Lollapalooza 2018: Mac DeMarco, la última estrella del indie; Mac Miller, los matices del rap
Remera roja, gorra sport, medias naranjas y los pantalones tan altos como el sonido. El abuelo los usaba así, es cierto, pero en su tiempo no era ni cool, ni vintage. Mucho menos indie. Parece que el indie está en retirada en Lollapalooza 2018 , por eso algunos siguen la performance de DeMarco -ya un viejo conocido de estas tierras- como si se tratara de una despedida.
Su música acompaña el clima, con ese mood de ensueño de tarde de sábado, que es precisamente el momento que estamos viviendo. El aquí y ahora es soleado, húmedo y tan caluroso como para que nadie se olvide de que aun es verano. La tormenta es un futuro incierto y la única certeza en el escenario Alternative es la solidez del quinteto que comanda el bueno de Mac. La calma que domina la escena, ese folk lejano que zumba en nuestros oídos, desaparece de un plumazo cuando DeMarco se despierta de la siesta. Tiene un apetito voraz y lo transmite con música. El abuelo no podría hacerlo, por más que use los pantalones como el chico mimado del viejo indie. Podrán decir que está en retirada y quizás con orgullo digamos que fuimos testigos.
Exageraciones aparte (de uno de los cronistas que firma estas líneas) hay mitos y realidades, como en toda escena musical. Cuenta la leyenda que en un viejo festival argentino (tiene más de 50 ediciones) hay un brujo al que convocan para que haga uso de sus habilidades esotéricas cuando el clima atenta contra las noches de música folclórica.
Quizás el festival Lollapalooza tenga uno a mano para contingencias como las de su segunda jornada. Porque las amenazas de lluvia eran muchas pero repentinamente durante la tarde el cielo se despejó y permitió que muchos pudieran disfrutar de varias bandas, tirados al sol. Y como si hubiera estado todo muy bien pensado, Metronomy pareció ser la banda ideal para esa resolana que luego se convirtió en sol pleno, con intensidad. La banda puso al público a mover los pies y cuanto más bailable era su propuesta (sin que fuera una fiesta electrónica, claro, porque su show no tiene nada que ver con eso), mejor respuesta tenía de la gente. Con su pulso casi constante, le puso color a esas pocas horas de veranito.
Ante los malos pronósticos, la producción del festival decidió adelantar algunos conciertos y eso hizo que la grilla se concentrara en una franja horaria mucho más acotada. "A las 10 de la noche esto tiene que terminar", era la consigna. Por eso el Hipódromo estaba casi colmado para las cinco de la tarde, con gente que iba masivamente de un escenario a otro (esto es algo que en días sin amenaza de tormenta suele ocurrir, pero mucho mas tarde). La situación permitió que músicos debutantes en estas tierras, como Khalid, tuvieran más público durante su show del que se podría haber esperado. Aunque su carrera es incipiente, la barba tupida, un mameluco camuflado que eligió para este concierto, la fuerza de su banda y su seguridad escénica lo hicieron parecer un artista con más horas de vuelo. Su set de una hora tuvo dos momentos bien diferenciados, bien arriba al comienzo y al final y una especie de meseta que por momentos le ahuyentó algo de público en el medio, incluso a pesar de las coreografías de dos porristas (sí, como en los espectáculos deportivos) que hasta bailaron los temas lentos.
El otro Mac
"Mi nombre es Mac Miller. Esta es mi primera actuación aquí", (lo mismo que Khalid pero con otro historial en la música). Pasenla bien, no se asusten ni sean tímidos", dijo este pichón de Eminem que tiene carácter y carisma y su música cuenta con buenos matices, desde un comienzo que los de más edad podrían relacionar con Cypress Hill y lo menos extravertido de Arrested Development, hasta la estética actual del hip hop. Y por momentos también puede ser un buen showman. Logra que el público coree sus temas cuando se convierte en una especie de Beastie Boy. La suya fue una buena performance dentro de esta segunda jornada pallooza.
Con Flea y Anderson .Paak en el bar El Emergente
Lolla brinda sorpresas que muchas veces se producen a varios kilómetros del Hipódromo de San Isidro. En la noche del jueves, antes de la extensa jornada inicial del festival, Mac DeMarco, el bajista de Red Hot Chili Peppers, Flea y el rapero Anderson .Paak se encontraron en el bar de Palermo El Emergente para cruzarse en una intensa zapada.
Loco, Mac Demarco, Anderson .Paak Y FLEA en una misma jam. Her mo so.
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