Lo difícil de ser parte de King Crimson
El cambio permanente en la banda de Robert Fripp
BEVERLY HILLS (The New York Times Syndicate).- Adrian Belew imagina que sabe la razón por la que ha sido el integrante que más duró en el siempre cambiante King Crimson. Después, claro, de Robert Fripp, su fundador.
"King Crimson siempre está en movimiento -explica el cantante y guitarrista, que se unió al grupo en 1981, tras trabajar con David Bowie, Frank Zappa y Talking Heads-. El principal objetivo para Robert es no hacer dos veces lo mismo, y ha usado esta filosofía para conducir la banda desde el primer día. Y esto es lo que me ha hecho permanecer. Sé que, cada vez que hagamos algo, será único y diferente. Es justamente lo que pide todo verdadero artista, y es difícil de encontrar".
De hecho, King Crimson ha estado apartado por más de 35 años de sus pares en el mundo del rock clásico y el rock progresivo, precisamente por su cambiante acercamiento creativo. Yes puede estar contento de martillear a sus fans con "Roundabout" (el tema que abre "Fragile"), pero Fripp y compañía parecen disfrutar el dejar atrás sus pasados éxitos mientras buscan nuevas direcciones en el camino de su música.
No ha sido una ruta fácil. A través de sus 16 álbumes de estudios y muchos discos en vivo y compilados, 18 músicos han pasado por King Crimson en ocho formaciones diferentes. La banda ha sido tanto una incubadora de futuros talentos como un buen destino para reconocidos instrumentistas: el baterista Bill Bruford, por ejemplo, dejó Yes en 1972 para incorporarse al ensamble de Fripp, mientras que otros -incluidos Greg Lake, de Emerson, Lake & Palmer; Boz Burrell, de Bad Company y Ian McDonald, de Foreigner- han utilizado a Crimson como plataforma de lanzamiento para otros intentos. "Es como un campamento, o una academia -dice el bajista Tony Levin, que estuvo en King Crimson entre 1981 y 1984 y, nuevamente, de 1994 a 1999-. Te quedás mientras estás cómodo. O mientras Robert esté cómodo con vos, porque él es el que tiene la última palabra sobre cualquier tema. Pero uno viene aquí porque la música es increíble, tiene aventura, es experimental, sin parámetros ni límites. Nadie nunca va a preguntar "¿cuánto va a vender esto?". La única pregunta que importa es "¿cómo suena esto?""
Sin embargo, King Crimson fue un éxito comercial en su fase inicial. Surgidos de la creativa escena británica tras el "Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band" (1967) de los Beatles, el grupo se formó en 1968, como sucesor de Giles, Giles & Fripp, que había editado un álbum en Gran Bretaña. Fripp y el baterista Michael Giles se unieron con el bajista Lake, entonces miembro de Gods, el multiinstrumentista McDonald y el letrista Pete Sinfield, para formar la primera versión de King Crimson.
Aunque sólo duraron un año, esta formación grabó el más conocido álbum de King Crimson, "In the Court of the Crimson King" (1969), que obtuvo un gran éxito con el extenso tema que da título al álbum y con "21st Century Schizoid Man". El grupo se estaba disolviendo cuando se editó el álbum. Así comenzó el continuo ciclo de cambios que continuaría hasta que se separaron temporariamente en 1974.
"Recuerdo cuando estaba en Yes y los veíamos a ellos -dice Bruford-. Siempre nos preguntábamos quién estaría en la banda ese día. Era extraño y divertido, a pesar de que te daban un poco de pena los muchachos que habían sido despedidos."
A pesar de estas actitudes, la mayoría de los que han trabajado con Fripp minimizan cualquier idea de él como un despótico tirano. "Siempre he sentido que en cuanto a Robert se trata de inspiración, de que algo nuevo y fresco esté sucediendo -dice Levin-. Si no sucede, se harán cambios. Así de simple."
Belew está de acuerdo. "En Crimson, lo máximo que tenés son estas etapas de tres o cuatro años -dice-, y entonces algo tiene que cambiar, y lo reorganizamos. Quizá sea lo que mantiene viva a la banda."
Fripp -que ha tocado en álbumes de David Bowie, Brian Eno, Peter Gabriel y Darryll Hall durante el tiempo en que King Crimson estuvo disuelto- no pretendía relanzar la banda en 1984. Cuando convocó a Belew, Bruford y Levin, fue para armar otro grupo, que se llamaría Discipline. Los tres álbumes del cuarteto fueron aclamados, pero Fripp volvió a disolver el grupo en 1984.
Una década después, King Crimson estuvo de regreso, como lo que Fripp denominó un "doble trío", dos unidades que pueden trabajar individual o colectivamente, en vez de un simple sexteto. El ambicioso concepto duró un álbum de estudio y uno en vivo y desde entonces el grupo ha seguido con Fripp, Belew, el baterista Pat Mastelotto y Trey Gunn en stick, un instrumento de cuerdas que puede ser tocado melódica o percusivamente.
El último lanzamiento de Crimson es "The Power to Believe", uno de los más enfocados al rock fuerte del catálogo de la banda.
"No sé cómo terminamos allí -dice Belew-. Hace dos años y medio, cuando Robert y yo nos reunimos y comenzamos a componer para este disco, la banda se había orientado hacia el heavy-rock debido a sus integrantes. Pat, por ejemplo, es un baterista más de heavy rock que Bill Bruford. Así fue que decidimos componer en función de eso. Comenzamos con música basada en riffs de guitarra y tratamos de convertirlo en algo heavy desde allí. Seguimos puliendo y rearreglándolo, y que todas las piezas importantes encajaran lo mejor posible".
Dice que supieron que el grupo está en el camino correcto cuando salieron de gira con Tool, una banda norteamericana de hard rock que abiertamente reconoce la influencia de King Crimson. "El motivo por el que hicimos la gira con ellos fue ver si existía un público joven para lo que hacemos -dice Belew-. Y nos fue bien, nos indicó que estamos en la dirección correcta."
De todas maneras, es una incógnita qué dirección podrá tomar King Crimson próximamente. El actual cuarteto está llegando al punto en el que previas formaciones se han disuelto, a pesar de que Belew nota que Fripp ha estado contento sobre cómo van las cosas. Igualmente, dice, eso no significa que no haya cambios.
"Los cambios de integrantes son el territorio de Robert -dice riendo Belew-. Pero presiento las cosas y sé que algo va a cambiar. Tengo una pista, pero no quiero ser el que diga algo. Hay algo en el aire, es todo lo que puedo decir. Y cuando Robert decida que es tiempo de decir algo, lo hará, como lo hizo siempre."
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