Litto Nebbia, Tanguito, Los Gatos y la verdadera historia de la canción que fundó el rock nacional
Efectivamente, como dice la leyenda, "La balsa" se compuso en un baño de La Perla, el mítico bar de la zona de Once donde hoy funciona un local de una popular cadena de pizzerías. Fue en 1966, durante una de las tantas madrugadas que Litto Nebbia y José Alberto Iglesias, más conocido como Tanguito, pasaban el tiempo conversando, fumando y tomando unas copas en ese lugar que quedaba abierto toda la noche y era muy frecuentado por artistas, bohemios y estudiantes dedicados a preparar futuros exámenes.
"Justamente por los estudiantes no podías hacer mucho ruido, ni siquiera hablar en un tono demasiado alto, porque te chistaban, como si fuera una biblioteca pública", recuerda hoy Nebbia. "Una noche, Tango me dice que se le ocurrió el inicio de una canción y que me la quiere mostrar para ver si podía ayudarlo a terminarla. Era imposible sacar la guitarra en el bar y ponerse a tocar, entonces nos fuimos al baño".
En ese espacio atípico para la composición Tanguito le cantó a Nebbia una primera línea: "Estoy muy solo y triste en este mundo de mierda", y de inmediato le pasó la guitarra al músico rosarino, que tenía en ese entonces apenas 18 años. "Yo completé toda la música y la letra del tema -asegura Nebbia-. En esa época estábamos ensayando con Los Gatos el repertorio que iba a ser parte de nuestro primer disco, todos temas míos, salvo uno de Moris y Pipo Lernoud, "Ayer Nomás", y "La Balsa", firmado en coautoría con Tango. Tomé esa decisión para que ellos se puedan hacer socios de Sadaic. Yo pensaba que en esos tiempos tan difíciles para lograr grabar un disco, el que primero lo lograra tenía que tratar de impulsar a los otros".
Según Pajarito Zaguri, otro músico que habitualmente participaba de las tertulias de La Perla, Tanguito se inspiró en el bolero "La barca", de José Feliciano. El bolero era una referencia para ese grupo de artistas que también solían frecuentar La Cueva, otro reducto bohemio que funcionaba en avenida Pueyrredón al 1700. "Las primeras canciones de Moris tenían ese corte medio bolerístico", cuenta Nebbia en el libro Tanguito. La verdadera historia, de Victor Pintos. Y en aquel momento se daba naturalmente que cada uno incorpore influencias de los otros. Moris incorporó a su forma de cantar falsetes y otro montón de fatos que eran muy míos, y los tarareos de Tango también eran parte de mis recursos".
El sonido de la versión más popular de "La balsa", la que fue grabada el 19 de junio y lanzada el 3 de julio de 1967 por Los Gatos, encuadra a la perfección con el estilo de esa banda que estaba dando sus primeros pasos. Estaba naciendo el rock argentino y la canción -editada en un single del que se vendieron más de 250 mil copias- se transformó muy pronto en un emblema que perduraría en el tiempo. "No es ni la mejor ni la peor canción que he escrito -dice Nebbia- Y no hay una explicación razonable para su permanencia en todos estos años. En su momento, el éxito se debió a que nuestra generación la recibió como un poco de aire puro. Todo era muy chato, y de pronto aparecimos con un buen sonido grupal, una manera de cantar distinta y una letra que hablaba sobre el inconformismo de los jóvenes frente a la sociedad. Eso hizo que la juventud se identificara muy pronto".
Apasionado desde la adolescencia por las armonías, las modulaciones y las inversiones de acordes típicas del jazz y la bossa nova, un género que apareció en escena cuando tenía solo 11 años y lo conquistó de movida, Litto tenía en sus inicios referencias para la composición que, en mayor o menor medida, mantuvo durante toda su carrera: la música de Gerry Mulligan, Chico Hamilton y Miles Davis, el pop exquisito de los Beatles y los Beach Boys. Ese influjo se nota claramente en el primer disco de Los Gatos, transformado en un éxito que les abrió las puertas de la televisión argentina y los erigió en los primeros rock stars del país.
Muy diferente, más salvaje y lo-fi, es la versión de Tanguito que también se hizo famosa con los años, esa que empieza con un diálogo que revela su insólito origen en un espacio reducido, lleno de reverberación y seguramente de aromas no del todo placenteros. "Tango no sabía que lo estaban grabando -cuenta Nebbia-. Y mucho menos que alguien después iba a hacer pública esa grabación. Él nunca supo todos los acordes originales, porque de hecho sabía pocos acordes. Casi siempre tocaba en Mi. Tenía mucho espíritu artístico, pero desgraciadamente nunca pudo desarrollarlo".
Cincuenta y dos años después de aquel momento especial en el que nació un clásico del cancionero popular nacional, Nebbia sigue sin tener explicaciones definitivas sobre su largo y mitológico derrotero. Parte de esa mitología tiene que ver con su carácter pionero, es obvio, pero como bien dice Litto: "No hay ninguna razón absoluta".
