En una charla mano a mano con LA NACION, la artista habla de su camino al éxito, de su experiencia en China, del poder femenino en la música actual y de su amistad con Tini y María Becerra
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El termómetro en Buenos Aires marca casi 35 grados, pero en el hotel del centro porteño en donde sucede el encuentro, un jardín con frondosos árboles y una cascada de agua crean un clima perfecto para una conversación distendida. En una de las mesas ubicadas bajo una glorieta está Lola Índigo, la cantante española que en estos últimos meses conquistó Argentina con su música.
“Nunca había visitado Argentina y Buenos Aires me gusta mucho, como para venirme a vivir. El ritmo de la ciudad y su gente van conmigo”, asegura mientras bebe una bebida energética que la ayudará a sobrellevar no solo el cansancio lógico de la diferencia horaria con España, sino las altas temperaturas tan inusuales para la primavera. “Fui a Puerto Madero, a Palermo, más que nada eso, porque siempre que salgo vamos para la zona de Palermo”, le cuenta a LA NACION.
Lleva cuatro días en el país y ese tiempo fue más que suficiente para que se enamore de la cultura y la gastronomía. “Comí carne, salmón, postres de dulce de leche, alfajores, de todo un poco”, enumera antes de mencionar otra de las cosas que más le gustó de su viaje. “Los fans de Argentina son lo más. Fueron a recogerme al aeropuerto, me trajeron comida, me siguen a donde saben que estoy... ¡Son increíbles!”, afirma con la ilusión de poder venir pronto a hacer un show. “Creo que será el año que vine. Tal vez se puede dar en breve una situación para que pase, a mí me gustaría mucho”.
-¿Cómo fue reencontrarte con tus amigos y colegas argentinos?
-Muy guay. Con Tini salimos a cenar juntas y fue muy divertido porque pudimos ponernos un poco al día, nada relacionado a lo profesional sino cosas nuestras personales, tuvimos charlas de amigas. Me puso muy feliz verla aquí, porque al igual que cuando viene a España que yo trato de ser la mejor anfitriona posible, ella lo hizo acá. Después me encontré con María Becerra cuando estuve en la casa de FMK, en el estudio con los chicos y con Big One. Nunca la había visto en persona a pesar de que grabamos juntas “High” y me dio mucha ternura, me hizo mucha emoción y me ilusionó mucho porque la admiro desde hace tiempo y además creo que es una niña muy generosa y talentosa. Estuve también con Emilia y Duki.
-¿Te gustaría colaborar con alguno de ellos?
-Sí. Con Big One tengo pendiente mucho trabajo. Después me gusta mucho Tiago PZK. No sé... es que son todos muy talentosos, pero con Tiago PZK estoy terriblemente enganchada con todo su proyecto ¡Me encanta! Es muy lindo y canta muy bien.
-En los últimos años, dentro de la industria de la música, las mujeres latinas han ido tomando cada vez más fuerza gracias a la unión entre ellas ¿Cómo vivís esta etapa de sororidad y colaboración?
-Con mucha alegría porque era hora de que se empezara a hacer. Cada vez se cuenta más con las chicas para los remix y eso es bueno, porque además de lo que hacemos entre nosotras, también es importante que nuestros compañeros hombres nos apoyen. Creo que artísticamente siempre que se juntan mujeres el resultado es muy bueno. Es importante que se cuente con nosotras en las playlist, en festivales, que haya una igualdad de oportunidades.
-¿Sentís ese apoyo que mencionabas de los cantantes hombres?
-Sí, pero no de todos. Aunque la verdad es que una gran parte de los chicos está ahí para apoyar.
El largo camino al éxito
-Muchas veces la gente ve la fama pero no sabe del largo camino recorrido para llegar. ¿Cómo fue el tuyo?
-Fue bastante difícil. Yo empecé dando clases de baile para pagarme mis cosas, luego me fui a China a trabajar como bailarina para ahorrar y poder irme a estudiar a Los Ángeles. Estuve muchos años de mi vida viajando para buscar un futuro como bailarina y al final la vida me llevó a lo que sentía adentro realmente, que era ser cantante. Yo me fui de China porque, aunque no me atreviera a reconocerlo en ese momento, el sueño que yo tenía era hacer algo mío, no trabajar para los demás.
-De niña en Huétor Tájar, ese pueblo de Andalucía que te vio crecer, ¿soñabas con que podías llegar a vivir todo lo que te está pasando hoy?
