Wos salió a pelearle al toro con temas fuertes, con la distorsión potente que tiene en uno de los switches de su banda, luego tiró los matices de su poética y más tarde sacó de la manga sus hits y otros recursos.

El público saltó con temas como “Canguro” y “Cambiando la piel”, volvió a emocionarse con los versos de “Arrancármelo”, tan caros al sentimiento futbolero en tiempos mundialistas, y luego arremetió con bloques de freestyle, que es su gran especialidad, y con un duelo de beatbox entre su garganta y los parches del baterista de la banda. Un show impecable, de principio a fin.

En el otro extremo del Hipódromo de San Isidro, el escenario Perry’s sufría una fuerte metamorfosis. Porque los cierto es que, siendo el escenario más “electrónico”, el agua que suele correr en las fiestas electrónicas se tiñó imaginariamente con fernet. Directamente desde Villa Dolores, Córdoba, llegó La K’Onga y ganó el escenario. Hizo un cambio rotundo en la segunda noche de Lolla 2025. Los sonidos graves de la música electrónica parecieron quedar seteados en el Perry’s y fue por eso que el cuarteto se transformó en una especie de house atravesado de a ratos por un drum&bass cordobés. Los bajos y la percusión quedaron sobrealimentados y eso, fuera de ser un problema, le dio un color extra a La K’onga. El resto fue una hora de grandes éxitos, que el público más adepto coreó con fuerza. “El mismo aire” abrió el show. Siguieron “La cabaña”, “Tengo que colgar” y “Otra noche”, y hasta algún clásico de José Luis Perales, “¿Y cómo es él?”, se coló en el medio. Y como estos transerranos son muy amigueros, también tuvieron invitados especiales en su actuación: Emanero y, hacia el final del show, el portorriqueño Pedro Capó.

Shawn Mendes hizo delirar a sus fans

Para las 22:25, Shawn Mendes concretó su segunda visita a la Argentina desde su debut en el país en aquel Movistar Arena de 2019, iniciando así el cierre del segundo día del festival desde el escenario Flow. “No hemos sentido esta energía en mucho tiempo, es una locura, gracias”, expresó el artista canadiense, que a lo largo de una hora y media de show desplegó todo su carisma e hizo cantar a sus fans un puñado de canciones que forman parte de la carrera que ha forjado hasta el momento. Tan solo él con su guitarra, con una puesta sencilla y dejando que las letras, su gran talento vocal y su actitud escénica lleven adelante la performance.

Así es como el recorrido fue desde hits clásicos de sus comienzos como “There’s Nothing holdin’ me back”, “Treat you better” y “Señorita” hasta un set acústico con temas como “Isn’t that enough” y “Why why why” de su último álbum, Shawn.

“Prometo volver y aprenderme el resto de la canción”, dijo con una sonrisa luego de entonar una pequeña estrofa de “Gracias a la vida”, aquel himno de Violeta Parra que quedó inmortalizado por Mercedes Sosa, dejando así la promesa esperanzadora de un posible regreso. Si hay algo que sostuvo y que marcó toda su performance fue la intención de conectar en todo momento con el público que lo esperó durante seis años: soltó algunos “Te amo mucho” en español, bajó más de una vez a saludar a sus fans desde cerca y hacia el final del show se colgó la bandera argentina.

Para las huestes metaleras

El esperado y demorado debut de Tool en Argentina se dio en un contexto impensado: como parte de la grilla de Lollapalooza en un cartel que tiene como artista principal a Shawn Mendes. Pero nada de eso pareció ser de importancia. Apenas se desató el riff de “Stinkfist”, la comunión entre banda y público quedó sellada. Con 35 años de historia y un lugar ganado en el podio del metal progresivo, los formados en California sonaron fuerte y ajustados, tal como lo indica el manual del rock pesado. “The Pot”, “Fear Inoculum” y “Rosetta Stoned” fueron parte de una lista de temas que combinó arenga y climas sin perder nunca la efectividad.

El otro aporte metalero de la jornada lo brindó Sepultura, la banda de trash metal oriunda de Brasil que supo ganarse un lugar en las grandes ligas del heavy.

Show de drones

Antes de que comenzara el show de Teddy Swims en el escenario Alternative, llegó el ansiado momento Wow, tal como se lo difundió previamente a la prensa. Se trató de un impactante show de drones que formaron diversas figuras en el cielo del Hipódromo de San Isidro, desde un corazón hasta la palabra “love” y un mensaje final por las 10 ediciones de Lollapalooza Argentina.

Tras el show, otro más, precisamente el del norteamericano Teddy Swims, que sorprendió gratamente a todos con su neo soul pegadizo.

