Lisandro Aristimuño: su show en el Gran Rex, una nueva colaboración con Wos y el costado electrónico del cantautor
El cantautor rionegrino revela los detalles del concierto íntimo, unipersonal y electrónico que brindará este jueves en el teatro Gran Rex
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Lisandro Aristimuño aprovechó al máximo esa situación tan fuera de lo común que significó la pandemia, el parate y el tiempo (por demás) libre no sólo para reencontrarse con su amplio y exquisito material sino para jugar y experimentar con él, sumar máquinas y programaciones a su reconocido perfil acústico y trasladar a algunas de sus canciones hacia un lugar nuevo e insospechado. Lo que en un principio se trató de una serie de shows íntimos y unipersonales derivó luego en Set1, un álbum de siete temas grabado en vivo y lanzado en formato digital que le está brindando grandes satisfacciones.
“Tener un estudio propio fue una especie de salvación para transitar un período como fue el de la pandemia y no estar todo el tiempo tirado en la cama, viendo tele o sin hacer nada. Así me encontré con un disco rígido donde tenía bases, cosas electrónicas e ideas sueltas que había olvidado. Me puso muy contento el hecho de volver a conectarme con ese archivo y, al tener tanto tiempo disponible, también aproveché para estudiar tutoriales de máquinas y ponerme más al día con diferentes elementos. Más allá de esa investigación, empecé a ensayar solo en casa, a ejercitar la voz y a trabajar con la única compañía de las máquinas. Eso al principio me resultó un poco extraño porque estoy acostumbrado a tocar con una banda de siete u ocho integrantes pero luego empecé a sentirme muy cómodo con la electrónica”, explica Lisandro Aristimuño cómodamente instalado en la amplia terraza de un bar de Palermo.
“Un día entró al estudio Valentín, mi manager, escuchó lo que estaba haciendo y me dijo: ‘esto tiene que salir a la luz’. Y tenía razón. A partir de ahí empezamos a delinear el espectáculo que estamos haciendo ahora y que terminó siendo también un álbum en vivo”.
Después de una auspiciosa gira por España, el rionegrino inició un periplo en el que ya visitó Córdoba y Mendoza y ahora se apresta a continuar su viaje por Bahía Blanca, Viedma (su ciudad natal), Montevideo, Salta, Tandil y Rosario, además de concretar una escala este jueves en el teatro Gran Rex porteño.
“Las canciones siempre mantienen su esencia. Para mí son la raíz de todo pero en esta gira me voy sorprendiendo con las reacciones del público porque los temas suenan muy electrónicos, como si fueran versiones remixadas de los originales. La gente cree que se va a encontrar solo conmigo y mi guitarra, como algo medio folk, y nada que ver. Es un show muy arriba y a la vez muy tecnológico. Hay imágenes proyectadas que acompañan cada tema, lo que da la sensación de estar viendo una peli medio ácida, loca y psicodélica”, detalla con humor Aristimuño para luego completar: “Se trata de un concierto de características muy teatrales: tiene visuales, fragmentos de poesías de Estela Figueroa, una autora santafesina que admiro mucho; relatados en off por Mercedes Morán y un arsenal de máquinas acompañándome en todas las canciones. Es un combo muy atractivo tanto para mí como para la gente que se acerque al Gran Rex”.
-¿Qué elementos nuevos vas descubriendo en este formato musical tan desnudo y minimalista a medida que van avanzando los conciertos?
-La verdad es que me siento súper cómodo en este formato. Soy como una especie de pulpo apretando pedales, pulsando botones, tocando la viola y cantando al mismo tiempo. Es algo muy improvisado, lo cual me gusta porque hace que los shows sean todos diferentes. No se trata de un karaoke en el que tiro una pista y canto encima sino que voy armando todo en el momento. Me siento como un chico rodeado de juguetes y jugando con todos al mismo tiempo. Por otro lado, la respuesta del público tanto en vivo como en las redes sociales es increíble. Muchos me escriben diciendo que no pueden creer que una sola persona pueda crear semejante atmósfera. Digo esto humildemente aunque, en realidad, termino agotado pero muy feliz. Es una vivencia diferente.
-¿Extrañás el acompañamiento de una banda en vivo o ya te acostumbraste a este modo unipersonal?
-Para mí son dos mundos hermosos y al mismo tiempo totalmente diferentes. Extraño un montón tocar con mi banda pero con la pandemia fue muy difícil juntarse y más en mi caso que todo es independiente y pura autogestión. Somos un total de dieciséis personas. De todas maneras, esto de tocar solo surgió casi sin pensarlo pero pronto volveré con mis músicos. De hecho, en febrero próximo estaré tocando con ellos en el Cosquín Rock. La banda es mi familia; son mis hermanos y los extraño un montón.
-¿Es posible que esta experiencia instrumental repercuta en las características de tu próximo álbum de estudio?
-No creo. A mí me gusta cambiar mucho. Y en ese sentido acabo de grabar por primera vez un reggae en el que va a participar Guille Bonetto de Los Cafres. Soy demasiado movedizo como músico, no me encasillo en ningún estilo, Me encanta sorprenderme a mí mismo primero y después ver la reacción de los demás ante una canción o un estilo determinado. Recién estoy delineando algunas ideas pero aún no tengo claro qué dirección va a tomar mi próximo disco.
-¿Qué opinión te merece el desarrollo y el crecimiento incesante de la escena local del trap, el rap y la música urbana considerando que en tu álbum Criptograma, de 2020, invitaste a Wos y lograste una excelente química con él?
-Es una ola muy fuerte que me parece buenísima. Lo que más me gusta de esta escena es la unión que se da entre ellos. Me hace acordar a la época en la que arranqué, donde éramos muchos cantautores uniéndonos y apoyándonos entre todos porque de lo contrario resultaba muy difícil ingresar a las grandes ligas. Siempre me gustó ese intercambio. De hecho, en Ese asunto de la ventana, mi segundo álbum lanzado en 2005, tuve de invitados a Fito Páez, Liliana Herrero, Diego Frenkel y Boom Boom Kid cuando no era muy usual. Por eso, de esta nueva camada rescato también su energía y cómo comparten sus canciones y sus shows. Cantar con Wos fue alucinante y una sorpresa total. Le mandé un tema por WhatssApp en plena pandemia y el loco hizo su parte de la letra rapeada que quedó genial. Hace poco nos encontramos de casualidad en Madrid y terminamos en un estudio grabando juntos una canción suya para su próximo disco. Así que la relación sigue adelante.
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