Leo Sujatovich sobre Spinetta: "Era muy sensible a todo lo que estaba pasando en su época"
Spinetta Jade fue el período más jazzero del autor de "Muchacha ojos de papel" y también un momento fundacional para toda una etapa creativa solista que seguiría con los años posteriores. Leo Sujatovich, pianista, compositor y productor musical, formó parte de Spinetta Jade, entre 1981 y 1984. El músico fue testigo directo del crecimiento popular de esa formación, compuso obras junto al Flaco Spinetta y participó de esos fructíferos años de Jade, donde grabaron Los niños que escriben en el cielo (1981) y Bajo Belgrano (1983), uno de sus discos más emblemáticos con una formación liderada por Spinetta en guitarra y voz, que se completaba con Pomo en batería, Diego Rapoport en teclados y Frank Ojstersek en bajo. Ahora Sujatovich recreará el brillo de esas composiciones y de ese sonido spinettiano en el concierto gratuito Generación Diamante, hoy, a las 18, en el Hall del Teatro San Martín. El pianista se presentará con un cuarteto de cuerdas y los cantantes Julián Ares, El Chacal, Luna Sujatovich y Jazmín Esquivel, voces de la nueva generación, para versionar buena parte del brillante repertorio de Spinetta Jade con nuevos arreglos.
–¿Cómo surgió la idea de tocar nuevamente este repertorio?
–La idea surgió a partir e un concierto que hice el año pasado presentando material solista para piano y orquesta de cuerdas. Ahí surgió el interés por refrescar el repertorio en particular de Luis y poner la lupa sobre la etapa con Spinetta Jade. Toda la obra del Flaco me encanta, pero el período de Jade me tocó vivirlo. Así que armamos este formato de relectura, desde la perspectiva de una nueva generación. Eso quiere decir que los intérpretes son voces que andan dando vuelta hoy en la escena y armé un cuarteto de cuerdas con chicos jóvenes que tocan en la Sinfónica Nacional. Hice una reescritura de todos los temas de Spinetta Jade, adaptado al formato de piano con cuarteto y de voces. Está buenísimo. Tiene un color novedoso. Respeté la forma de los temas tal cuál como son y con nuevos arreglos que respetan los originales. Eso fue lo que me divirtió hacer. Es un proyecto que tiene futuro. Tenemos ganas de hacer más cosas.
–¿Qué valor le das a esa etapa creativa de Luis con la banda Spinetta Jade?
–Para mí es una etapa maravillosa de la carrera de Luis. Me parece que cada música tiene su momento. Hoy es el momento de poner en valor Spinetta Jade. Tuve la suerte de formar parte de esa etapa que era un momento de apertura muy grande de Luis. Es un periodo de mucha búsqueda. De mucho laboratorio. También es la etapa más jazzera de Luis y es interesante ver como eso terminó complementando el estilo spinettiano de su última etapa. Sentía que en el jazz había un montón de recursos y alimentos muy frescos para su música y él con eso terminó construyendo otra cosa para su universo de canciones. Fue muy fundacional para todos los músicos que lo rodeamos.
–Durante tu tiempo en Spinetta Jade escribieron varios temas juntos. ¿Qué recordás de esa experiencia?
–Me acuerdo que venía a mi casa y se quedaba tocando la guitarra, o por ahí me pedía que le pasara los acordes de una melodía que estaba tocando para ver como la seguía. Un día estaba en un ensayo haciendo solito algo en el piano y me dijo: "¡Que lindo eso!". Le conté que era un tema que estaba componiendo. AgarrÓ un grabador y me contó que le iba a poner una letra. Eso terminó siendo "Vida siempre", que incluyó en Bajo Belgrano con música mía y letra de él. Fue el primer tema que hicimos juntos. Se enganchó mucho a componer conmigo. Todavía me acuerdo el día que apareció con la letra escrita. No lo podía creer.
-¿Qué otras canciones compusieron a dúo?
-A partir de "Vida siempre" salieron una serie de composiciones juntos con música mía y letra suya como "Mapa de tu amor", "Viaje y epílogo" y "Era de Uranio", que se incluyeron en Bajo Belgrano. Luis también me dejaba armonizar algunas melodías que tenía en mente. Eso pasó con "Maribel se durmió". El vino silbando una cosa muy cruda y mientras silbaba yo buscaba los acordes de lo que quería. Esa comunicación que surgía entre los dos fue el mejor alimento para el espíritu que te puedas imaginar. Contar con la aprobación en vivo y en directo de él para hacer un tema. Eso fue inolvidable para mí.
–¿En cuanto al sonido que influencias formaban parte de ese momento de Spinetta Jade?
–Luis nunca se consideró un músico de jazz pero en esa época estaba ávido de tomar esa fuente armónica y rítmica. En Jade escuchábamos mucha música orquestal ligada al jazz. Luis era fanático de Bill Evans y Claus Ogerman Orchestra. También de toda la música de la Costa Oeste de Estados Unidos y de cantantes como All Jarreu, que tenían toda esa cosa bien producido, impecable y refinada.
–Y como era la intimidad de la banda.
–Me acuerdo que Luis tenía una sala de ensayo donde había una mesa de ping pong y en cada momento de descanso nos matábamos jugando. Era todo un momento de mucha música, pero también era un ámbito de mucha diversión y felicidad. Fue un momento maravilloso.
–Bajo Belgrano es uno de los discos fundamentales de ese período. ¿A la distancia que representó ese disco para vos?
–Luis siempre fue muy sensible a todo lo que estaba pasando en la sociedad. Bajo Belgrano tiene una poesía muy de la época y esa cosa incipiente de la democracia que se venía. Claramente, "Maribel se durmió" tiene una alusión directa a los desaparecidos. Para mí fue un disco que tenía un compromiso importante dentro de su obra.
–¿Cómo llegaste a formar parte de Spinetta Jade?
–Yo tenía 21 años. Era el año 1981. Venía de tocar con Tantor un grupo con Rodolfo García (Almendra), Machi (Invisible) y Héctor Starc y está en un ámbito social y musical muy próximo a Luis. Un día estaba en mi casa y Luis me llamó por teléfono. Ahí me contó que Juan del Barrio que era el segundo tecladista de la banda se estaba por ir. Me invitó a tocar con el grupo y yo no lo dudé. Nos juntamos a ensayar en plan informal con el resto de la banda y se armó una buena onda y una sintonía total con el grupo. Todo fue muy rápido. En dos semanas ya estábamos empezando a grabar Los niños que escriben en el cielo, el segundo disco de Spinetta Jade. El primero había sido Alma de diamante. Esa fue mi entrada en la banda.
–¿Y como fue el reencuentro con Luis después que desarmó esa formación de Jade?
–El reencuentro se produjo después de muchos años de haber terminado con Spinetta Jade y fue a través del reencuentro de nuestros propios hijos, Mateo y Vera Spinetta que se hicieron amigos. Primero tuvimos un contacto telefónico donde fue muy cariñoso y después nos juntamos a tomar mate y nos reímos mucho como siempre. Eso fue poco antes del concierto de las Bandas Eternas en Vélez, donde me dio un espacio para hacer cosas a dúo, poniendo en valor lo mejor de nuestra historia juntos. Fue un gesto muy generoso de parte suya. El último encuentro fue para grabar un bolero, que posiblemente fue una de sus últimos registros en un disco para la Casa de Cultura de la Calle. Fue muy hermoso.
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