Para el creador de otros temas inoxidables como "Solo se trata de vivir" y "Viento dile a la lluvia", los jóvenes de fines de los 60 estaban necesitando aquí en la Argentina una canción que expresara el deseo de libertad que impulsa a "La balsa": "Muchas canciones se hacen populares gracias a la promoción paga, a las campañas millonarias de publicidad. No es el caso de 'La balsa'. Yo creo que nuestro disco supo calar hondo en el afecto de la gente. Y que esa canción fue creciendo, multiplicándose y pasando de manos de una generación a la otra por su propio mérito. Debe haber más de doscientas versiones grabadas en diferentes lugares del mundo. Y a eso sumale que el poder del mito popular motivó algunas situaciones pensadas por gente interesada en ganar dinero de alguna forma. El asunto que Tanguito haya fallecido de una manera misteriosa es algo que vende dentro del negocio de la necrológica del rock argentino. Toda la calumnia grabada por Javier Martinez y Jorge Álvarez en el disco de Tango, también. Me causa gracia porque las veces que he comentado esto, los calumniadores se defendieron diciendo que no tuvieron mala intención. Pero cuando publicaron el disco de Tanguito -a quien nunca quisieron ayudar, por eso lo publicaron cuando él ya habia muerto), la campaña radial para promocionar la venta solo pasaba los gritos de Martínez".
¿Qué gritó el histórico baterista de Manal? Aquello que se escucha con mucha claridad al inicio del último track de Tango, el único disco registrado por Tanguito, grabado en 1970 y publicado en 1973, un año después de la trágica muerte del artista, producida en la estación de trenes Palermo del Ferrocarril San Martín, cuando tenía 26 años: "La balsa" es tuyo -remarca en primer plano Martínez, de quien también se incluyó un tema en ese álbum, el blues "Todo el día me pregunto"-. "No me hagas cantar eso, por favor", responde Tanguito. Y entonces Martínez repite tres veces, como un poseso y en un tono que denota cierta ironía, "En el baño de La Perla de Once compusiste 'La balsa'". De ahí en más la polémica sobre el verdadero origen persistiría, alimentada por rumores maliciosos.
Pero fue el propio Martínez el que confirmó que la canción es de Nebbia y Tanguito: "Esa leyenda negra que dice que Litto le robó 'La balsa' a Tanguito es absurda y mentirosa. Es más: la composicion está muy claramente delimitada: las estrofas, en letra y música, son claramente de Tanguito. Lo que escribió Nebbia es el puente: 'Tengo que conseguir mucha madera'. Ahí empieza la composición de él, y se nota". Algo similar opinó alguna vez Moris: "El puente de 'La balsa' es evidentemente de Litto. Tanguito no sabía hacer eso, no dominaba la bossa nova. Posiblemente el principio haya sido suyo. Aquello del tipo solo y abandonado en 'un mundo de mierda'. Pero después, en el estribillo, hay un cambio de modulación, de tono, un pase al bolero y la bossa nova que es de Litto. Y el tema termina con uno de esos típicos finales tropical-bossa nova-bolero de Nebbia: 'A naufragar, a naufragar...'".
El cambio del original "en este mundo de mierda" por "en este mundo abandonado fue una idea de Nebbia para aumentar las chances de circulación radial del tema. "Era utópico pensar en aquel momento que una compañía discográfica acepte esa letra, por eso Nebbia la modificó", reveló Martínez.
Con ese pequeño cambio la canción pudo grabarse el lunes 19 de junio de 1967 en los viejos estudios TNT de Santa Fe y 9 de Julio. El 3 de julio de ese mismo año se publicó el simple con dos temas: "La balsa" (firmado por Nebbia y Ramsés VIII, otro seudónimo de Tanguito) y "Ayer nomás" (Moris y Pipo Lernoud). Los primeros seis meses no pasó gran cosa, pero de repente la compañía decidió apoyar los temas con más difusión y de a poco fue creciendo su popularidad. Tanto que en noviembre del 67 RCA se animó a publicar a través de su sello Vik el primer LP de Los Gatos, que contenía "La balsa", "Ayer nomás" y otros diez temas de Nebbia.
"El simple de 'La balsa' empezó a vender mucho. Cuando llegó a las cinco mil unidades, ya parecía una locura. Pero después terminó vendiendo 250 mil copias, y el disco de Los Gatos alcanzó las 50 mil. Al principio nos tildaban de mersas por cantar en castellano, pero después de ese disquito nadie volvió a grabar acá en inglés, francés o italiano", recuerda Litto.
Con la plata que cobró por los derechos de autor, Tanguito se compró una montaña de long plays importados, un tocadiscos y dos guitarras. Se dice que ese mismo día de la compra se olvidó todos los vinilos en un taxi. Y que un tiempo después entregó una de esas guitarras para pagar una deuda.
Lo cierto es que "La balsa" fue efectivamente registrada en SADAIC como una canción de Litto Nebbia y Ramsés VII, y que con el paso de los años se convirtió en una leyenda del rock nacional. "La que yo cuento es la historia exacta -afirma Nebbia-. Debo haber oído docenas de explicaciones sobre cómo se hizo 'La balsa', incluso de alguna gente que dijo que estuvo presente cuando la hice. Eso es mentira, nadie estuvo presente. Esta que cuento yo es la verdadera historia. Quien quiera oír que oiga".
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