-Siempre he creído mucho que era posible. Era la amiga pesada que bailaba, cantaba y que tenía muchos pájaros en la cabeza. Cuando somos chicos, lo que se nos enseña constantemente es que es un mundo muy complicado y que es muy difícil llegar. Todo el mundo estaba con el no, pensando que no era tan posible, al menos en el entorno que yo tenía por aquel entonces. Fue una lucha y al final uno tiene que creer ciegamente en lo que quiere conseguir.
-¿Cómo te tomabas esa negatividad del entorno ante tus ilusiones?
-Me la resbalaba un poco, la verdad. Siempre he sido muy testaruda, soy de Aries y me da un poco igual. Y aquí sigo testaruda, porque todavía hay gente a la que le gusta creer que no se pude, gente a mi alrededor que sigue pensando eso. En los colegios también sigue habiendo bullying, porque en casa le dicen a los niños que esas cosas son una tontería y luego en la escuela se burlan de aquellos que se salen un poco del molde.
-¿Cuándo eras chica se burlaban de vos?
-Si, me decían que como iba a ser bailarina y cantante, que quién me creía que era y que además, con lo gorda que estaba, no iba a poder hacer todo eso. Por suerte cuando era niña tenía mucha más seguridad que ahora, porque ahora me siento más observada. Bajo la mirada y la crítica pública estoy mucho más expuesta.
-¿Te cuesta vivir con la exposición que genera la popularidad?
-Depende, porque creo que hay que relativizar. A veces nos pensamos que cuatro comentarios de Twitter son una cosa gigante y no, aunque 2000 comentarios tampoco lo son. Es gente que al final está en su casa aburrida y ya. No son 2000 personas que van a comprar o no entradas para ir a verte a un concierto. Creo que al final he relativizado mucho cuando se me ha hecho un juicio por algo que he dicho, porque yo me siento libre de opinar y lo hago como todo el mundo. Que sea una persona pública no quiere decir que no pueda expresar lo que pienso y que no me pueda equivocar. Siento que a la gente le cuesta asumir que todos nos equivocamos y hay una falta de empatía muy grande. Están las cancelaciones y esas cosas, pero no saben cómo te afectó lo sucedido. Nadie es un santo.
Entre nuevas canciones y una pandemia
-¿Cómo fue el proceso de ir sacando las canciones de tu nuevo disco, La Niña, durante la pandemia?
-La verdad, el shock lo tuvimos realmente cuando volvimos y nos dimos cuenta que la gente cantaba las canciones. Normalmente, cuando sacamos un tema, al día siguiente o al poco tiempo estamos en el escenario cantándolo en un show. Ahora entre eso y el vivo pasó mucho tiempo y fue muy bonito, muy guay volver a los escenarios y escuchar a la gente cantarlas. Y eso que el verano pasado solo tuvimos cinco conciertos, cuando veníamos de hacer cincuenta.
-¿Cómo viviste todo lo que conllevó la pandemia, como por ejemplo, pasar de cincuenta a cinco shows?
-Para mí la pandemia fue un poco parar en todos los niveles. Venía trabajando mucho y tenía tanto para sacar, que justo cuando comenzó la cuarentena me puse a distribuir mi música como loca y todo salió disparado. No pasé momentos de inspiración ni nada como esa gente que se metió a componer como loca, yo no estaba para eso. Hice deporte, comí sano, miré mucho Netflix y descansé.
-En La Niña contás con colaboraciones de grandes artistas como Rauw Alejandro, Tini, Belinda y Khea, entre muchos otros. ¿Cómo los elegiste para que formen parte de este disco?
-Colaborar siempre es una experiencia muy guay, al menos para mí que tuve la suerte de elegir cantar con gente que se ha comprometido con la canción. Creo que no mola nada cosas como las que le han pasado a compañeros, de invitar personas que luego no les promocionan nada; para eso no te montes. Pienso que por eso tiene que haber primero un vínculo afectuoso o amistoso, que haya un feeling, que sepas que les gusta tu proyecto de corazón. Yo me he llevado algún desengaño y no me ha gustado, al final son temas que no los he sacado.
-¿Hay alguien con quien sueñes colaborar alguna vez?
-Con Lil Nas X me encantaría, pero es muy difícil, sobre todo porque no hablamos el mismo idioma. Aunque ahora está pasando, por ejemplo Camila Cabello sacó una canción con Mike Towers, Camilo con Shaw Mendes y Selena Gomez. Hay que ver si ellos se animan a cantar en español. Creo que hay que seguir empujando la música latina para que continúen abriéndose las puertas.
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