Una par de horas antes, navegando entre canciones en inglés y en español, la banda de indie pop The Marias se apoderó del escenario Flow. A las 17.45, “seteando” el mejor clima para la golden hour con un sonido envolvente y onírico, haciendo temas propios como “Heavy” de su primer álbum Cinema, “Lejos de ti” de su último disco Submarine y una versión del hit “Lovefool” de The Cardigans. “Gracias por escuchar nuestra música, es nuestra primera vez aquí en Buenos Aires y la verdad que nos ha encantado”, expresó la cantante Maria Zardoya, que también entonó “Otro atardecer”, la canción en la que la banda colaboró junto a Bad Bunny en 2022 para Un verano sin ti.

Los primeros shows de la tarde

Corrían los primeros minutos del mediodía y el Hipódromo de San Isidro abría sus puertas a la segunda jornada del festival Lollapalooza, que ayer cerró su primera jornada dejando la vara bastante alta con las magnéticas presentaciones de Alanis Morissette y Justin Timberlake.

Con el día más nublado que ayer apaciguando el calor, la música empezó a teñir de color el día y los asistentes comenzaron a recorrer el predio desde temprano -algunos por primera vez, otros ya pudieron ver algunas pistas el día anterior- para ver las distintas propuestas que empezaron a activarse, ubicar los diferentes escenarios y organizar el schedule para ver a sus artistas favoritos.

Con algunas miradas que empezaron a amontonarse y directo desde la provincia de Córdoba, quien abrió el Flow Stage fue Juan López, artista que viene de participar en Por cesárea, segundo disco de Dillom, y que comienza a hacerse lugar en la escena nacional del indie urbano. Encendió el escenario con actitud sencilla pero de marcada presencia, guitarras y predominancia de rock alternativo, invitando a subir a su colega Ill Quentin y presentando su último álbum, Culiado. En otra esquina del predio apareció en el Alternative Stage la artista porteña Juana Aguirre con su particular fusión entre el folk y el indie.

Muchos aprovechan para probar las diversas propuestas gastronómicas que ofrece el festival, como los distintos foodtrucks y la nueva incorporación de Lolla Dine, un espacio exclusivo para mayores de 18 años con ubicación y vista privilegiadas.

Cerca de las 15 también comenzaron a llenarse Las Casitas, donde predomina la música electrónica fusionando una amplia variedad de géneros, desde house y techno hasta influencias de hip hop, jazz-funk y folktrónica.

Como todos los años, los más pequeños tienen dedicado un lugar especial en el festival. Kidzapalooza presenta diversas actividades tales como talleres de instrumentos, de artes y de cerámica, así como también shows en vivo, que hoy tienen su cierre con la presentación de Panam y Circo.

Cayeron algunas gotas pero nada detuvo la performance de Luz Gaggi, que irrumpió en el escenario Flow con “Altar”, su particular versión ya conocida de “Billie Jean” de Michael Jackson, y “Valentino”, su último lanzamiento, desplegando todo su poderoso talento vocal y su presencia escénica, a puro soul, pop y hip hop. Tampoco se detuvo Balthvs, banda colombiana que invade con sus ritmos experimentales el Alternative Stage.

En el escenario Samsung, Dum Chica desplegó toda su rebeldía post punk y plantó bandera proyectando en una pantalla los colores de la comunidad LGBT y la imagen intervenida del presidente Javier Milei como si se tratara de belcebú. Vale aclarar que esto fue idea de la banda y la producción del festival no tuvo responsabilidad en el hecho. En la otra punta, la cantante Elena Rose, conocida por su hit “Me lo merezco”, hizo homenaje a su raíces venezolanas colgando los colores de ese país en el Perry’s.

Un tal Hewson

Elijah Hewson tiene el mismo corte de pelo que su famoso padre tenía en los 70. Está al frente de Inhaler, la banda oriunda de Dublín como la de papá Bono, U2. Está al frente del quinteto Inhaler y lo primero que dice cuando sale a escena es “Hola, ¿qué onda?”, en un correcto castellano. Rock británico con preponderancia de guitarras, buenas melodías, estribillos que llegan en el momento justo y un frontman que tiene todo para convertirse en ídolo por derecho propio.

Antes del set de Inhaler, programados en uno de los escenarios principales, en el Alternative Stage se lució Artemas. El proyecto del greco-chipriota Artemas Diamandis se despachó con sus hits “If U Think I’m Pretty” y “I Like the Way You Kiss Me” y mostró todas sus cartas: un pop & rock por momentos oscuro y en la línea de Placebo y por otros más electrónico y en sintonía con propuestas más masivas y cercanas a cantantes como The Weeknd.

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